Lorenzo Despradel, escribe sobre Máximo Gómez,juicio sobre " EL GUERRERO"
Lorenzo Despradel, escribe sobre Máximo Gómez, Juicio Sobre “El Guerrero”
Por Ubaldo Solís
Lorenzo Despradel, amigo de Martí en Montecristi, y compañero de Panchito Gómez, fue Ayudante de Campo del Libertador. Este artículo es notable por su justa valoración de los escritos de Máximo Gómez. Muley, escribió también unas valiosas memorias: Máximo Gómez y la campaña del 97, que figura como apéndice del libro de Orestes Ferrara, Mis relaciones con Máximo Gómez, La Habana 1942 .
Para hacer un juicio exacto sobre la vida de un gran hombre, es indispensable conocer en todas sus detalles,a más de los hechos que realizara, a la expresión franca de su espíritu por las manifestaciones escritas o verbales que hiciera en determinados momentos psicológicos.
Y es porque el héroe no se manifiesta todo entero en la proeza realizada, sino cuando pone entre ella y los que le siguen admirados, el sello íntimo de su personalidad creadora.
Los comentarios de César nos hablan más y mejor de ese afortunado hijo de la guerra, y nos lo dan a conocer de manera más absoluta, que las relaciones de sus famosas batallas y de las atrevidas empresas que acometió con arrojo verdaderamente asombroso.
El mismo Napoleón, cuya vida ha sido envuelta por sus admiradores en una nube de hiperbólica grandeza por la resonancia que alcanzaron sus éxitos militares, se nos pone en presencia y lo conocemos más a fondo, cuando leemos sus proclamas y nos entretenemos al hojear--- aunque con justificadas reservas--- sus memorias escritas en el desolado peñón de de Santa Helena.
En unas y otras se trasluce el temperamento moral de un hombre que no puede ser juzgado en sus hechos sin que antes conozcamos los móviles por los cuales ellos fueron realizados.
Por este motivo creemos que es de todo punto necesario, para poder hacer un juicio completo sobre cualquier hombre que se haya elevado sobre el nivel común de los demás, y que se pueda seer calificado como héroe en la acepción restrringible que Carlyle le ha dado a ese vocablo, conocer su carácter y las disposiciones de su espíritu con el auxilio eficaz de sus propias palabras y de sus propios escritos.
Cierta escuela moderna que tiene grandes puntos de contacto con la filosofía individualista privativa en estos últimos años, han establecido ese sistema como el más fácil, el más expedito para llegar al conocimiento del hombre simbólico o representativo, que como ya hemos dicho, no se muestra nunca “todo entero”, sino cuando se desentrañan los móviles de todas sus acciones.
Ferri, el sagaz e investigador antropólogo italiano, nos ha dado un Garibaldi desconocido hasta hace poco aún por sus propios contemporáneos.
En vez de decirnos con la rutinaria vulgaridad de la historia “en el año tal estuvo en el brasil,y en tal otro dio esta famosa batalla en pro de la unidad italiana”, sus sabio compatriota nos pone en presencia del héroe, y llegamos a conocerlo más por los acertados juicios que le sugieren las Memorias del valiente soldado, a pesar de la sospechosa sinceridad de éstas, que por la relación de todas las funciones marciales en que él tomó parte como incansable defensor de la libertad de los pueblos. El famoso escritor se mete en el espíritu de esas Memorias, como un buzo en las profundidades del mar para sacar a la superficie los incalculables tesoros que se ocultan en ella.
Una frase ingenua, una confesión pertinente o fuera de lugar., el,relato de una aventura amorosa en la misteriosa quietud de un bosque brasileño le sirven al ilustre i hombre de letras italiano de elemento poderoso para estudiar la psicología del glorioso caudillo de la camisera roja, y para deducir las causas de su natural naturaleza disposición para acometer empresas nobles y arriesgadas-
Yo creo no solamente en la efectividad, sino en la necesidad de se bertillonage del espíritu que nos da una idea precisa de la talla moral de los grades hombres mediante un sistema racional que ofrece la indiscutible ventaja de basarse en hechos de facilísima comprobación
Con la recopilación de todo cuando dice y escribe el superhombre se le puede juzgar de manera más fácil que con el conocimiento de sus mismos hechos, si los móviles de éstos escapan a la investigación del crítico o del historiador y se hace imposible penetrar en el alma y en el pensamiento del héroe que lo realizó
El mismo Napoleón descarrió el velo y obtuvo lla debida justificación de muchas de sus acciones que habían merecido agrias censuras por parte de sus contemporáneos, con la publicación de sus memorias
Las Cartas del Libertador Simón Bolívar explican de manera cumplida muchos de los actos que éste realizara. Para los que no han leído aquellas, muchos deseos actos proyectan negras sombras sobre la vida militar y política del genial caraqueño, cuyo amor por la libertad y el alto concepto de la disciplina, como único medio de mantener la cohesión de sus improvisado ejército, lo llevaron al durísimo trance de tener que regar con sangre de hermanos el campo encendido de la Revolución
Todo, pues, cuanto se haga para diafanizar la vida y las acciones de los grandes guerreros ha de ser de ser de un indiscutible provecho para los que siempre muestran empeño en conocerlos, no solamente como ellos se presentan ante los ojos de los que no ven otra cosa que el brillo de su espada, sino como son “ en verdad”, sin el oropel del ese prestigio externo que muchas veces empeña el brillo de cualidades más altas y relevantes que dan contorno y relieve a su verdadero carácter.
Para conocer el del General Máximo Gómez se hace indispensable leer sus cartas, leer sus proclamas, leer sus folletos,. A través de esas “piezas probatorias” de su espiritualidad, se ve el guerrero en su segunda y més firme naturaleza, despojado completamente de la brutalidad marcial que fue siempre el más visible sello de su personalidad
No es que haya en todo lo escrito por el gran quisqueyano impenetrable esoterismo, ni que su descuidada literatura pueda servir para hacer un estudio exegético de cuanto salió de su pluma: Pero sí se puede afirmar que nunca se reveló la personalidad de ningún hombre en sus escritos, como la de Máximo Gómez en los suyos ( dice de las cartas del soldado, a sus esposas y a sus hijos, Oreste Ferrara, son cartas tiernas y patrióticas ,que recuerdan ideas y sentimientos de la Héléna lejana).
Ellos se caracterizan por un gran fondo de sinceridad y de ingenua sencillez que contrasta de manera notable con la viveza e impetuosidad de que siempre dio muestras en su larga vida de soldado
Fuera de sus proclamas revolucionarias, que respondieron siempre a las necesidades de la campaña y al propósito de segurar la libertad de Cuba, no hay un solo documento suyo que no respire afecto hondo y profundo por todas las cosas del espíritu.
Su optimismo se desborda en todo cuanto escribe, por más que ni en una sola línea se advierte el estudiado propósito de aparecer ante los ojos de sus contemporáneos como un hombre “sensiblero” o de algún modo castigado por la fatalidad
No es vanidoso, no es un juglar del efectismo como Napoleón, ni un ególatra pueril como el mismo Garibaldi, que llegó a ciertos extremos a desnaturalizar su fecunda labor de soldado de libertad intercalando en sus Memorias episodios triviales, y la natural rudeza de sus temperamento casi primitivo.
Por otro lado, las autobiografías siembran una desconfianza en el alma de los lectores. Alguien ha dicho que todo el mundo, por intuitivo impulso, cree sorprender en ellas el elevado propósito de sus autores de aparecer no como son efectivamente, sino como hubiesen querido ser, después que un detenido examen de sus actos le indica la necesidad de una rectificación, aunque sea masificando los hechos para con tales artes presentarse ante la posteridad con todos los atributos del héroe inmaculado.
El General José Antonio Páez, el Aquiles de la epopeya suramericana cuyos hechos de armas son tan justamente alabados, tuvo necesidad de escribir una autobiografía en sus postreros años para descargarse de las graves acusaciones que en sus historias respectivas le hicieron Restrepo,Baralt y otros que se constituyeron en impugnadores de su vida militar y política
no juzgó nunca necesario ponerse a salvo de posibles futuros detractores. Y habiendo tenido tiempo para escribir un libro interesante sobre su vida,que fue la de un gran batallador, no dejó sino ligeros y muy fragmentados apuntes, concretándose lo más, a relatar acciones de armas y aventuras en las cuales se hicieron notar por su valor o por su virtud héroes humildes a quienes deliberadamente libró del olvido, escribiendo sus nombres con solicitud cariñosa
Cuando alguien con bastante capacidad e imparcialidad se proponga escribir la biografía crítica del ilustre dominicano, y haga para realizar esa labor, uso sabio y discreto de sus escritos que aunque pocos tienen un marcadisimo interés, entonces se revelará en su esencia íntima toda la grandeza de su alma: y por Ley de contraste brillará aún más su personalidad guerrera, que no es sino un lado del polígono en que se encierra su legítima fama de hombre superior
Sobre la tumba del insigne guerrero va cayendo la noche del olvido: y tal vez no haya nada más fecundo para la educación social, como dice Ferri, “ que reavivar la admiració y el ejemplo de los héroe populares, no tanto en sus deslumbradoras dotes de la vida militar, cuando en el espejo de sus íntimas energías morales que son el alma misma imperecedera de la humanidad”:
Fuentes consultadas .
Claridad, Santo Domingo, vol. I, num. I, dic. 31 de 1922
Papeles Dominicanos de MÁXIMO GÓMEZ, de Emilio Rodríguez Demorizi
Pag.321 a 325,Editora Montalvo, ciudad Trujillo, Rep. Dom. 1954
(el cual aparece integro este trabajo de Lorenzo Despradel (Muley)
( por su interés hemos queridos reproducirlo tal como fue escrito por
Su autor, sin ningún tipo de alteración)Ubaldo Solís- La Vega , Rep. Dom.
Ubaldo Solís Ureña,La Vega , 20/10/2007
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