SANTA BARBARA DE SAMANA.
Ciudad marítima, cabecera
del municipio y la provincia de Samaná. Completa la provincia el municipio de
Sánchez. La fundación de la primitiva villa marítima de Santa Bárbara de Samaná se inició el 21 de agosto de 1756. Fue
dispuesta por Rubio Peñaranda y la
poblaron familias canarias.
En 1824 fueron traídas
familias procedentes de Norteamérica. El nombre le fue dado en honor de Bárbara
de Braganza esposa de Fernando VI. La ciudad fue pasto de las llamas en 1880 y
1946; pero, antes de su destrucción en esos años, había habido en 1762 un proyecto del gobernador
Azlor para establecer en Samaná el gobierno principal de la isla.
A este proyecto
irrealizado siguió el también incumplido del general Ferrand en 1805 para
erigir allí el puerto Napoleón. En 1861 fue propuesto para Samaná el
nombre de Puerto Isabela, en honor de la reina Isabel. No fue aceptado. Ahora,
a más de un siglo y medio de distancia, a falta del puerto que no realizó
Ferrand, y en lugar de la ciudad que devastaron los incendios y que
últimamente había sido
restablecida con aspecto de batey de
ingenio azucarero emerge la fabulosa y deslumbrante nueva Samaná.
Esta nueva urbe, realzada por los encantos naturales de
la península y la bahía, constituye una atracción única en el área del Caribe. Le cabe a esta
provincia, por otra parte, la gloria de
haber sido el lugar donde el indio se enfrentó por primera vez en América al
conquistador español. Igualmente Samaná,
en 1869, fue asiento del gobierno
revolucionario constituido simbólicamente por Luperón para desde allí iniciar, en el preludio de Los Seis Años, la
lucha contra Báez.
La común cabecera fue
erigida en 1822, dentro del departamento del Cibao. Anteriormente había sido
parroquia del partido de La Vega, distrito del departamento del Cibao y
parroquia del partido del Este. La provincia, heredada del distrito marítimo
erigido en 1865, fue constituida en 1907. Originalmente la integraron las
comunes de Samaná, Sánchez, y Sabana de la Mar.
Como curiosidad histórica
se señala que durante el bienio 1872-74
la península y la bahía estuvieron bajo dominación extraña, a causa del arrendamiento otorgado
por el presidente Báez a una firma
norteamericana. Samaná ha sido cuna de una celebridad mundial como el famoso pintor Teodoro Chasseriau. Entre sus hijos notables se cuenta así mismo el
historiador y poeta Francois Sévez hijo. Como suceso que se proyecta en lo
literario, se ha anotarse que Samaná es el escenario de dos novelas
dominicanas. Son ellas; Ánade, de Julio Vega Batlle, y Goeiza, de Manuel M.
Mora Serrano.
Fuente; J. Agustín
Concepción, obra. Corografía Dominicana, La Vega 1980, págs.42-44
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