Principales fundamentos para la concepción y formación del pensamiento económico de José Martí
“Quien dice unión económica, dice unión política. El pueblo que compra, manda. El pueblo que vende, sirve. Hay que equilibrar el comercio, para asegurar la libertad. El pueblo que quiere morir, vende a un solo pueblo, y el que quiere salvarse, vende a más de uno”
José Martí
Conferencia Monetaria Internacional.
Washington 1891
José Julián Martí Pérez nació en la calle Paula n. º 41, La Habana, el 28 de Enero de 1853. Su padre era Mariano Martí, natural de Valencia, España, y la madre Leonor Pérez Cabrera, de Tenerife, Canarias, España.
En 1866 se matriculó en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. Al mismo tiempo matricula también en el colegio San Alejandro para tomar clases de pintura.
El 21 de Octubre de 1869 es condenado a seis años de prisión, acusado de traición a la corona española, en 1871 es deportado a España, donde realizó estudios universitarios y se gradúa de Licenciado en Derecho Civil y en Filosofía y Letras.
En 1878 vuelve a Cuba, el 31 de Agosto, para radicarse en La Habana, y el 22 de Noviembre nace José Francisco, su único hijo. Comenzó sus labores conspirativas figurando entre los fundadores del Club Central Revolucionario Cubano.
A Martí le tocó vivir en una época convulsa, la segunda mitad del siglo XIX es testigo de un acelerado proceso de concentración y centralización de la producción y el capital en los principales países capitalistas, aparejado consecuentemente con la internacionalización de las relaciones de producción capitalistas.
La influencia de algunos postulados de los fisiócratas trasciende en Martí, porque le permitirá pensar en términos de economía, fuera de las tendencias del capital industrial, lo cual le ayudó a distinguir las prioridades de desarrollo de la realidad económica latinoamericana y a evitar la tendencia a un mimético industrialismo a toda costa. Si el pensamiento liberal le orientaba positivamente hacia la búsqueda del progreso económico, incluido el industrial, las ideas fisiocráticas le permitían pensarlo en términos de autoctonía y de acción inmediata y concreta.
Durante sus estudios universitarios en España, Martí recibió por primera vez un curso de Economía Política como componente curricular de la carrera de Derecho, elementos que establecieron en él un notable antecedente para el surgimiento y desarrollo de su pensamiento económico. La materia era estudiada por un texto del profesor francés José Garnier que seguía con fidelidad las ideas liberales de Adam Smith, David Ricardo y Jean Baptiste Say, quienes son fueron economistas de talla mundial y de quienes su obra ha trascendido. Es muy posible que esa primera formación influyera en la preferencia de Martí por las ideas del liberalismo económico hasta bien entrada la década de 1880, Martí siguió adscrito al librecambio y a la defensa del derecho de propiedad, si bien siempre exaltó la función social de la misma. Para Martí lo injusto era la mala distribución de la riqueza y no el mecanismo capitalista de su obtención.
Martí estudia Economía Política por un texto Francés del profesor, político y economista José Garnier-Pagés
En su pensamiento de libre cambio José Martí subrayaba:
“A nadie daña tanto el sistema proteccionista como a los trabajadores. La protección ahoga a la industria, hincha los talleres de productos inútiles, altera y descalabra las leyes del comercio, amenaza con una tremenda crisis, crisis de hambre y de ira, a los países en que se mantiene. Sólo la libertad trae consigo la paz y la riqueza“
Respecto al tema también enfatizaba:
“…la tarifa proteccionista, que cierra el país al comercio extranjero por favorecer una industria ambiciosa, y por sustentar los falsos beneficios de un número reducido de empresarios mantiene la vida cara, las fábricas sin trabajo suficiente, el comercio desigual y rastrero, y los ánimos en la exasperación y el desasosiego que precede a las guerras“
Martí asegura su perspectiva librecambista cuando dice:
“Lo que en naturaleza humana se llama sociabilidad en la naturaleza del derecho se llama reciprocidad, y en la naturaleza de la economía libre cambio. El libre cambio es la prenda de amistad entre los pueblos, como las reciprocidades entre ellos la garantía de la justicia….la amistad de las naciones se basa en su interés mutuo; por cuidar cada uno del suyo alimenta el ajeno….de estas compensaciones resulta el progreso común.“
A pesar de no contar con las herramientas epistemológicas necesarias Martí pudo abordar los complejos problemas económicos de su tiempo haciendo observaciones que demuestran su comprensión realista. Es innegable la proyección de un rico pensamiento económico en José Martí, considerado, sobre todo, en su visión genial de los cambios que se producían en el capitalismo de su época, con el nacimiento del imperialismo.
Su pensamiento republicano lo nutrió de ese conocimiento profundo del librecambio, sus basamentos estaban enmarcados en el orden social capitalista, abogando por una república cubana-amiga cordial del vecino poderoso, sin interferencias, ni sumisiones, ni hipotecas que la subordinan, sometiéndose al interés político y económico de su gobierno y que los banqueros estén a la orden, necesidad y anhelo de cada ciudadano, desterrando toda desigualdades sociales, de razas, clases, etc.
Uno de los principales rasgos del pensamiento económico de Martí permite apuntar hacia una reflexión original y creativa en plena correspondencia con su concepción de que el problema de nuestra américa es nuevo y por tanto las respuestas no podemos encontrarlas en los estereotipos que ofrecen los libros y experiencias europeas y estadounidense.
De América Latina le preocupaba que la educación siguiera con los vicios que tenía en la colonia y la educación tenía en su pensamiento un peso fundamental, por eso sus ideas pedagógicas sobre el futuro hombre latinoamericano van de la mano con su pensamiento económico. No se puede construir la libertad con una educación enajenada de las realidades autóctonas y es interesante esta reflexión suya:
“En los pueblos que han de vivir de la agricultura, los gobiernos tienen el deber de enseñar preferentemente el cultivo de los campos. Se está cometiendo en el sistema de educación en la América Latina un error gravísimo: en pueblos que viven casi por completo de los productos del campo, se educa exclusivamente a los hombres para la vida urbana, y no se les prepara para la vida campesina. Y como la vida urbana sólo existe a expensas y por virtud de la campestre, y de traficar en sus productos, resulta que con el actual sistema de educación se está creando un gran ejército de desocupados y de desesperados; se está poniendo una cabeza de gigante a un cuerpo de hormiga. Y cada día, con la educación puramente literaria que se viene dando a nuestros países se añade a la cabeza, y se quita al cuerpo.”
Un sin número de acontecimientos que se llevaron a cabo en latinoamérica, sirvieron de base para que Martí lograra una experiencia muy importante en la formación y maduración de su pensamiento económico:
“En México, en Guatemala, fugazmente en Venezuela, desde La América, Martí diseña todo un programa de progreso económico que, reconociendo la propiedad privada y apoyándose en ella, intenta promover la capitalización autónoma. El caso guatemalteco es definitorio: tal capitalismo no podía darse aquí. La proyección martiana choca una y otra vez con los procesos políticos que, en el último cuarto del siglo, transformaron definitivamente el capitalismo mercantil colonial en moderno capitalismo del subdesarrollo en Latinoamérica.”
A finales del 1800 ya Martí contaba con una concepción económica bastante abarcadora e intrínseca en su pensamiento dada las experiencias y los momentos que le tocó vivir y por las vicisitudes de muchos países latinoamericanos que les tocó conocer y luego de vivir en España, Guatemala y México, reside en los Estados Unidos desde donde continúa su labor en la preparación de la inmigración para organizar una guerra necesaria en Cuba.
Vía| Elaboración propia , Ecolin
Más información| Monografias.com , Monografias.com
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