ANIBAL BARCA (247ª.C.-183 a.C.) PARTE 2ª
En la primavera del 217 a.C, los nuevos cónsules, Cneo Servilio Gémino y Cayo Flaminio Nepote, pensando que Aníbal seguiría avanzando hacia Roma situaron a sus ejércitos bloqueando las rutas este y oeste que conducían a Roma. La otra ruta para acceder a Roma era atravesando la desembocadura del río Arno, ese itinerario atravesaba una gran marisma que en esa época del año estaba con mucha agua por lo que no parecía posible que un gran ejército pudiera atravesarla, pero Aníbal veía que era la ruta mas segura y mas rápida hacia el centro de Italia, era la mas complicada, pero la mas segura, y eso lo decidió a tomarla. Tardaron cuatro días y tres noches de marcha muy penosa y dura, en esa travesía Aníbal perdió un ojo a causa de una infección, quedó tuerto para siempre. Atravesaron el río Arno, que los romanos preveían invadeable, todo ello sin oposición alguna, apareciendo con todo su ejército a las espaldas de las tropas romanas mandadas por Flaminio. Ya en Etruria, Aníbal decidió atraer al ejército de Flaminio, que era el mas importante de los dos, devastando todo el territorio que se suponía debía defender y proteger Cayo Flaminio, éste permaneció acuartelado en Arretium, incapaz de mover un dedo. Ya que Flaminio no le presentaba batalla, Aníbal decidió marchar con fuerza sobre uno de los flancos del ejército romano, bloqueando su retirada hacia Roma, obligando a Flaminio y su ejército a marchar hacia las colinas de Etruria, allí, en uno de los desfiladeros de la ribera del Lago Trasimeno el 21 de Junio del 217 a.C. Aníbal sorprendió al ejército romano desarrollándose la Batalla del Lago Trasimeno, la emboscada fue terrible, el ejército romano sufrió mas de 15.000 muertos y 10.000 prisioneros, el Cónsul Cayo Flaminio murió en la batalla, cuando le llevaron a Aníbal el anillo del Cónsul mandó que le trajeran su cadáver, quería que se le rindiesen los honores debidos en estos casos con arreglo a la tradición griega, sus soldados lo buscaron pero no lo encontraron. Los soldados vencedores lo primero que hacían, costumbre de la época, era desvalijar al enemigo muerto, prácticamente los dejaban desnudos. Su anillo de Cónsul de Roma fue el primero que se puso en sus dedos Aníbal. El anillo consular representaba el mando militar supremo que concedía el Senado de Roma, habitualmente se nombraba un cónsul y la duración de su mandato era de un año, pero si las tropas eran muy numerosas se nombraban dos cónsules. Matar a un cónsul y arrebatarle el anillo era la afrenta mayor al Senado de Roma, por el contrario, era el mayor honor que obtenía el general vencedor. Ahí no terminó la derrota de Roma, el otro Cónsul, Servilio Gémino, había mandado a toda su caballería por la Vía Flaminia (este nombre se le puso posteriormente a esa Vía en homenaje al Consul muerto) en ayuda y auxilio del ejército de Cayo Flaminio, allí le salió al encuentro la caballería de Aníbal al mando de su general Maharbal, en el terreno elegido previamente por Maharbal, se produjo el choque que terminó con la derrota total de la caballería romana. Cuando la noticia llegó a Roma el miedo se apoderó del Senado romano, no disponía de ningún ejército capaz de frenar el acceso de Aníbal y sus tropas hacia Roma, por lo cual en vez de nombrar uno o dos cónsules, como siempre habían hecho, nombró a Quinto Fabio Máximo como Dictador, con la esperanza de que pudiera salvar a Roma de las manos de Aníbal.
Los historiadores no se ponen de acuerdo en porqué Aníbal no atacó la ciudad de Roma, unos dicen que no llevaba máquinas y torres para el asedio de una ciudad tan grande, otros opinan que lo que Aníbal buscaba era la rendición de Roma debilitándola, primero a base de ganarse para su causa a los aliados que eran de Roma y, como segundo paso, derrotando una y otra vez a los ejércitos romanos que se le enfrentaban, al final, Roma se rendiría.
Fabio Máximo optó por emplear otra estrategia, que pasó a la Historia como “Estrategia Fabiana”, que consistió en rechazar una batalla frontal con Aníbal, mientras iba disponiendo a varios ejércitos a su alrededor con la finalidad de ir desgastando y limitando los movimientos del ejército de Aníbal.
Quinto Fabio Máximo "Cunctator" "El que retrasa"
El ejército cartaginés devastó la Apulia, el Samnio y la Campania, con ello Aníbal buscaba provocar y presionar al dictador para que se decidiera a presentarle batalla, Fabio continuó siguiendo al ejército cartaginés pero sin acercársele. Esta estrategia fue muy impopular entre los romanos que la consideraban cobarde. En la Campania devastada por Aníbal, en uno de sus grandes valles- Ager Falernus- se produjo un hecho que demuestra el gran ingenio militar de Aníbal: seguramente traicionado por dos de sus guías locales contratados unos días antes, el ejército cartaginés, de mas de 50.000 soldados, se vio conducido al centro de un gran valle, Aníbal se sabe acorralado cuando sus patrullas de reconocimiento le han comunicado que las posibles salidas del valle, así como las colinas que lo rodean, están tomadas por los romanos, las laderas son de bosque bajo, está anocheciendo y tiene que tomar una decisión ya, so pena de verse, a la mañana siguiente, en una emboscada general y mortal, sus patrullas de reconocimiento que ha mandado a inspeccionar el paso por el que han entrado al valle esa misma mañana, vuelven diciéndole que el paso a sus espaldas ya está tomado también por los romanos, el temor es evidente en todo el ejército cartaginés, parece que su suerte ya está echada. Esa misma noche los romanos, apostados en las colinas que rodean el valle, ven con asombro que varias columnas de antorchas están remontando las laderas a través del bosque bajo, en muchos puntos, intuyen que los cartagineses quieren escapar de la emboscada remontando las laderas por grupos o regimientos, se movilizan y se preparan esperando a los cartagineses sobre las colinas, las posibles salidas ya las tienen tomadas desde el día anterior. Cuando amanece, y para su asombro, descubren que los que suben las laderas con antorchas no son soldados cartagineses, son bueyes, vacas, corderos y cabras con antorchas ardiendo atadas a sus cuernos y cabezas, y que el ejército cartaginés ya no ocupa el valle, ¡¡ha desaparecido!! ¡¡se ha esfumado!!. La estrategia de Aníbal fue muy ingeniosa: cogió a todo el ganado que acompañaba a su ejército, varios miles de cabezas, sobre las que ataron antorchas, distribuyeron en varios grupos, en cada grupo unos pastores que prendieron con fuego las antorchas y azuzaron al ganado colinas arriba, mientras tanto, lo mejor de su ejército, con la caballería pesada y lo mejor de su infantería al frente, en plena noche, precedida por la estampida de los mejores bueyes, asustados por las antorchas de fuego atadas a su cornamenta, se abrieron paso por donde habían accedido al valle la mañana anterior, ante el asombro y el desconcierto de los soldados romanos que custodiaban dicho paso, escapando todo el ejército cartaginés, indemne, de la terrible emboscada que habían preparado los romanos. Sencillamente genial. Fabio Máximo perdió una gran ocasión para vencer a Aníbal y también perdió la confianza depositada en el por el Senado romano, a base solamente de perseguir al
ejército cartaginés no veían el momento de acabar con la pesadilla de Aníbal. Ese invierno Aníbal y su ejército lo pasaron acuartelados en las llanuras de Apulia.
Continúa en la Parte 3ª..
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