EL BESO EN LA HISTORIA!!

Los científicos llevan preguntándose hace más de cien años el motivo por el cual las personas se besan. Pero, todavía no han llegado a una conclusión firme de si el beso es un instinto o una conducta aprendida. 

Besar implica la acción de tocar algo o a alguien con los labios y Sigmund Freud estaba convencido de era algo innato en el ser humano. Un instinto que se origina en los recién nacidos en el momento de amamantarse. Sin embargo, el zoólogo británico, Desmond Morris, tras observar el comportamiento de los chimpancés, sostiene que el beso, proviene del hábito de los primeros seres humanos de alimentarse de boca a boca. Observando a esta especie, también averiguó que algunos simios suelen besarse con la lengua, y que cuando la comida escasea, las madres presionan sus labios sobre la boca de sus crías para calmar y tranquilizarlas. 

Las primeras referencias históricas de los besos vienen de las escrituras Vedas de India y de la poesía sumeria de hace ya 3500 años. 

En esta época un beso se consideraba un acto de compartir la respiración entre uno y otro. 

Unos mil años después en los poemas épicos indios de Mahabharata se describe que un beso con los labios es un acto para demostrar cariño. 

En la misma época también los egipcios mencionaron el acto de besar en las poesías de amor. 

También Kama Sutra describe una gran variedad de besos.

En el Antiguo Testamento hay varias referencias a los besos; por ejemplo Jacob da besos a su padre Isaac y Aarón besa a su hermano Moisés. También en el Antiguo Testamento, se menciona varios besos de despedida .

Los romanos besaron habitualmente a sus parejas, amantes, amigos, familiares y hasta los gobernantes. 

En la antigua Roma, los besos fueron categorizados en diferentes grupos: besos de saludo, de la amistad, del amor, de la pasión, del respeto o besos del acuerdo. 

Distinguían entre un beso en la mano, en la mejilla (osculum), en los labios (basium) o un profundo beso apasionado (savolium). 

En una época de analfabetismo generalizado, para cerrar un acuerdo los firmantes de un contrato dibujaban una X y luego se besaban para que fuera legalmente vinculante y algunos afirman que la tradición de besarse en las bodas delante del juez o el cura, proviene de esta época como símbolo vinculante de validez.

En el Nuevo Testamento el beso se convirtió en un signo de la santidad entre los hermanos de fe y demostración de solidaridad. 

El apóstol Pablo instó a todos los creyentes a dar uno al otro "besos santos". El apóstol Pedro, a su vez, llamó a dar "besos de amor". Por otro lado, Judas besó a Jesús con traición.

El beso formaba parte de las costumbres europeas después de la expansión del cristianismo. Sin embargo, tras la caída de Roma, el beso romántico cayó en el olvido hasta que resurgió en Occitania con el amor cortés del siglo XI. Las poesías de los trovadores y las canciones de amor inspiraban a los amantes a besarse con pasión. 

A partir de entonces, el beso, junto a la poesía trovadoresca, se extendió por toda Europa, y con el tiempo, el beso se había convertido en una costumbre habitual. 

Pero esta costumbre, no llegó al mismo tiempo en todos los lugares. 

Por ejemplo en Finlandia, aunque la gente tenía sus costumbres milenarias de bañarse desnudos en las saunas, los finlandeses empezaron a besarse hace tan sólo 100 años.

Todavía hoy, besarse es una actitud que universalmente no está aceptada en todos los lugares. De hecho, existen algunas culturas (10% de la humanidad) que no dan besos incluyendo algunas tribus de África, Asia, Australia y sur de América. 

De cualquier forma, según las investigaciones realizadas por los neurólogos y sexólogos, es posible que el beso pertenezca al proceso ancestral de la selección de pareja. De hecho, estimula el sistema inmunológico y además el sabor de los besos sirven de indicativo. Según parece, si el sabor del beso nos sugiere emoción y nos gusta, posiblemente es que se trata de una pareja adecuada para nosotros.

En este sentido, quizás el beso romántico,es en realidad un canal de información ancestral que nos acompaña desde tiempos inmemoriales.

Pero además, hoy en día, sabemos que los besos tienen un sinfín de beneficios saludables. Quienes besan regularmente, disfrutan sistemas inmunológicos más fuertes, son más felices y tienen menos estrés en comparación con aquellos que no lo hacen

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