« Su belleza es una cosa sorprendente […] una belleza triunfante que admiran todos los embajadores »[1].
Estas palabras de la marquesa de Sévigné, autora francesa del siglo XVII, manifiestan el encanto y la importancia de la Señora de Montespan en la Corte de Luis XIV, monarca absoluto muy atado a la presencia de mujeres « brillantes » cerca de él.
La Señora de Montespan
La marquesa de Montespan es la segunda favorita del Rey Sol y sin duda la más famosa por su belleza y actuación discreta en el terreno artístico. Los varios hijos que tuvo de Luis XIV aseguran su posición en Versalles pero fueron también al principio de su caída puesto que será su aya, la Señora de Maintenon, quién apartará a la favorita para casarse con el rey.
Llegada a la corte
Luis XIV, nacido en 1638, es el hijo de Luis XIII y de Ana de Austria, infanta de España. Se convierte rey en 1643, a los cinco años, tras la muerte de su padre. Ana de Austria ejerce la regencia en nombre de su hijo, apoyada por el cardenal Mazarino. En 1660, este último negocia el matrimonio de Luis con la hija del rey de España Felipe IV, su prima María Teresa.
La joven reina no logra seducir a su marido el cual prefiere a otras mujeres. Su primera favorita se llama Luisa de La Vallière, mujer discreta y afable. Relación secreta hacia la desaparición de Ana de Austria, es revelada por la voluntad del rey a toda la Corte. Esta última es llena de damas deseosas de reemplazar a La Vallière. Entre ellas, Francisca Athénaïs de Mortemart, marquesa de Montespan. Nacida en 1640, Athénaïs llega en la Corte en 1660, año del matrimonio real, y logra ser nombrada dama de honor de la reina María Teresa. Poco tiempo después, se casa con el marqués de Montespan, sin fortuna. Tienen dos hijos, María Cristina, en 1663, y Luis Antonio, en 1665. La joven llama la atención del hermano del Rey Sol, Felipe de Orleáns, quien aprecia su ingenio. Su « carrera » en la Corte empieza.
La perla de Versalles
Convertida en dama de honor de la reina de Francia, Athénaïs se codea con Luisa de La Vallière, otra dama de honor y sobretodo rival de la reina. Llama la atención por su belleza y su alegría : un pelo largo y rizado, un rostro oval, ojos rasgados, una boca pequeña y encarnada, a los cuales se añade un humor vivo. Los cortesanos buscan su compañía, La Vallière incluida. Las dos mujeres viven una al lado del otra ; por eso, cuando el rey visita a su amada, conversa con la marquesa de Montespan. Las dos mujeres son muy distintas : La Vallière es discreta y vergonzosa de su situación[2] ; Athénaïs quiere destacar en la Corte.
El rey se cansa de su favorita ; dejando el campo libre para la Señora de Montespan que se convierte en la segunda favorita de Luis XIV. La Vallière no puede luchar con su rival ; abrumada por remordimientos, toma el velo en 1674. Athénaïs es cubierta de joyas y trajes suntuosas por su amante quien le ofrece igualmente el castillo de Clagny, testimonio de su favor. Los embajadores comentan para las Cortes europeas la vida de esta reina oficiosa, que acompaña al rey durante las campañas militares o sus embarazos. En nueve años, dará a luz a siete hijos ; cuatro sobrevivirán y desempeñaran un papel en la política dinástica del Rey Sol. Madre atenta, Athénaïs elige como aya de sus hijos a la Señora de Maintenon. En 1673, los hijos de la favorita son legitimados por el rey y logran títulos prestigiosos.
Las rivales de Athénaïs
La Señora de Montespan « reina » durante diez años en la Corte. Sus varios embarazos ( siete en nueve años ) han aumentado su talla y el rey no es un amante fiel ; a pesar de su amor para Athénaïs, no puede contener la seducción por otras damas. La favorita teme ser sustituida por una joven y colma al rey de amonestaciones. En 1679, Luis se enamora de Angélica de Fontanges, cuya belleza eclipsa la de la favorita. En adelante, tiene que soportar la presencia de la Señorita de Fontanges, nueva ninfa Egeria de Versalles. Pero esta última no puede competir con la marquesa. Al cabo de algunos meses, el rey desvía la vista de ella. No tiene otra opción que abandonar la Corte. El rey no vuelve por ello hacia Athénaïs : desde hace tiempo, es seducido por la aya de sus hijos, la Señora de Maintenon. No soporta la tempestuosa Athénaïs, celosa de su rival a causa de sus hijos y de su amante. Los cortesanos la evitan, así como el rey. Dentro de poco, este último se casa con la duquesa de Maintenon tras la muerte de la reina María Teresa, en 1683. Como La Vallière antes de ella, la favorita destituida deja la Corte y se retira a Clagny luego a la provincia. Se preocupa desde entonces de su salvación y fallece discretamente en 1707.
La Señora de Montespan es sin duda la más brillante de las favoritas del Rey Sol. Su « reinado » corresponde a los años gloriosos de Luis XIV. Tras la muerte de la Señorita de Fontanges, el rey resuelve casarse con la última de sus conquistas. Athénaïs, implicada en un escánda
Esta dama que había maravillado Europa tendrá entre sus descendientes el futuro rey de Francia Luis-Felipe Iero.
Autora: Estelle Berlaire Gues para revistadehistoria.es
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Bibliografía:
Bertière Simone, Les Femmes du Roi-Soleil. Les Reines de France au temps des Bourbons, Editions de Fallois, 1998.
Petitfils Jean-Christian, Madame de Montespan, Collection Tempus, Perrin, 2009.
[1]« C’est une chose surprenante que sa beauté […] une beauté triomphante à faire admirer à tous les ambassadeurs », la Señora de Sévigné, Correspondencia, 1676.
[2]Esta relación adúltera era condenada por la Iglesia.
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