Orígenes y práctica del vudú
El vudú es una religión que nació en África hace cientos de años. Se dice que es una de las religiones más antiguas del mundo. Vudú, es la traducción de una palabra africana que significa “Dios o Espíritu, aunque otras versiones indican que proviene de la voz francesa Vaudoux, que significa hechicero negro.
Los orígenes de esta religión se encuentran en Nigeria, Togo y Benín, que es donde habita el pueblo Yoruba. También en Angola, República democrática del Congo y en muchos otros lugares de este vasto continente.
El vudú es comúnmente asociado con la brujería, con personas danzando y cantando himnos en lenguas extrañas, sacrificios de animales, y a veces de humanos.
Es una religión bastante interesante y compleja, su influencia ha propiciado la aparición de otras creencias, como la santería. Existen cinco tipos diferentes de vudú, entre sí, pues se han desarrollado en diferentes regiones que les permitió nutrirse de otras culturas. Hay vudú de Lousiana, vudú africano, vudú dominicano, vudú puertoriqueño, vudú brasileño y vudú cubano. Tienen un Dios superior y creador llamado Bondye (Buen Dios). AidoWedo es una virgen y el guardián de las puertas, Legba, es como San Pedro, a su vez, muchos Loas tienen similitudes con santos de la religión católica.
El vudú se usa principalmente para invocar espíritus malignos, lanzar maldiciones y crear zombis, pero también los rituales de vudú no solo se usan para causar daños. Ese fetiche es un instrumento que se utiliza, ya sea con fuego o más comúnmente con alfileres para causar daño a otra persona, mediante un objeto que sea de la propiedad de esa persona a quien se desea afectar, que puede ser un mechón de cabello, una fotografía, un trozo de tela, etc. El muñeco vudú también se puede usar para fines positivos como pegar una moneda para atraer la fortuna o talismanes para otorgar protección. Todo depende de los propósitos que se tengan para las personas.
El vudú ha sufrido numerosas modificaciones a través del tiempo, es posible encontrar distintas variaciones. Es el caso de la santería en Cuba, y en República Dominicana la Macumba, así como el candomble, la umbanda y kimbanda, las cuales se practican principalmente en Brasil. Estas evoluciones del vudú se produjeron cuando esclavos provenientes de África llegaron al nuevo continente y continuaron sus prácticas enriqueciéndolas con nuevos elementos.
El vudú que se ha popularizado se relaciona más con el que se originó en Haití con la colonización francesa. Ahí se dio una mezcla o sincretismo entre el vudú original de África y ciertas costumbres cristianas, y resultó tan significativa, que hoy en día el vudú se considera la religión oficial de dicho país.
Las creencias y las liturgias originales del vudú están muy bien estructuradas, y se componen de sacerdotes (hougan) hechiceros (bokor en el caso de los hombres y mambo en el de las mujeres), y loas, quienes son los espíritus ancestrales y quienes toman posesión de los sacerdotes. Las loas pueden ser buenas o malas y se les satisface con ofrendas, danzas y ritos. Su Dios único, como ya dijimos, se llama Bondye, y la actividad principal de los hechiceros es curar, interpretar sueños, ver y adivinar el futuro.
Con frecuencia el vudú es asociado en la cultura popular con prácticas de satanismo y magia negra, esto se debe a la capacidad de los bokors o mambos de realizar tanto magia negra como blanca. Se dice que esos hechiceros pueden crear zombis utilizando pociones altamente toxicas, del mismo modo que pueden utilizar ouangas o talismanes que alojan potencias malignas. Negro y blanco son dos colores opuestos que rivalizan en todo, el bien y el mal, la vida y la muerte, el orden y el caos, la paz y la guerra, Dios y el Diablo. Se asocia la magia blanca con lo bueno, traer suerte, aliviar dolores, romper hechizos y maldiciones. Y la negra con todo lo malo y demoníaco. Sin embargo, es bien sabido que en el vudú no hay tal distinción de colores.
La práctica de introducir alfileres a un muñeco se debe en realidad a las creencias mágico-populares, pero también se relaciona frecuentemente con el vudú, pues se cree que estos muñecos pueden vincularse con el alma de las personas, y así al clavarlos se infringe dolor, pena y martirio a la persona, pero pese a lo que muchos pensábamos, el origen de estos muñecos proviene de Nueva Orleans, donde se combinan algunas creencias del vudú con la del hoodoo, una especie de magia que puede ser muy peligrosa.
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