La Garra de Arquímedes
Un brazo parecido al de las actuales grúas aparecía por detrás de las murallas y mediante un gancho de metal los defensores lo dejaban caer sobre el barco enemigo y lo atrapaban, levantándolo por la proa, lo que hacía que el barco se balancease al quedar la proa por encima del agua provocando una inundación del mismo por la parte de popa, que se sumergía irremediablemente bajo el agua, inutilizando de paso las armas de asedio del barco, y lanzando a los legionarios al agua con sus escalas.
Además, mediante un sistema de poleas y cadenas, los defensores de Siracusa conseguían escorar el barco y volverlo a soltar con fuerza contra el agua, lo que provocó que muchos quinquerremes romanos volcasen y se hundiesen
La Garra de Arquímedes evitó que los romanos tomasen la ciudad al asalto y obligó al severísimo general romano Marco Claudio Marcelo a permanecer sitiando Siracusa durante ocho largos meses, aunque no evitó a la postre la conquista de la ciudad por parte de los romanos, tal y como nos narra el historiador griego Polibio.
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