El Crac de los Caballeros, la impenetrable fortaleza conquistada gracias a una hoja de papel
El Crac de los Caballeros es una fortaleza situada en Siria que fue construida por los cruzados en 1170 para proteger la ruta que iba de la ciudad de Homs a Trípoli. Tan formidable es que durante un siglo medio resistió nada menos que doce asedios, pero fue finalmente tomada gracias a una triquiñuela, una carta falsa enviada con una paloma mensajera.
Durante todo ese tiempo constituyó la base principal de los Caballeros Hospitalarios, una de las órdenes que llegaron a Tierra Santa con las Cruzadas, y que hicieron del Crac la mayor fortaleza de Tierra Santa. El tamaño de su doble recinto amurallado es casi el doble de grande que la mayoría de fortalezas europeas de la época. Contaba con un enorme foso e imponentes torres de defensa. A todo eso se sumaba que el único acceso posible discurría a través de un largo y retorcido pasadizo. El techo de este pasadizo estaba horadado con agujeros por los que los defensores arrojaban lanzas, piedras, aceite hirviendo y arena caliente. Los Hospitalarios lo construyeron a conciencia para resistir largos y brutales asedios.
A ello ayudaba el gran almacén de 120 metros de largo, además de muchos otros adicionales excavados en el acantilado bajo el castillo, donde se podía almacenar agua y alimentos en cantidad suficiente para que una guarnición de 2.000 hombres resisitiese un asedio de hasta cinco años.
Pero en 1270 la Octava Cruzada había fracasado y la presencia de los caballeros cristianos en Oriente Medio se tambaleaba. Fue el momento aprovechado por el Sultán Baibars de Egipto para atacar el Crac, algo que ya había intentado anteriormente sin éxito. Al año siguiente avanzó de manera imparable, ninguno de los castillos más pequeños de la región le opuso resistencia.
El 3 de marzo de 1271 el ejército del sultán estuvo frente al Crac, y los Hospitalarios supieron que no tenían ninguna posibilidad, salvo resistir. En aquel momento la guarnición era de unos pocos cientos de hombres, pero no estaban dispuestos a entregar el castillo y se prepararon para asedio.
Baibars comenzó bombardeando con catapultas pesadas y mangoneles, que apenas hacían mella en la impresionante mole del Crac. De modo que decidió abrir una brecha de otro modo. El 29 de marzo sus hombres excavaron un tunel bajo una de las torres suroccidentales, hasta que llegaron a los cimientos y consiguieron derribarla hasta que quedó un enorme agujero en la pared exterior. Por ahí entró el ejército del sultán, encontrando apenas resistencia ya que la zona entre muros era refugio de civiles.
Baibars se dió cuenta que le quedaba lo más dificil, el impresionante castillo interior donde resistían los caballeros, con acceso a abundante agua y comida como para aguantar muchos meses. Un tiempo que el sultán no estaba dispuesto a esperar.
De modo que tras unos diez días de hostilidades una paloma mensajera llegó al Crac con una carta. En ella, firmada por el mismísimo Gran Maestre de la Orden Hospitalaria en Trípoli, había unas simples instrucciones: los defensores debían entregar el castillo y buscar un acuerdo con el sultán. Y eso hicieron. Pusieron como condición que se les debía permitir abandonar el Crac junto con todos los civiles allí refugiados. Baibars accedió y les concedió un salvoconducto para llegar hasta Trípoli.
En la mañana del 8 de abril de 1271 los Caballeros Hospitalarios, acompañados de hombres, mujeres y niños, abandonaron la fortaleza sin sufrir daño. El asedio había terminado, después de 36 días, y el impenetrable Crac de los Caballeros había caído, gracias a una simple hoja de papel.
No se sabe a ciencia cierta quien escribió la carta, pero hay pocas dudas de que fue idea de Baibars. Cómo es posible que los Hospitalarios cayesen en la trampa sigue siendo un misterio. Acaso nunca habían visto una carta de su Gran Maestre anteriormente, o simplemente fue la excusa que necesitaban para salir honorablemente de una situación muy complicada.
En la época el nombre por el que era conocida la fortaleza era Crac del Hospital, en referencia a la orden que lo regentaba. El término Crac de los Caballeros solo se empezó a utilizar a partir del siglo XIX en su forma francesa Krak des Chevaliers, introducido por Guillaume Rey. Ya en el siglo XX T. E. Lawrence, el famoso Lawrence de Arabia, escribió que el Crac era posiblemente el mejor conservado y más admirable castillo del mundo.
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