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lunes, 15 de febrero de 2016

La matanza de San Valentín

La matanza de San Valentín

Publicado el 12:06 am por
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Matanza
Corría el mes de enero de 1920 y en los Estados Unidos entró en vigor y efecto la ley Volsted o para bien llamarla la National Prohibition Act y para los yankees la archifamosa “ley Seca”.
Básicamente esta ley prohibía la venta, elaboración y transporte de bebidas alcohólicas. Esta ley estuvo impulsada por numerosas organizaciones no gubernamentales (ONG) que suponían que el alcohol era el mal del momento y el culpable de la alta tasa de delincuencia que asolaba las tierras del norte.
En esos tiempos drogas como la cocaína y el opio se vendían en las farmacias… ¡sin receta! De ahí que viene la gran discusión de que si el alcohol debe ser tratado como una droga.
El tema es que, de un día para otro se cerraron los bares, los puticlubs y todo antro en donde se vendiera o elaboraran bebidas alcohólicas a raíz de la coyuntura es que obviamente surgió el “mercado negro”. Un país con tanta extensidad territorial y con tantas fronteras eran un invite al contrabando.
Es así que el país se plagó de bares clandestinos, en dónde se expendían bebidas alcohólicas de dudosa procedencia y más dudosa elaboración. Estos pequeños comercios, eran surtidos por una organización clandestina conocida como “Mafia” qué, diversificando sus actividades de prostitución y juego clandestino, se dedicaron a éste menester.
El chorro de dinero que entraba, era descomunal, bien administrado y mejor repartido, hacían que jueces, policías, predicadores y gobernantes hicieran la vista gorda. La ciudad Chicago se erigió cómo el epicentro del “crimen organizado”.
Aquí un inmigrante siciliano llamado Giacomo Colosimo, era el encargado de cobrar las coimas para un par de concejales corruptos, a los puticlubs locales. Tan bien hacía su trabajo, que el tipo terminó siendo dueño de muchos locales de alterne y de tantos otros bares, pero, le gustaba mostrar su nueva fortuna. Autos caros, putas caras, partuzzas garpadas por él… tanto fue, que terminó llamando la atención de las más arcaicas de las organizaciones clandestinas de origen Siciliano: “La Mano Negra”
Con el problema en puerta, el gringo ni lerdo ni perezoso, hizo llamar a un tal Jhonny Torrio… otro inmigrante de dudosa reputación. Torrio, pertenecía a una banda neoyorquina de baja estofa y de métodos radicales, Jhonny cumplió con creces el objetivo. La Mano Negra, no molestó más al bueno de Colosimo.
En un frio noviembre de 1911, la policía encontró los cadáveres de tres de los chantajistas. Así fue como Torrio se convirtió en la mano derecha de Colosimo. Joven y ambicioso, expandió su influencia en la ciudad, abriendo nuevos locales dedicados al placer o mejor dicho, a los placeres mundanos.
Pero resulta ser que en mayo de 1920, su mentor y amigo Colosimo muere de un plomazo del calibre 38, que le arrancó la mitad de la cabeza. Demás está decir que el crimen quedó irresuelto.
Con Colosimo mirando crecer las margaritas desde abajo, Torrio, se dedicó a reclutar hampones para su organización. Y para mantener el orden dentro de la misma, necesitaba de un “teniente” y para ello se valió de un jovencito audaz, inteligente y de probada sangre fría, un tal Alphonso Capone alias “Al” Capone o mejor conocido en el mundo criminal como Scarface.
“Scarface”
Torrio nombró gerente de su bar emblemático el “Four Deuces” y desde allí surge la figura de Al Capone… Al, cuidaba del negocio de su amigo, ya sea del bar, o de los putis, pero sobre todo, cuidaba del negocio de los camiones con el contrabando.
Al era un ciudadano modelo, tal es así que una vez fue detenido conduciendo en estado de embriaguez y a raíz de su “conducta ejemplar” los registros de tal detención se perdieron. No fue el mismo caso cuando un “soldado” de la organización tuvo la magnífica idea de hacer dinero rápido y se robó dos camiones con su cargamento… -¡Hey! ¡Hola! ¡Al!… dijo el soldado mientras levantaba la mano a modo de saludo. Seis tiros fueron la respuesta por saludo, el pobre Joe se desparramó por la barra del bar donde se había detenido a beber algo. Mal lugar… el bar era de Torrio.
Bugs Moran
Un tal Bugs Moran, líder de una banda de irlandeses, se había convertido en un dolor de huevos para Al Capone. Los irlandeses osaron robar la carga de un barco que venía de Canadá, propiedad de Capone.
Morán tenía su centro de distribución de licores, en un garaje de la calle Clark al 2100. El 14 de febrero de 1929 (día de San Valentín) se encontraban ahí siete hombres del clan irlandés, cuándo a eso de las diez de la mañana reciben la visita de cuatro hombres, dos uniformados de policía y dos de civil. Sacando sus ametralladoras Thompson calibre 9mm ordenaron a los irlandeses colocarse contra la pared del establecimiento y abrieron fuego… cada uno de los tipos de Moran recibieron entre 18 y 20 impactos de bala. Los vecinos, al escuchar las detonaciones, salieron a ver lo que sucedía. Y lo que posteriormente atestiguaron fue que dos policías custodiaban y metían dentro de un patrullero a dos tipos.
Al Capone, fue interrogado por el crimen… -Me hallaba en mi villa de Palm Beach… y cuándo estoy allá, es para descansar y me importa una mierda, lo que pueda pasar en esta ciudad… Wikipedia

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