Los huesos que pueden tener la clave de la misteriosa desaparición de Amelia Earhart, la legendaria aviadora estadounidense
La famosa piloto estadounidense Amelia Earhart, su avión Lockheed Electra 10E y su navegador desaparecieron sin dejar rastro en 1937 sobre el océano Pacífico.
Muchas teorías han tratado de explicar su desaparición sin mucho éxito, al menos hasta ahora.
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Un nuevo estudio recién publicado en la revista especializada Antropología forense afirma que los huesos descubiertos en Nikumaroro, una isla del Pacífico occidental ubicada a 2.900 kilómetros al suroeste de Hawái, en 1940, coinciden en un 99% con los de la piloto.
Se titula "Amelia Earhart y los huesos de Nikumaroro" y fue encabezado por el Richard Jantz, director emérito del Departamento de Antropología de la Universidad de Tennessee, en Estados Unidos.
Y sus conclusiones contradicen las vertidas en 1941 tras el primer análisis de los huesos en cuestión, que aseguraban que pertenecieron a un hombre.
Se sabía que Earhart había estado cerca de la isla cuando desapareció durante su intento de volar por todo el mundo.
Antropología forense poco desarrollada
Una expedición británica que exploró la isla para ser habitada en 1940 encontró un cráneo humano, un zapato de mujer, una herramienta de la armada utilizada por el navegante Fred Noonan (también desaparecido) y una botella del licor de hierbas Benedictine, "algo que Earhart solía llevar".
"Por aquel entonces también se sospechó que podrían ser los restos de Amelia Earhart", escribe Jantz en el estudio.
El grupo encontró un total de 13 huesos, que luego fueron enviados a Fiji para ser analizados por el científico D. W. Hoodless, y fue él quien concluyó que habían pertenecido a un hombre.
Pero Jantz argumenta que debido a que la osteología forense, el estudio de los huesos, todavía estaba en sus etapas iniciales, Hoodless probablemente llegó a la conclusión equivocada.
"La antropología forense no estaba bien desarrollada a principios del siglo XX", afirma el documento.
Medidas y prendas de vestir
Jantz usó el Fordisc, un moderno programa de computadora ampliamente utilizado por los antropólogos forenses, para comparar las mediciones que Hoodles hizo de los huesos con la altura y estatura corporal de Earhart.
Desafortunadamente, los restos óseos se han perdido y no se pueden analizar directamente.
Pero el equipo de investigación utilizó fotografías históricas, así como sus licencias de piloto y de conducir, para determinar que las proporciones de su cuerpo coincidían con los restos esqueléticos.
También se consultó a una experta en la historia de la vestimenta para examinar las ropas que lucía en las fotos, incluyendo "la longitud de la entrepierna y la circunferencia de la cintura de los pantalones de Earhart".
Este análisis revela que el perfil de Earhart coincide más con los huesos de Nikumaroro que los del 99% de los individuos con los que se compararon, dice el estudio.
La investigación de Jantz concluye que los restos pertenecían a una mujer de ascendencia europea como Earhart.
"Esto apoya firmemente la conclusión de que los huesos de Nikumaroro pertenecían" a la piloto, subraya el texto.
"Hasta que se presente la evidencia definitiva de que los restos no son los de Amelia Earhart", escribe Jantz en el documento, "el argumento más convincente es que son de ella".
Earhart fue la primera mujer en cruzar el océano Atlántico, y en el momento de su desaparición era una de las más famosas del mundo.
Todavía es honrada con frecuencia como pionera del empoderamiento de las mujeres, y Mattel la eligió recientemente para ser representada como una muñeca
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