Economía dominicana vive proceso de desindustralización

Por MAYELIN ACOSTA GUZMÁN
m.acosta[@]hoy.com.do 
12 septiembre, 2016http://hoy.com.do/economia-dominicana-vive-proceso-de-desindustralizacion/

El proceso de desindustrialización manufacturera de la economía dominicana se verifica por lo menos por la desaceleración de la tasa de crecimiento del valor agregado, la pérdida de gravitación del sector de la manufactura local en el Producto Bruto Interno (PBI) y la declinación de las aportaciones de la fabricación al aumento de la producción bruta total real, en los últimos seis años, afirmó el economista Luis H. Vargas .
La tasa de incremento del Producto Bruto Interno Manufacturero (PBIM) ha tendido a bajar en el país desde 8.11% -de julio de 2011 a junio de 2012- hasta 4.97% -de julio de 2015 a junio de 2016, de acuerdo a cifras anualizadas, basadas en informaciones publicadas por el Banco Central de República Dominicana.

Según un análisis del economista Luis H. Vargas, esta caída en promedio anual de 5.11% entre 2011 y 2016, inferior a la media de la variación anual de 7.21% las actividades productivas domésticas, ha generado una caída de la participación del valor agregado manufacturero en el Producto Bruto Interno (PBI).

Indica que en efecto, de 2010-2011 a 2015-2016, el coeficiente del producto sectorial manufacturero nativo con respecto al PBI desciende hasta 10.53% desde 11.84%. Diferente a los sectores de zonas francas industriales y construcción, que suben ligeramente, de manera sucesiva, a 3.62% de 3.32% y a 10.12 por ciento de 10.09 por ciento.
“En el transcurso de los años, la tendencia de desmanufacturización de la plataforma industrial nacional se comprueba también mediante la disminución tendencial de los aportes en valor agregado a la producción bruta interior”, dijo.

Precisó que por ejemplo estas aportaciones relativas se han desplomado anualmente, de julio del año anterior a junio del siguiente, desde 9.40% en 2011-2012 hasta 6.84% en 2015-2016; mientras escalaban mínimamente las de zonas francas industriales de 3.79% a 3.89% y significativamente las de construcción de 8.53% a 12.36%.

Según su análisis Vargas concluye que a final de cuentas, las enormes expectativas nacionales e internacionales albergadas tras el Consenso de Washington de que la liberalización de los mercados sería positiva para todos los países y, en particular, de que las empresas fabriles manufactureras locales y maquiladoras de países subdesarrollados capturarían crecientemente tanto nichos mercantiles interiores como exteriores se han desvanecido, a causa de la profundización de los desequilibrios comerciales y crisis económico-financieras mundiales.

“Esta política general errónea reemplazó lamentablemente la implementación de necesarias reformas nacionales de los sistemas de producción, comercialización, financiación, trabajo e institucionalización de los poderes estatales, alrededor de un acuerdo nacional que incluyera por supuesto la reestructuración de la industria y, especialmente, los sectores manufactureros local y zona franquero, bajo la rectoría del Gobierno central”, expresó

Vargas detalló que entre los principales propósitos de este convenio se apuntan la reconversión productiva y tecnológica de las pequeñas, medianas y grandes empresas, la refinanciación de las inversiones y operaciones, la reforma de los mercados y normativas laborales, la reinserción de la economía nacional a los mercados internacionales, la reconstrucción de la infraestructura física, la reinstitucionalización de los derechos y libertades de los trabajadores y la sustitución de políticas neoliberales por acciones estatales favorables de manera preferencial a las grandes mayorías de las empresas productivas y capas de trabajadores asalariados y cuentapropistas.