Ciudad, Región y Urbanismo.
Las
ciudades no terminan en las vías de circunvalación. Su área de influencia traspone estos límites y se proyecta a veces
muchos kilómetros alrededor de aquella. Entre determinada ciudad y la región que la
circunda, hay una relación de simbiosis
que los geógrafos y urbanistas conocen muy bien. La región produce bienes para
abastecer la ciudad y ésta a su vez tiene establecidos una cantidad determinada de servicios para servir a toda la región.
Ya
no hay muros entre la ciudad y el campo.
Por el contrario hay una red de
comunicaciones orgánicamente trazadas que
permiten el intercambio activo de los bienes y servicios que vienen y
van hacia y desde la ciudad, habilitando todo una región. Es por eso que los modernos conocimientos sobre
urbanismo no se limitan a mirar a la ciudad como algo aislado, amurallado, sino
que la conciben, estudian y conocen, como un
centro de un complejo más amplio
que es una región. Estos son los famosos polos de desarrollo o centro de crecimiento que, a la par que las ciudades, construyen al mismo tiempo
núcleos nerviosos desde donde fluye la vida y el desarrollo hacia una zona determinada. Don Carlos Mouchet. Dice,
refiriendo a este tema: Sera está abriendo paso
la política que, inspirándose en modernas tendencias norteamericanas y
europeas, considera el planeamiento de
las ciudades en función del planeamiento de las regiones en que se hallan
ubicada y más todavía dentro del
planeamiento del país.
Y sigue manifestando. Los municipios
encaren el estudio y formación de planes
reguladores basados no sólo en la necesidad de su desarrollo material sino
también en consideraciones de orden histórico y social, y que dichos planes no se limiten al perímetro comunal, sino que se extiendan también a la región circundante,
dentro de una coordinación nacional (copia de la recomendación del IV Congreso Histórico Municipal
Interamericano, Buenos Aires 1949.).
Todo lo que hemos
transcrito anteriormente nos pone
en camino de apreciar hasta qué punto va llegando hoy las trascendencia del gobierno municipal. Ya
no se trata solamente de gobernar a la ciudad como tal, sino de planear el gobierno de una región
determinada, unida a aquella por nexos orgánicos que son una verdadera relación de simbiosis material y espiritual. He aquí la
justificación de la planificación
regional como parte de las actividades de los
gobiernos locales.
En
virtud de lo que se deja expresado, es
por lo
que actualmente se viene hablando con más y más insistencia de
planeamiento urbano-regional, en un
intento dejar bien sentada la relación ciudad- región y viceversa. Es claro
que en no pocas oportunidades, las
regiones comprenden varias ciudades de diferentes tamaño e importancia. Pero en todo caso
alguna relación orgánica hay entre ellas, relación que hoy por hoy es bien conocida por los planificadores
urbano-regionales. No poca veces ocurre mucho el caso de varias municipalidades
colaborando en la solución de los diversos problemas de orden común que
existen en una zona determinada.
Esto
implica necesariamente una organización súper estructural de aquellas municipalidades, que las coordine
eficientemente para el bien de los habitantes de la región.
Del
urbanismo puro, citadino, se ha pasado
ahora al urbanismo de dimensión regional,
que se enlaza en esta forma con los
planes nacionales de ordenación de todo el territorio. Y la función
municipal, cerrada y pueblerina, se abre
a la regionalización y a la cooperación
intermunicipal, avanzando así la
integración racional de los planes locales, regionales y nacionales,
dentro de un concepto único de progreso y desarrollo del
país.
A
este respecto, la Conferencia Económica
de la Organización de los Estados
Americanos, reunida en Buenos Aires en
agosto de 1957, recomendó.
n Que los Estados
Americano tengan en cuenta a las municipalidades en todo plan o programa tendiente a impulsar el
desarrollo económico de los respectivos pueblos y que reconozcan y estimulen la
actividad económica de los municipios, especialmente en lo que se refiere a la
creación de fuentes locales de trabajo y
a la organización de consorcios intermunicipales para la instalación de servicios públicos. (Carlos Moucher. Op´.
Cit)
n En
las comunas es donde reside la fuerza de los pueblos libres, la instituciones comunales son la libertad lo
que las escuelas primarias son la esencia, la ponen al alcance del pueblo,
le hacen gustar su uso pacífico y le habitúan a servirse de
ella.
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