"Me pegaron tan duro que defequé en los pantalones": los desgarradores testimonios de 4 sobrevivientes de Estado Islámico
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En su clásica novela 1984, George Orwell escribe sobre la Habitación 101, una cámara de tortura en la que los sospechosos son sometidos a aquello que les causa más temor, a lo peor de lo peor, con el objetivo de terminar con su resistencia.
Sobrevivir a un lugar de profundo dolor como aquel es uno de los mayores regalos posibles: el triunfo del espíritu humano.
En nuestra época, sobrevivir a un brutal cautiverio a manos del autodenominado Estado Islámico en Siria debe contar sin duda como uno de esos triunfos.
Los cuatro de la imagen fueron rehenes de EI y los liberaron hace dos años, en diferentes momentos.
Y cuando se reunieron por primera vez desde entonces, fue una celebración de la amistad que forjaron en la más mortal de las circunstancias, pero también el recuerdo de una terrible agonía.
En el programa de radio Held Hostage in Syria ("Siendo rehén en Siria") se acordaron de los meses sin la luz del sol, de las semanas que pasaron encadenados, de los días de golpes.
Tenían muy poca comida y anhelaban ropas limpias, un baño decente y, sobre todo, la libertad.
Pero aquél terrible tiempo fue también la confirmación de su extraordinaria resistencia.
Todos ellos ganaron "el juego de la supervivencia", tal como le llaman.
El "juego"
Poco tuvo de juego: fue un largo y terrible año de tormento para cada uno de ellos.
Cada quien encontró su camino para resistir y para preservar también algo parecido a la dignidad humana.
Federico Motka, un cooperante italiano, bajó la mirada y elevó la guardia para evitar los esfuerzos de sus captores por degradarlo.
El corresponsal de guerra francés Didier François los miró directamente a los ojos.
Daniel Rye Ottosen, el fotógrafo y exgimnasta de élite danés, hizo todo tipo de estiramientos para convencerlos de que no era un espía.
El bloguero francés Pierre Torres recibió golpes, pero también satisfacción, al ignorar sus órdenes.
Y todos ellos jugaron el juego juntos, ayudándose los unos a los otros a sufrir el calvario, de la misma manera que los guardias de EI de distintas nacionalidades se coordinaban para emplear diversas tácticas de tortura física y psicológica y tratar de destrozarlos.
Solo uno, Daniel Rye, fue sujeto de tal brutalidad que trató de quitarse la vida.
Pero los guardias lo detuvieron y sus compañeros de martirio lo sanaron.
En ese tiempo de suplicio también jugaron juegos reales: al ajedrez, con piezas fabricadas con cartón o con cortaúñas, y a las damas, con semillas de aceitunas o de dátiles.
Asimismo, improvisaron conferencias sobre temas varios, desde la pesca de carpa, pasando por cómo practicar vela, hasta cómo sumergirse en una piscina pequeña.
Es así como lograron escapar de sus propios pensamientos.
En cierto momento entre 2013 y 2014, 19 hombres con pasaporte occidental o ruso fueron tomados como rehenes y los dejaron juntos en una pequeña habitación.
La habitación contigua era una celda para cinco mujeres.
Uno por uno, y aleatoriamente, los liberaron o ejecutaron.
Del grupo de rehenes hombres solo soltaron a uno, el periodista británico John Cantlie.
Y del de las mujeres a una mujer cuyo nombre no se ha hecho público.
Otros periodistas y cooperantes, y cientos de sirios, no han vivido para relatar cómo fue su cautiverio.
Sabemos del terrible destino que corrieron por grotescos videos compartidos en las redes sociales, videos con los que decapitaciones medievales han alcanzado la astucia cinematográfica.
Pero ésta es la historia de cuatro hombres que fueron a Siria para informar sobre la guerra o para asistir a aquellos que estaban sufriendo la crisis humanitaria.
Todos llegaron para ayudar, en una u otra manera.
Y todos se encontraron con un infierno en vida.
Los reunimos hace poco en un estudio de radio la BBC. Ahí vuelven a la oscuridad, a las tenebrosas habitaciones de las que escaparon hace dos años.
Por momentos luchan por encontrar las palabras adecuadas.
Por momentos, no logran pronunciarlas.
Sienten todavía un profundo dolor, aunque por momentos sonríen.
"Cuando nos conocimos, pudimos compartir cosas que hasta entonces no pudimos compartir con nadie", reflexiona Didier François. "Es importante".
Y con nosotros, lo que comparten es una crónica obligada de nuestro tiempo.
La captura
- DIDIER FRANÇOIS
"Ocurrió muy rápido. Crucé la frontera (de Turquía a Siria) en la mañana, hacia las 10:30, y para las 11 ya me habían atrapado.
Había un coche delante de nosotros y otro detrás. Llegaron cinco hombres y todo fue muy profesional.
No había forma de escapar. Nos quitaron las gafas y los zapatos. Nos taparon los ojos, por lo que ya no pudimos correr. Y nos arrebataron los teléfonos.
Después de eso, te pones inmediatamente en modo supervivencia".
- PIERRE TORRES
"Me había graduado como oceanógrafo, pero en 2011 me capturaron, durante la Primavera Árabe.
Estaba muy interesado en la ciudad de Raqqa. Ahora es la autoproclamada capital de Estado Islámico, pero en ese tiempo era la primera ciudad en ser liberada del régimen de (el presidente de Siria, Bashar) al Asad.
Cuando me capturaron, estaba a apenas dos minutos de la casa de mi amigo en la que me estaba quedando. Un coche se detuvo a mi izquierda y cuatro o cinco personas con pasamontañas salieron de él.
No era algo por lo que asustarse en aquél tiempo en Raqqa. Era común ver a gente conducir con el pasamontañas puesto en plena tarde.
Así que me dije: "Quizá me pregunten qué hora es".
Pero luego vi los cañones de las pistolas y me di cuenta que era algo más.
Empezaron a clavarme las armas aquí y allí. Cuando estaba a punto de desmayarme, vi el capó del coche cubierto de sangre. Fue cuando me di cuenta que provenía de mi cabeza".
- FEDERICO MOTKA
"Estaba con David Haines (un cooperante británico al que EI asesinó) en el coche.Habíamos ido al campamento de Atma, justo en la frontera (entre Turquía y Siria) y conducíamos hacia la casa de seguridad.
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De hecho estaba hablando por teléfono con mi jefe de entonces y no me percaté de nada hasta que dos coches negros nos rodearon. Uno paró delante y otro detrás.
De ellos salieron unos ocho combatientes y escuchamos gritos.
En medio de la confusión nos sacaron del vehículo y nos tiraron al suelo.
Me acuerdo de la cara de un hombre que pasaba junto a nosotros en bicicleta: 'Oh, mierda', se leía en ella.
Después nos metieron en el maletero de un coche (...) y partieron a toda velocidad".
Los guardias
- DANIEL RYE
"El guardia me dijo: 'Daniel, ¿por qué tienes unos hombros tan anchos? Pareces un tipo del ejército o algo así'.
Yo le respondí que no, para nada. 'Fui gimnasta de élite. Es por eso que tengo el aspecto que tengo'.
Y él me contestó: 'Pues esa es la razón por la que los otros guardias creen que eres un espía'.
Fue entonces cuando me asusté de verdad.
Traté de demostrarle que no era un espía, que realmente fui gimnasta, haciendo estiramientos.
'Deja de hacer eso', me dijo el hombre. 'Se supone que debo interrogarte y torturarte'".
- DIDIER FRANÇOIS
"Lo difícil de cuando pierdes la libertad es que no hay reglas. Estás fuera del estado de derecho. Así que lo único que pueder hacer por ti mismo es conservar la dignidad.
Tienes que entender que ellos, todos, tienen un objetivo: mantenerte bajo control.
No había guardias buenos o agradables. Todos eran malos.
Pero sus estrategias para controlarnos como grupo eran diversas. Algunos usaban la violencia extrema y otros tácticas más sofisticadas.
Los guardias tendían a jugar con nuestras mentes, mientras los británicos eran más directos y optaban por el control y la violencia.
Y nunca sabíamos cuál de todos los métodos iban a utilizar".
- PIERRE TORRES
"En una etapa tuve un enorme sentimiento de culpa. Sentía que había aceptado ciertas cosas con demasiada facilidad y quería ser capaz de luchar.
Así que tomé como objetivo a un guarda joven, creo que de Túnez. Me paraba frente a él y lo miraba directamente a los ojos.
Los guardias son muy sensibles al lenguaje corporal y al contacto visual. Así queme quedaba allí, frente a él, con mis ojos que le decían: 'Eres un pedazo de mierda'.
En un momento dado me quiso golpear (...). Estaba totalmente fuera de control.
Me pegó con un palo. Me dolió todo el cuerpo (...). Me dio tan duro en el estómago que defequé en los pantalones.
Pero yo estaba eufórico. Como si hubiera tomado cocaína. Fue un gran momento. Mereció la pena".
Permanecer vivo
- DANIEL RYE
"Intenté centrarme en los pocos aspectos buenos de mi situación. Empecé a contar, a hablarme a mí mismo, a hacer proyectos en mi cabeza.
Es interesante el modo supervivencia que se activa cuando estás contigo mismo. Es difícil, realmente difícil. Estás solo con tu mente.
Al principio estaba en shock. Después vino la aceptación y la adaptación. Ydurante la última parte asumí que ese iba a ser mi día a día.
Es en esa última parte cuando te vuelves un buen rehén.
Y para mí personalmente ese fue el momento en el que el tiempo empezó a pasar más rápido.
- FEDERICO MOTKA
"Me separaron de Dave (David Haines). Y él me dio tres consejos que nunca olvidaré: "Di siempre la verdad. Si nos separan, invéntate una rutina. Y juega el juego".
A mí me llevaron a una celda totalmente oscura con un baño y durante tres semanas no pasó nada. Fueron días y días de soledad.
Me paseaba arriba y abajo, mantenía conversaciones con mis padres y mi hermana en mi cabeza, y trataba de dormir otra vez. Cualquier cosa para que los días pasaran.
Los rehenes nos volvimos grupo mucho después, a finales de julio.
La única posibilidad que teníamos de mantener nuestra dignidad era permanecer tan limpios como podíamos. Pero nos esposaban las manos a la espalda durante la noche y al frente en el día.
En algunas ocasiones, cuando nos decían que olíamos demasiado mal, nos retiraban las esposas para que nos quitáramos la camiseta y nos laváramos las axilas con un poco de agua.
Esa fue para mí la forma de mantener la dignidad. Buscaba cada oportunidad para ir al baño y lavar las ropas con agua. Esa fue mi obsesión".
La liberación
- FEDERICO MOTKA
"Fue uno de los momentos más agridulces de mi vida.
Hasta entonces creí que David (Haines) y yo seríamos liberados al mismo tiempo. Así que en el momento en el que me di cuenta que no, lloré como un bebé.
Dave (David Haines) estaba sentado junto a mí y nos abrazó a todos. Fue precioso.
Ellos me dijeron: 'Aprovecha la oportunidad'.
Para entonces David ya sabía que las cosas no pintaban bien".
(David Haines fue decapitado en septiembre de 2014, cuatro meses después de que liberaran a Federico).
- DANIEL RYE
"Cuando me liberaron, eramos ocho: un alemán, tres británicos, tres estadounidenses y yo.
Para aquel punto ya estaba claro que no iban a negociar por los estadounidenses o los británicos.
El día que me liberaron estaba sentado en un esquina, llorando, temprano en la mañana; solo, con una toalla en la cabeza para que los otros no vieran que estaba nervioso.
Fue cuando James (Foley) vino hasta mí, me rodeó con su brazo y me dijo: 'No te preocupes, probablemente vendrán en 10 o 15 minutos y estarás de camino a tu casa'.
'Disfrútalo. Realmente te ganaste tu libertad'".
El periodista estadounidense James Foley sería decapitado después, en agosto de 2014.
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