Fuente: José de Jesús Ravelo, Historia de los Himnos Dominicanos. Conferencia leída en el Ateneo Dominicano del 25 de Febrero de 1934. Día de la Escuela y Aniversario del Natalicio del prócer Matías Ramón Mella, Luis Sánchez Andújar, casa Editora, ciudad Trujillo, D.N. 1945
El Himno de la Restauración, conocido con el nombre de Himno de Capotillo, letras del poeta Manuel Rodríguez Objío, muerto en el 1871, y música del Maestro Ignacio Martí Calderón, muerto, también, en San Juan Puerto Rico en 1903. Había que cantar a la gloriosa epopeya iniciada en el 1861, esa es la génesis del Himno de Capotillo.
Al General Gregorio Luperon, héroe máximo de aquella patriótica jornada, se debe que el poeta Rodríguez Objío y el Maestro Martí Calderón escribieran respectivamente la letra y la música de este Himno
En este Canto Nacional, que tampoco se ha debido olvidar como él primer Himno de la Independencia, fue popularizado en las provincias del Norte y Centro de la República. Cuando el Himno de Reyes y Prud-Homme, comenzó a generalizarse en aquellas regiones, se tocaba en las fiestas del 27 de febrero, y aquel en las del 16 de agosto.
Cuando el 14 de marzo de 1871 el General Luperón salió de Capotillo haitiano con 45 patriotas para protestar con las armas por la anexión de nuestro país a los Estados Unidos de América, aquellos valientes, entre los cuales iba el autor de la letra, emprendieron la marcha cantando el Himno de Capotillo con música que se supone improvisaron, puesto que la verdadera, la compuso el Maestro Ignacio Martí Calderón, escrita por el año de 1885
Este notable músico, nació en San Juan de Puerto Rico el 31 de julio de 1841 y muerto en la misma ciudad en el mes de marzo de 1903. Como miembro del ejército español sirvió en Puerto Rico, en Cuba y en Santo Domingo, también en México cuando la expedición hispano-anglo-francesa del año 1862. En septiembre del 1863, a las órdenes del Brigadier Rafael Primo de Rivera, desembarco en Puerto Plata y tomó parte de la acción de Hoja Anchas, así como en varias escaramuzas
Cuando en 1872 obtuvo la licencia absoluta, era Músico Mayor del Regimiento de Puerto Plata, Cuarto de Línea, y ostentaba dos cruces del Mérito Militar de Primera Clase, otorgadas, una, por el Rey Amadeo de Saboya y la otra por el Rey Alfonso XII.
Años después volvió a la República como Director de Orquesta de una compañía de óperas y fijó su residencia en Puerto Plata. Fue Director de la Banda y se dedicó a la enseñanza logrando forma algunos músicos que se distinguieron dentro y fuera del país. Vivió en Puerto Plata hasta la caída del gobierno del General Ulises Heureaux y fue a radicarse a Santo Domingo a la Banda Militar como clarinete solista, sobresaliendo como instrumentista y compositor.
Es notable señalar un hecho notable en la vida de Ignacio Martí Calderón, soldado del ejército español, lucha en la acción de Hojas Anchas contra los restauradores, que, capitaneada por el Gral. Luperón, protestaban con las armas por el nefando crimen del 1861. Más tarde él Director de la Banda de Músicos de Puerto Plata, por encargo del mismo Luperón, compone, inspirado en las bélicas estrofas del malogrado poeta Rodríguez Objío, la Música del Himno de la Restauración.
Misterio destino que sólo prueba que la causa de la Libertad es siempre grande, no importa quién en aras de ella, y que el mismo sentimiento patriótico que lo impulso a combatir contra las armas dominicanas, le inspiro las bélicas notas, a través de las pasadas vicisitudes, que el heroísmo de una misma raza luchando por el triunfo del ideal.
La última vez que oficialmente se ejecutó fue el 16 de agosto de 1926 con motivo de la Apoteosis del Héroe Epónimo, (Gregorio Luperón) desde el Palacio Municipal de Puerto Plata hasta la Estación del Ferrocarril, no cesaron de oírse las marciales notas de ese Canto Patriótico que se escribió a insinuación de él.
Letras del Himno de la Restauración o de Capotillo.
Ayer héroe por Patria lidiando
Patria hubieron los hijos Haití
Y al Francés y al Ibero humillado,
Libres fueron después de reñir.
Ahora nuevo maldito tirano
Por saciar su funesta ambición,
Quiere arriar con impúdica mano
De esa Patria el sagrado pendón.
Ya el clarín bélico resuena,
Y a la lid nos impulsa el honor;
Del oprobio al romper la cadena,
Proscribamos por siempre al traidor!
Venceremos heroicos de España,
De otro yugo la Patria salvad!
Compatriotas, afreta tamaña
De traidores con sangre borrad!
A la lid a vencer! Guerra! Guerra!
No haya tregua jamás ni perdón
Para el vil que tornó de otra tierra
Meditando venganza y traición.
Ya el clarín belicoso & &
Capotillo es el grito sonoro
Que se debe elevar por doquier;
Que el salvar nuestro Patrio decoro,
Protestemos morir o vencer!
La victoria feliz nos espera;
Ya se van los traidores temblar;
Y a fijar nuestra sacra bandera,
Gloria eterna nos va a coronar!
Ya el clarín belicoso & &
De los bravos que allá en Capotillo
Restauraron invictos la cruz,
La aureola del fúlgido brillo
En la vida nos sirva de luz
Desde el fondos secreto del alma
Bendigamos a Sánchez también,
Ya que armados de espléndida palma
Hoy febrero y agosto se ven
Ya el clarín belicoso & &
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