Civilización perdida de viracochas y la siniestra leyenda de Quetzalcóatl
Quetzalcóatl es una de las deidades de las culturas mesoamericanas, adorado especialmente por los Aztecas y los Toltecas, e identificado por algunos investigadores como la deidad principal del panteón prehispánico centro-mexicano. Su nombre significa “Serpiente emplumada” (de quetzal, nombre común del Pharomachrus mocinno y Coatl, serpiente).
La mayoría de las menciones de Quetzalcoatl sugieren que se trataba de una criatura gigantesca, una serpiente pájaro. Sin embargo, se descubrió que no todas las descripciones de esos pueblos convergen en este punto. Y a partir de ahí, las cosas empiezan a ponerse siniestras.
Cuando los conquistadores liderados por Francisco Pizarro encontraron por primera vez a los Incas fueron recibidos como dioses, “Viracochas“, debido a que su piel y cabellos más claros los hacían semejantes a los del Dios Viracocha. Leyendas similares fueron transmitidas por los cronistas españoles (Juan de Betanzos, por ejemplo) que describen a Viracocha como un “Dios Blanco”, muchas veces alto, con barba, al lado de una diosa rubia azteca, Quetzalcoatl y varias otras deidades del Panteón Central de los sudamericanos.
Las leyendas de la época dicen que Quetzalcoatl vivió entre su pueblo, hablan de que era alto y de tez blanca, con cabello rubio, ojos azules y barba; se especula que el origen de esta deidad proviene de la cultura Olmeca, sin embargo su primera aparición inequívoca ocurre en Teotihuacan. Fray Juan de Torquemada, un misionero franciscano, que recolectó investigaciones sobre las tradiciones indígenas del México Prehispánico acerca de Quetzalcoatl, dice: “Quetzalcoatl tenía el pelo rubio y vestía un traje negro cosido con pequeñas cruces rojas.”
Quetzalcoatl representa las energías telúricas que ascienden, de ahí su representación como una serpiente emplumada. En este sentido, representa la vida, la abundancia de vegetación, el alimento físico y espiritual para la gente que lo adora o el individuo que intenta una ascensión espiritual. La divinidad de la serpiente fue llamada Viracocha por los incas, Kukulkan por los mayas, Quetzalcoatl por los aztecas, Gucumatz en América Central, Votan en Palenque y Zamná en Izamal. En Perú, este Dios fue llamado Amaru en el territorio conocido como Amaruca (Algunos teóricos dicen que “América” podría haberse derivado del nombre de esta región). Amaruca se traduce literalmente como “Tierra de las serpientes emplumadas“.
Un antiguo muro del Templo de los Guerreros en Chichén Itzá, Yucatán, muestra el destino de una población precolombina. Algunos pueden verse defendiendo sus ciudades, mientras que otros cargan sus barcos de vela para escapar por mar. Cautivos y despojados de sus ropas son tomados prisioneros. Vinculando esto, el destino de muchos de los “Viracochas” era o fue, como está demostrado, morir en los altares de sacrificio de sus captores. Tradiciones orales aztecas, mayas e incas están repletas de numerosas referencias y descripciones completas y físicas de estas antiguas personas blancas y barbudas que les precedieron.
Las momias rubias a continuación que pueden ser vistas en el Museo Nacional de Antropología y Arqueología de Lima, Perú, eran de los Viracocha, que según los Incas, dice Pizarro, habían fundado su civilización.
¿Quiénes fueron los viracochas en realidad? ¿Y por qué los símbolos de Quetzalcóatl (la serpiente) y otros viracochas (tal vez el mismo), es tan próximos a la esvástica?
La coincidencia es tal que lleva a dos ideas: O los nazis tuvieron éxito en su búsqueda de viajes en el tiempo y luego se quedaron atascados en el pasado, convirtiéndose en líderes de estos pueblos precolombinos, o el ocultismo nazi tuvo en consideración esa parte de la historia de estos antiguos pueblos a la hora de crear su estética e identidad.
¿Qué hacia este pueblo rubio, con ropa nazi en el pasado, en medio de estas civilizaciones? Tal vez la respuesta a esta pregunta está en la búsqueda de Hitler de los objetos místicos de Thule, entre los cuales uno sería capaz de hacer que un hombre “caminara a través del tiempo”. ¿Descubrieron los nazis la tecnología y se equivocaron a la hora de utilizarla?
La leyenda cuenta que tanto Quetzalcoatl, como su eterno enemigo, el dios Tezcatlipoca, habían llegado a aquellas tierras a través del mar en barcos que no tenían remos, y que creían se movían por arte de magia. Tezcatlipoca tiene este nombre debido a que estaba en posesión de un “espejo humeante” con el cual podía ver a toda la humanidad y encarcelar a las almas de sus víctimas (que recuerda mucho a una tableta, ya que era común la idea del aprisionamiento del alma poco después del primer contacto que los seres humanos tuvieron con la fotografía).
Tezcatlipoca y Quetzalcóatl pasaron la vida peleándose entre sí, donde algunas batallas se describen de proporciones “apocalípticas”. Tezcatlipoca ganó después de años de una guerra intercalada con períodos de paz y de feroces combates. Quetzalcoatl desapareció en el mar en su barco, después de ser expulsado. Tezcatlipoca, que era considerado el dios de la Muerte, exigió que los sacrificios humanos volvieran a producirse, decretando el fin de las enseñanzas de Quetzalcoatl sobre este tema. Se estima que las culturas mesoamericanas llegaron a sacrificar a unas 250 mil personas por año.
Sin embargo, hay otra explicación para esta historia, una que dice que existía un pueblo de gigantes viviendo en estas tierras antes de que los colonos llegaran, pero ese será tema en el próximo jueves.
http://marcianosmx.com/civilizacion-perdida-viracochas-leyenda-quetzalcoatl/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario