Posted: 05 Jul 2016 12:01 PM PDT
El 29 de noviembre de 1946 un bebé de once meses era sometido a un tratamiento pionero en el campo de la cardiología pediátrica que le salvó la vida. Se aplicaba por primera vez la conocida como maniobra de Blalock-Taussig para contrarrestar el llamado “síndrome del bebé azul”. La doctora Helen Taussig, después de largos años de investigación consiguió importantísimos avances en la cura de enfermedades cardiopáticas congénitas, no en vano se la considera la fundadora de la cardiología pediátrica. Helen no lo tuvo nada fácil. A las habituales trabas que se encontró por ser mujer, se añadieron varias enfermedades que pusieron muy difícil su camino en el mundo de la ciencia. Aún así, demostró ser una mujer incansable que superó todas las dificultades convirtiéndose en un puntal de la medicina pediátrica.
Helen Brooke Taussig nació el 24 de mayo de 1898 en Cambridge, Massachusetts. Helen era la pequeña de los cuatro hijos de Frank W. Taussig, un reputado economista de la Universidad de Cambridge, y su esposa Edith Thomas Guild. Cuando Helen tenía nueve años, su madre fallecía de tuberculosis. La propia Helen estuvo enferma durante mucho tiempo, además de sufrir dislexia, lo que hizo que sus años de estudios no fueran un camino de rosas. Esto no impidió que con gran voluntad consiguiera graduarse en el Cambridge School of Girls en 1917. Durante dos años estudió en el Radcliffe College, universidad femenina a la que su madre también había acudido. En 1921 se graduaba en la Universidad de California. A pesar de que ni en Harvard ni en la Universidad de Boston las mujeres podían graduarse, Helen asistió a clases de histología, bacteriología y anatomía en ambas universidades, recibiendo el rechazo de los estudiantes que no veían con buenos ojos a una mujer en las aulas.
Helen continuó adelante con sus estudios y en 1925 publicó su primer artículo científico. Dos años después se graduaba en la Johns Hopkins University School of Medicine de Baltimore, uno de los pocos centros de enseñanza médica que admitían mujeres. Aquí permaneció como ayudante en el departamento de cardiología y pediatría durante dos años.
El destino volvió a poner a Helen una dura prueba en su camino al quedarse sorda y tener que aprender a leer los labios y a utilizar sus dedos para suplir el estetoscopio.
Mujer incansable, Helen pasó años estudiando e investigando la anoxemia, o síndrome del bebé azul, hasta conseguir diseñar un protocolo pionero en cardiología pediátrica que recibió el nombre de Blalock-Taussig. En 1946, tras haber realizado con éxito la primera intervención con éxito relacionada con el síndrome del bebé azul, Helen fue nombrada profesora asociada del Johns Hopkins University School of Medicine y en 1959 recibiría el cargo de profesora titular que mantendría hasta 1963. En 1947 publicó un libro en el que plasmó todas sus investigaciones acerca de las malformaciones congénitas del corazón. Helen Taussig tuvo también un papel determinante en advertir de los peligros de la Talidomida, una medicina que se daba a las mujeres embarazadas y con el tiempo provocó graves malformaciones en los niños.
Un accidente de coche sesgó la vida de esta científica incansable el 20 de mayo de 1986, a la edad de 88 años. A pesar de su avanzada edad, Helen se encontraba entonces investigando sobre los defectos cardíacos congénitos. Además de sus importantísimos aportes al mundo de la medicina, Helen Taussig recibió importantes reconocimientos, como la Medalla Presidencial de la Libertad que el presidente norteamericano Lyndon B. Johnson le entregó en 1964. Varios centros universitarios y médicos de los Estados Unidos llevan su nombre.
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