CAUSA DEL FRACASO DE
LOS INTENTOS EN LA VEGA, DE LA PRODUCCIÓN DE AZÚCAR.
Fuente:
Emilio Cordero Michel, Miembro Correspondiente A.D.H. ponencia presentada en el
congreso conmemorativo de los 500 años de la fundación de la Concepción de La
Vega Real, Museo Nacional de Historia y Geografía, Santo Domingo, 8 de
diciembre de 1994
Tercera
Parte (final)
Para que La Vega hubiera sido posible el
proceso de la industria azucarera era
necesario , como acabo de manifestar en
el párrafo anterior, que se contara con ciertas condiciones objetivas que
permitieran su fomento, tales como:
1ro.- Capital para las
inversiones. En
La Vega no faltó una cierta acumulación originaria o formación de capital, de
lo que careció fue de la decisión de los que la poseían para dedicarlo
a ese riesgoso y desconocido negocio, ya que, por tener recelos, preferían
orientarlos hacia otras actividades más fáciles y rentables
la explotación del oro y el
financiamiento de expediciones a las
islas antillanas y Tierra Firme,
donde esperaban encontrar mátales preciosos y un rápido enriquecimiento.
2do. Tierras fértiles y
llanas, con buenas lluvias o facilidades de riesgo,
con abundantes bosques no lejanos que
proporcionaran maderas de buena calidad para
construir molinos, carretas, implementos, edificaciones y
leña como combustible para las
salas de pailas durante las zafras ( Manuel Moreno Fraginals. Los ingenios,
complejo económico social cubano del azúcar. Tomo I. La Habana. Editorial de Ciencias Sociales, 1968, pp 15-18). Las
tierras de La Vega, no obstante de ser
feraces, planas y cubiertas de buenos bosques, no eran muy favorables por las excesivas lluvias que no
permitían una alta concentración de
sacarosa en el guarapo, por lo menos
hubiera hecho poco rentable la molienda
de la caña.
3ra. Ganado abundante: para
mover las carretas que tirasen las cañas, moviesen el trapiche, transportasen el azúcar a los
puestos de embarque y alimentasen a los trabajadores.
4to. Instrumentos de
producción materiales y humanos: Materiales como molinos, edificaciones, pailas, espumaderas,
tanques de decantación, hormas cajas, bocoyes, carretas, arados,
aperos de labranza, etc. Humanos, como amplias dotaciones de
indios encomendados (no disponibles por la violenta despoblaciones aborigen y
porque los repartidos estaban dedicados, fundamentalmente, a la
explotación de oro) o de esclavos, bien fueran caribeños,
lucayos, o africanos, que no existían en
abundancias entre los años 1505 a 1515. Estos dos elementos demandaban una gran
disponibilidad de capitales, ya que,
según Oviedo, un buen ingenio bien
aviado exigía una inversión de 10, 12,
15 o más miles de ducados. (Fernández de Oviedo. Op.cit. p 107. Nota: 15,000
ducados representaban unos US$60,000.00 dólares que, convertidos a pesos
dominicanos, equivaldrían a más de RD$12, 000,000.00 de 1994, ***hoy serían
unos RD$ 120, 000,000.00***.) Sumas que difícilmente podían aportar los propietarios de tierras de la época
avecindados de La Vega.
5to. Buenas vías de
comunicación y cercanías de los puertos. La unidad productiva debía estar ubicada en las cercanías de los lugares
de embarque del azúcar y contar con buenos caminos que permitirán el tránsito de
carretas. Este fue, a mi entender, el principal elemento que contribuyó a que en La
Vega fracasara la producción azucarera,
no en 1512, sino con posterioridad a esa fecha. La Vega, por
encontrarse enclavada casi en el centro de la isla, rodeada de montañas
s y caudalosos ríos, con caminos intransitables gran parte del año y sin posibilidades de utilizar el Río Camú,
afluente del Yuna, como vía acuática para acarrear productos agrícolas de gran
volumen hasta la Bahía de Samaná,
enfrentó el problema vital de la producción azucarera: el transporte. Es
inconcebible que a inicios del siglo XVI pudiera transportarse azúcar desde La
Vega a Puerto Plata, en el norte, o a
Santo Domingo, Haina, Palenque, Najayo u Ocoa, en el sur, a lomo de bestias, vadeando a nado
grandes ríos, cabalgando por trillos enlodados y anegadas sabanas.
Sobres esta falta de transporte existe variada
información documental. En 1505,
por Real Cedula, los reyes católicos,
instruyeron a Ovando que “los caminos
que decís que será bien adobar para el
puerto de la Plata sería provechosa asedios adobar e todas las cosas desta
calidad vierdes que son provechosas hacedla como paresciere” (Real Cédula a
Ovando sobre esclavos, acarreos de mantenimientos, acuestas, sal, etc. Segovia 15 de septiembre 1505 AGI indiferente Gral. 418 –lib 1 es Vicente Rubio
cedulario) tres años después por
Real Despacho a Ovando, Fernando se refirió a los inconvenientes del transporte
desde La Vega señalando que “los vecinos
dicen que no pueden vivir en ella
y no a mucho trabajo por la gran dificultad que hay en llevar las cosas de unas
partes a las otras, por ser tierra muy montañosas a ver muchos ríos e no estar
los caminos bien abierto”. ( Real Despacho a Ovando sobre las mercedes
que se han de otorgar en la Isla Española
que fueron suplicadas por sus precursores Antón Serrano y Diego de Nicuesa.
Burgos 30 de abril de 1508 AGI Indiferente Gral. 1961 lib. I En
Vicente Rubio, cuaderno.)
Úrsula Lamb, apologista de Ovando y gran
exageradora de los logros de su gobierno, escribió esta gran mentira: “La
variada y extensa actividad económica de la isla exigía el establecimiento de
medios de transporte, tales como caminos y puentes, así como buenos puertos. El
municipio análisis que hizo Ovando de las necesidades estratégicas y económicas
de la isla motivó el que el gobernador hiciera progresar la parte septentrional
de la misma. Efectuado los embarques desde Puerto Plata, se evitaban los
peligros del pasaje de Mona en la ruta de España”. Agrega la autora otra
fábula: “Los caminos que partían
de Santo Domingo en dirección
Norte, Este y Oeste estaban despejados y cuidados (…) El tráfico en
carreteras – desconocidos para los indios – y en los caminos de herradura
estaba protegido en toda la isla. (Úrsula Lamh, Op. cit. pp 139 y 177).
Moreu de Saint – Merey, basado no se sabe en
cuales fuentes, también fantaseó con la
existencia de caminos. Escribió “A
comienzo del siglo XVI, Puerto Plata estuvo floreciente. Los busques de España
llegaban allí en gran número y encontraban su cargamento de azúcar, porque en
aquella época era uno de los embarcaderos de La Vega y Santiago, hacia los
cuales Ovando había hecho construir un magnifico camino por la cual se le
censuró mucho los gastos hechos. (M.L.Moreau de Salet Máry. Descripción de la
parte española de Santo Domingo. Editora Montalvo, 1944 p. 200. Según la tradición
histórica, Ovando gasto en ese inexistente camino más de 2, 000 pesos castellanos. La noticia la ofreció Herrera Op.
cit.Década I p 131y la recogió Américo Lugo. Historia de Santo Domingo.
Santo Domingo. Editorial Librería Dominicana, 1932, p 359.)
La dificultad de la inexistencia de vías de comunicación entre La Vega, Puerto Plata y Santo Domingo
se mantenía vigente en 1525. En ese año,
en memorial de los vecinos de La
Vega a Carlos I se le informó que: por estar La Vega apartada de los puertos de
mar, los vecinos que en ella viven no
tienen otra contratación ni provecho
salvo coger oro. Que las cosas que
vienen de Castilla a la ciudad de Santo Domingo, por ser el camino largo é
malo, cuestan traerlas de Santo Domingo, a esta desta ciudad
a la villa de Puerto Plata hay menos caminos é más ríos peligrosos é sin
puente. De esta ciudad a la ciudad de Santo Domingo hay menos caminos
en los término de Bonao e Buenaventura, como aquellos pueblos sean casi despoblados e no los pueden adobar, que
Su Majestad mande que aderecen ( Las cosas que Pedro López de Mesa habrá
de pedir a Su Majestad en favor de la ciudad de Concepción de la Isla Española,
para su población’. Firmada por Diego Guzmán. Sin fecha. Posiblemente de 1525.
AGI- Patronato Real 4-Caj. I-Leg.CODOIN. Serie I, vol. 9 pp 456-460)
Como podrá notarse, la falta de caminos entre
La Vega y los puertos del Atlántico y del Caribe hizo imposible que se plantase
producir y transportar azúcar desde La Vega.
6to.por último, base fundamental de la
producción azucarera fue la existencia de un amplio mercado, tanto interno o
local, sino externo o mundial. Es inconcebible pensar que en los años iniciales
del siglo pudieran existir mercados regionales, mucho menos un mercado colonial
único. Aunque existía un mercado mundial en expansión, que mantenía
una escalada en los precios del azúcar. La Vega no pudo aprovechar esa coyuntura económica por su aislamiento y otros factores señalados
anteriormente.
A pesar de ello y de su creciente despoblación a partir de 1515, debido al agotamiento de
los yacimientos auríferos de
aluvión (despoblación que en 1528 era casi total, pues de 200 vecinos que había
anteriormente apenas quedaban 20 que
pensaban abandonarla). (Véase
relación de una carta a su Alteza de Rodrigo de Manzorro, regidor de Santiago
de los Caballeros de 1512 a 155. AGI-Simancas-Patronato –Est-2-Caj.I.Leg.1/26
CODOIN. Serie I vol. 36 p 410. Este funcionario informó que ‘la población se va
disminuyendo y es de creer que será perecedera’. En 1520. Hernando de Gorgón
envió un memorial a la corte relativa a la despoblación de la Isla Española (publicado en CODOIN Serie I vol. p 429) en la que manifestó que la Concepción se
va despoblando” Ya en 1528 la despoblación
era casi total, pues en La Vega, solía haber doscientos vecinos, de los que
ciento eran de caballo, hidalgos é personas principales: No hay agora
(ahora) veinte vecinos, é todos los más
están para desampararla”, (Relación de los oidores, Espinosa y Suazo al Consejo
de Indias, 30 de marzo de 1528. AGI-Signatura-Patronato Real-Lg. 172-Ramos 35.
En J. Marino Inchaustegui. Reales Cédulas y Correspondencia de Gobernadores de
Santo Domingo. Madrid. Graficas Reuidas, 1958, p. 201). Hubo intentos de la
corona para fomentar la producción de azúcar en La Vega. En 1512 se suspendió
el diezmo establecido en 1501 sobre las cañas de azúcar. ( “ Arancel por donde manda el
rey nuestro señor que se pague é cobre los diezmos é primicias en la Isla
Española é en las otras Islas é Tierra
Firme del mar océano en el que se declararán las cosas de que se han de pagar
diezmos é primicias é como se han de cobrar” CODOIN. Serie II.Tomo 5, Madrid, 1890,
p 25). En 1515, el arzobispo de La
Vega, Dr. Pedro Suárez de Deza, escribió a la corte un relación en la que
recomendó que “se deberán animar los oficiales de Vuestra Alteza a los casados
para que hiciesen ingenios
de azúcar, que allá serán muy provechosos para aquellas partes” (“Carta
del Obispo de Concepción de La Vega Real, Dr. Pedro Suárez de Deza, del 16 de
julio de 1515. ADI-Simancas-Patronato-Est. 2. Caj. 1-Lég.1-Leg.1/20. CODOIN.
Serie I. Vol. 36.p.370). En 1519, el tesorero Miguel de Pasamonte consiguió
a Francisco Orejón y Alonso Román, vecinos de La Vega, más de 100 indios y 500 pesos a cada uno para que construyesen molinos de
azúcar. (“Respuesta al cargo 23,
Declaración de Pero Vásquez” ADI-Justicia-46-ff235-236. En Justo L. del Río.
Op.cit. p. 312) En 1520, fracasó otro intento de establecer molinos de azúcar en La Vega, “ a pesar de que Figueroa
concertó y ofreció a los miembros del Cabildo, Álvaro de Castro y Pedro de
Atienza, la subvención para la construcción
de dos ingenios, no fue llevada a cabo tal erección”. La
ciudad estaba muy lejos de la costa para transportar la producción, era más
costosa la vida en ella y lo que iniciaron tales edificaciones no tenían
recursos para acabarlas (ADI-Justicia –
45-f.368v.En Justo L. del Río. Op sig. 314).
Con el
agotamiento del oro, los frustrados intentos por elaborar azúcar, la falta de caminos y la
subsiguiente despoblación de La Vega y otros poblados del interior de la isla,
en los valles y terrazas costeras se
desarrollaron casi todas las actividades agrícolas, fundamentalmente la
azucarera, por las facilidades portuarias que
ofrecían. La consecuencia inmediata de
esta situación fue la rápida desaparición de los pésimos caminos, con lo que “el azúcar impuso la costa sobre el interior minero… y las tierras más lejanas de
los puertos quedaron aprovechadas por una próspera ganadería” (Lorenzo E. López Sebastián y Justo L.
del Río Moreno. “Comercio y transporte en la economía del azúcar antillano en
el siglo XVI” Anuario Hispanoamericana. Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, 1992. P. 57).
☺Los escasos vecinos que quedaron en La Vega se
dedicaron, por tanto, a la producción pecuaria y a otro cultivo, también
asiático como la caña de azúcar, la cañafístola. En 1518 comenzó a cultivarse
esta planta empleada como laxante que, aunque pueda parecer jocoso, según carta
del licenciado Suazo a Carlos I, tuvo su origen en una pepita que defecó un
enfermo en una pugna que se le daba (Carta del licenciado Suazo,
Gobernador de La Española, a Carlos I sobre la necesidad de buen gobierno y
proporciones para su conservación y
aumento, una sucinta relación de las riquezas de aquellas tierra. Fechada en
Santo Domingo, el 22 de enero de 1518. AGI-Patronato Real-Leg- 174-Ramos 8 En
CODOIN. Serie I. Vol l p. 294. También
en J. Marino Incháustigui. Op. ct. p. 59.).
Estos acaeció en el Monasterio de San
Francisco, justo en los momento en que el obispo Suárez de Deza quemaba en
dicha villa a dos prófugos que huían de la Inquisición (Relación de una carta a su alteza del obispo de Concepción de La Vega,
Dr. Pedro Suárez de Deza, fechada en
Santo Domingo el 16 de julio de 1518.
AGI-Simancas-Patronatos Real. Est –Caj. I – Leg 1/20 CODOIN. Serie l. vol. 36
pp – 369-370/)
A partir de ese
momento la planta de aclimató y propagó con tanta rapidez y amplitud,
que en pocos años La Vega se convirtió
en gran productora y exportadora de sus
vainas. Así la villa de La Vega, sin que esto pueda ser considerado como un chistoso
retruécano, que fracaso varias veces en
la elaboración de la
caña y no fue pionera de la
industria azucarera americana, por una fortuita evacuación de una entera pepita de cañafístula, tuvo un
rotundo éxito en su producción y fue
cuna americana en el cultivo de ese popular purgante.
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