Mujeres emprendedoras entre los siglos XVI y XIX
Título: Mujeres emprendedoras entre los siglos XVI y XIX
Autor: Varios autores
Género: Biografía
Editorial: Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades
ISBN: 8492546352
Nº de páginas: 162 págs.
Precio: 5 €
Si alguien nos pidiera que visualizáramos a una mujer de hace doscientos o trescientos años, muy probablemente dibujaríamos a una madre encerrada en el hogar, cosiendo, cocinando o cuidando de sus hijos. Los estereotipos de género permanecen, aún, grabados a fuego en nuestra mente pero, a pesar de que la gran mayoría de mujeres encajarían en este molde, existieron muchas otras que demostraron que, también, podían desenvolverse en entornos muy distintos.
Mujeres emprendedoras entre los siglos XVI y XIX es una pequeña joya que nos descubre la biografía de mujeres excepcionales a lo largo de trescientos años de nuestra historia. Mujeres que, a pesar de las dificultades jurídicas y sociales, se convirtieron en emprendedoras, mujeres de negocios, inventoras o protagonizaron empresas de gran trascendencia para la historia de España y del mundo.
El libro se organiza en varios capítulos en los que nos presentan colectivos de mujeres citando algunos nombres propios de los mismos o directamente abordando la biografía de alguna de ellas en particular. Muchas tienen en común que iniciaron su trayectoria profesional a la sombra de algún familiar, mayoritariamente el marido, pero que asumieron con gran efectividad y determinación la dirección de sus negocios, normalmente tras la desaparición de aquellos. Es el caso de las mujeres dedicadas al negocio de las imprentas, el primer colectivo con el que nos encontramos, empresas que recalaron en España pocas décadas después de la invención de la imprenta a mediados del siglo XV.
Fueron muchas las mujeres de impresores que, a la sombra de ellos, aprendieron el oficio, como Francisca López, Isabel de Basilea o Jerònima Galés, cuyos nombres han trascendido porque llegaron a aparecen en algunas publicaciones de las imprentas que terminaron dirigiendo. Situación similar la encontramos en el caso de las mujeres que se pusieron al frente de algunas de las reales fábricas, de bodegas jerezanas o incluso de la primera refinería de petróleo en España. Así, encontramos nombres propios como el de María de las Nieves Álvarez en la Real Fábrica de Tapices o Cesárea Garbuno, al frente de la que fuera la primera refinería española, cuyas familias aún mantienen vivos sus negocios. Mujeres todas ellas que dirigieron con éxito las empresas familiares, que crecieron bajo su atenta supervisión, recibiendo el respeto incluso de las altas instancias del estado.
María de las Nieves solicita personalmente al rey su nombramiento como directora de la Real Fábrica de Tapices. Desde luego, parece evidente que las razones de María de las Nieves para esa petición eran las de mantener a su familia, aunque también cabe señalar que ella se estimaba capacitada para su puesto. Circunstancia que, al menos, llamaría la atención de Fernando VII que, impresionado por ella, no dudó en concederle el cargo, siendo la primera vez en la historia que una mujer ocupaba un puesto de este tipo.
Junto a estos colectivos, esta monografía nos presenta historias particulares como la de Luis Rosado, matrona del siglo XVIII que se enfrentó al orden establecido y decidió ofrecer sus servicios en un cartel. Luisa argumentaba ¿qué inconveniente hay en que lo sepa el público? refiriéndose a sus conocimientos de obstetricia en una España que hacía tiempo empezaba a ponérselo muy difícil a las mujeres que querían ejercer legalmente como matronas. O la escurridiza Isabel Zendal, cuyo nombre ha permanecido siglos en un injusto silencio, a pesar de haberse convertido en una pieza clave en la misión internacional conocida como Real Expedición Filantrópica de la Vacuna que pretendía llevar la vacuna de la viruela al nuevo mundo a principios del siglo XIX. Las dificultades para encontrar alguna referencia a su persona son muy complicados a pesar de la importancia de su papel en dicha misión. Los datos biográficos que de ella se conservan siguen siendo inciertos, escasos y, en algunos casos, contradictorios.
Empresarias de mundos tan dispares como el teatral o ganadero desfilan por las páginas de este libro único que nos descubre mujeres que se hicieron a sí mismas, emprendedoras que, sin tener a penas una educación formal, se pusieron al frente de grandes negocios que traspasaron las fronteras de nuestro país como la Condesa del Campo de Alange quien fue no solo una de las primeras mujeres empresarias de las que se tienen noticia en España, sino que también una gran emprendedora y trabajadora incansable.
Cierra la lista de mujeres excepcionales Rosario Acuña, quien aparece en este libro no tanto por su actividad como escritora o feminista, sino como empresaria y mujer de negocios.
Esta magnífica monografía pretende, como ya indica en su introducción, rendir homenaje y mostrar el importante papel que tantas mujeres han desarrollado a lo largo de la historia, y que tan pocas veces se ha reconocido, es una forma de hacer justicia y de agradecer su participación económica y su colaboración al progreso de la sociedad. Objetivo que cumple con creces porque nos desvela nombres propios y colectivos de mujeres aún en el anonimato que ejercieron roles a priori no aptos para ellas pero que supieron, con inteligencia y empeño, realizar con igual o más efectividad que los hombres.
Mujeres emprendedoras entre los siglos XVI y XIX es un proyecto fruto de la colaboración entre el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, este último a través del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades.
Os recomiendo encarecidamente que leáis este libro porque nos regala historias desconocidas para el gran público que demuestran que la historia esconde, aún, relatos apasionantes de mujeres excepcionales.
Autor: Varios autores
Género: Biografía
Editorial: Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades
ISBN: 8492546352
Nº de páginas: 162 págs.
Precio: 5 €
Si alguien nos pidiera que visualizáramos a una mujer de hace doscientos o trescientos años, muy probablemente dibujaríamos a una madre encerrada en el hogar, cosiendo, cocinando o cuidando de sus hijos. Los estereotipos de género permanecen, aún, grabados a fuego en nuestra mente pero, a pesar de que la gran mayoría de mujeres encajarían en este molde, existieron muchas otras que demostraron que, también, podían desenvolverse en entornos muy distintos.
Mujeres emprendedoras entre los siglos XVI y XIX es una pequeña joya que nos descubre la biografía de mujeres excepcionales a lo largo de trescientos años de nuestra historia. Mujeres que, a pesar de las dificultades jurídicas y sociales, se convirtieron en emprendedoras, mujeres de negocios, inventoras o protagonizaron empresas de gran trascendencia para la historia de España y del mundo.
El libro se organiza en varios capítulos en los que nos presentan colectivos de mujeres citando algunos nombres propios de los mismos o directamente abordando la biografía de alguna de ellas en particular. Muchas tienen en común que iniciaron su trayectoria profesional a la sombra de algún familiar, mayoritariamente el marido, pero que asumieron con gran efectividad y determinación la dirección de sus negocios, normalmente tras la desaparición de aquellos. Es el caso de las mujeres dedicadas al negocio de las imprentas, el primer colectivo con el que nos encontramos, empresas que recalaron en España pocas décadas después de la invención de la imprenta a mediados del siglo XV.
Fueron muchas las mujeres de impresores que, a la sombra de ellos, aprendieron el oficio, como Francisca López, Isabel de Basilea o Jerònima Galés, cuyos nombres han trascendido porque llegaron a aparecen en algunas publicaciones de las imprentas que terminaron dirigiendo. Situación similar la encontramos en el caso de las mujeres que se pusieron al frente de algunas de las reales fábricas, de bodegas jerezanas o incluso de la primera refinería de petróleo en España. Así, encontramos nombres propios como el de María de las Nieves Álvarez en la Real Fábrica de Tapices o Cesárea Garbuno, al frente de la que fuera la primera refinería española, cuyas familias aún mantienen vivos sus negocios. Mujeres todas ellas que dirigieron con éxito las empresas familiares, que crecieron bajo su atenta supervisión, recibiendo el respeto incluso de las altas instancias del estado.
María de las Nieves solicita personalmente al rey su nombramiento como directora de la Real Fábrica de Tapices. Desde luego, parece evidente que las razones de María de las Nieves para esa petición eran las de mantener a su familia, aunque también cabe señalar que ella se estimaba capacitada para su puesto. Circunstancia que, al menos, llamaría la atención de Fernando VII que, impresionado por ella, no dudó en concederle el cargo, siendo la primera vez en la historia que una mujer ocupaba un puesto de este tipo.
Junto a estos colectivos, esta monografía nos presenta historias particulares como la de Luis Rosado, matrona del siglo XVIII que se enfrentó al orden establecido y decidió ofrecer sus servicios en un cartel. Luisa argumentaba ¿qué inconveniente hay en que lo sepa el público? refiriéndose a sus conocimientos de obstetricia en una España que hacía tiempo empezaba a ponérselo muy difícil a las mujeres que querían ejercer legalmente como matronas. O la escurridiza Isabel Zendal, cuyo nombre ha permanecido siglos en un injusto silencio, a pesar de haberse convertido en una pieza clave en la misión internacional conocida como Real Expedición Filantrópica de la Vacuna que pretendía llevar la vacuna de la viruela al nuevo mundo a principios del siglo XIX. Las dificultades para encontrar alguna referencia a su persona son muy complicados a pesar de la importancia de su papel en dicha misión. Los datos biográficos que de ella se conservan siguen siendo inciertos, escasos y, en algunos casos, contradictorios.
Empresarias de mundos tan dispares como el teatral o ganadero desfilan por las páginas de este libro único que nos descubre mujeres que se hicieron a sí mismas, emprendedoras que, sin tener a penas una educación formal, se pusieron al frente de grandes negocios que traspasaron las fronteras de nuestro país como la Condesa del Campo de Alange quien fue no solo una de las primeras mujeres empresarias de las que se tienen noticia en España, sino que también una gran emprendedora y trabajadora incansable.
Cierra la lista de mujeres excepcionales Rosario Acuña, quien aparece en este libro no tanto por su actividad como escritora o feminista, sino como empresaria y mujer de negocios.
Esta magnífica monografía pretende, como ya indica en su introducción, rendir homenaje y mostrar el importante papel que tantas mujeres han desarrollado a lo largo de la historia, y que tan pocas veces se ha reconocido, es una forma de hacer justicia y de agradecer su participación económica y su colaboración al progreso de la sociedad. Objetivo que cumple con creces porque nos desvela nombres propios y colectivos de mujeres aún en el anonimato que ejercieron roles a priori no aptos para ellas pero que supieron, con inteligencia y empeño, realizar con igual o más efectividad que los hombres.
Mujeres emprendedoras entre los siglos XVI y XIX es un proyecto fruto de la colaboración entre el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, este último a través del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades.
Os recomiendo encarecidamente que leáis este libro porque nos regala historias desconocidas para el gran público que demuestran que la historia esconde, aún, relatos apasionantes de mujeres excepcionales.
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