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El hombre que hasta ahora ha velado por dicha estabilidad ha sido Federico Guillermo I, el “Rey Sargento”, un soberano que, amparado en los pilares de la moral pietista, la escuela y el ejército, ha dotado a Prusia de orden, estabilidad y progreso pero que ahora, presa de la edad, agoniza en su cama.
Federico II
El muchacho, cuando apenas contaba con 18 años de edad, intentó huir a Inglaterra con Hans Hermann von Kate, un joven teniente considerado por muchos como el amante de Federico, sin embargo, descubierta la trama por el rey, éste ordenaría el inmediato encarcelamiento del príncipe durante tras largos años en la fortaleza de Kustrin, no sin antes obligar a éste a contemplar con sus propios ojos la decapitación de su joven acompañante.
¡Mil veces más me sacrificaría por vuestra majestad!
Hans Hermann von Katte, sus últimas palabras
Finalmente Federico Guillermo I moría en su cama el 31 de mayo de 1740, momento tras el cual su hijo accedería al trono con el nombre de Federico II Hohenzollern, rey de Prusia. Sin tiempo de reacción para comenzar grandes reformas, el nuevo rey iniciará su mandato lastrado por la fuerza de los acontecimientos, pues apenas cuatro meses después moría en Viena el Emperador Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico (el pretendiente al trono de España derrotado en la Guerra de Sucesión española), último de los Habsburgo, y lo hacía sin descendencia directa clara… Federico II pasaba a la acción sin vacilar.
“Si recorremos la historia militar sin prejuicios encontraremos que son muy raros los casos (…) en que un general activo y resuelto, mediante rápidas marchas, venció con un mismo ejército y varios de sus contrarios”
C. Von Clausewitz, De la Guerra
A un número creciente de tropas instruidas en estas artes, habrá que sumar la introducción de innovaciones técnicas (como la potente artillería prusiana de baterías móviles a caballo) así como las tecnológicas (como la baqueta de hierro frente a las de madera), pues fueron decisivas en las victorias militares que habrían de sobrevenir.
Finalmente queda añadir la importancia de la preparación del propio rey. Éste, había sido educado para ser un maestro de la guerra al recibir una sólida formación militar (estudios de historia, aritmética y fortificación), experiencia (su padre lo mandó al frente de un regimiento a la Guerra de Sucesión polaca) y capacidad táctica, algo que se demuestra en el hecho de que en sus grandes victorias se mostró como un líder ofensivo, capaz de tomar la iniciativa, e innovador, al introducir maniobras como la alineación de orden oblicuo (frente a la tradicional disposición lineal de batalla de centro fuerte y flancos de apoyo, Federico II emplea una táctica según la cual se destaca a vanguardia uno de los flancos muy reforzados, seguido por un centro más débil y, finalmente, el otro flanco, mucho más debilitado) empleada para flanquear al enemigo.
La combinación de un ejército eficaz y una táctica avanzada le permitió imponerse en casi todas las batallas que combatió, siempre con inferioridad numérica aplastante, obteniendo victorias tan sonadas como la de Rossbach y Leuthen, esenciales para las guerras que aseguraron la supervivencia y la grandeza de Prusia.
En tiempos de paz, Federico II potenció la economía mediante una potente colonización interior (zonas tanto de nueva soberanía como territorios castigados por la guerra) que habría de movilizar a 300.000 colonos y crear 900 poblaciones al efecto. Además, diversificó la agricultura (introdujo la patata, empleó el regadío…), impulsó la industria textil, regularizó las minas de carbón del Ruhr y mejoró las comunicaciones y el comercio abriendo nuevos canales entre los ríos de la región.
Como soberano ilustrado, favoreció las artes convirtiendo Berlín en una importante capital cultural, construyendo academias de artes y ciencias, palacios de estilo francés (Postdam), favoreciendo el acceso de sus súbditos al nuevo conocimiento, atrayendo a filósofos de renombre a la capital (Voltaire, Dalambert) y potenciando el talento patrio (actuó de mecenas de Bach y Kant).
Autor: Manuel Ruiz Isac para revistadehistoria.es
Jeremy Black “La Europa del S.XVIII”. AKAL, 1990. Pp 372-385″
Geoffrey Parker “Historia de la guerra”, AKAL, 2010
Claus Von Clausewitz “De la guerra”. Ediciones Obelisco, 2015
“El Antimaquiavelo” o “Ensayo de una crítica a Maquiavelo sobre el príncipe y su arte de gobernar”. Edición electrónica, Aires 2006 (http://www.cepc.gob.es/Controls/Mav/getData.ashx?MAVqs=~aWQ9MzU1NjQmaWRlPTEwMzcmdXJsPTE1Jm5hbWU9UkNFQ18yMV8zMDEucGRmJmZpbGU9UkNFQ18yMV8zMDEucGRmJnRhYmxhPUFydGljdWxvJmNvbnRlbnQ9YXBwbGljYXRpb24vcGRm )
R.G. Grant “1001 Batallas que cambiaron el curso de la historia”, Ediciones Grijalbo, 2012
Hemerografía
National geographic España “Federico II” (http://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/federico-el-grande-el-rey-que-asombro-a-europa_6318)
Filmografía
Histocast “Federico II de Prusia”, Ivoox
Documental BBC “Federico el grande y el enigma de Prusia” (https://www.youtube.com/watch?v=A32NuKE78U4)
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