Polyspastos, las grúas de Roma
Polyspastos romanos.
Los romanos disponían de tres tipos de grúas en función de los kilogramos a levantar. Para pesos livianos usaban el Tripastos, que con una horca monoviga y un sólo hombre operando el torno con tres poleas, podía levantar hasta 150 kg.
También usaban el Pentapastos, que disponía de cinco poleas, pero para las cargas realmente pesadas desarrollaron el Polyspastos, que según la carga a levantar, podía tener de dos a cuatro mástiles y disponía de 3 cuerdas y 5 poleas. Si se ponían a trabajar cuatro hombres con un Polyspastos, éstos podían levantar hasta 3.000 kg, y si el torno se sustituía por un acoplamiento, se podía incluso doblar la carga, llegando hasta los 6.000 kg.
Sin embargo los recursos ingenieriles romanos debieron ser incluso superiores, ya que hay constancia de piedras mucho mas pesadas, como las del templo de Júpiter en Baalbek (de hasta 100 toneladas a una altura de 19 metros), o la del bloque capital de la conocida columna de Trajano del famoso arquitecto Apolodoro de Damasco, que se levantó a una altura de 34 metros con un peso total de 53,3 toneladas.
Aunque para estas masas probablemente no se usaron Polyspastos, sino torres de elevación, cabrestantes y un alto grado de coordinación entre los operarios que aplicaban la fuerza a los mismos.
En cualquier caso, la destreza ingeniera romana superó ampliamente a otros grandes constructores de monumentos, como por ejemplo a los Egipcios, los cuales en la construcción de las Pirámides necesitaban 50 trabajadores para mover una piedra de 2,5 toneladas por una rampa, frente a los 4 trabajadores y 3.000 kg del Polyspastos romano.
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