La historia jamás contada de los Abel Hasbún
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Publicado el: 24 septiembre, 2017
Por: Euripides Pichardo
En la vida de todos nosotros, hay una historia a contar. Muchos la conocen y otros no. Esta de los Abel-Hasbún, muy pocos saben de ella, ni siquiera sus parientes más cercanos. Yo se la voy a contar, muy brevemente.
Les daremos a conocer, como llegan a Dominicana los padres de estos cinco (5) muchachos: -Jalim, Amín, Faisal, Abdalah y Musa-, que son un ejemplo para nuestro pueblo. Don Mahoma Abel Nafise nace en Al Mazraa Al Sharquia, un pueblo de Ramallah, Palestina.
A los 16 años, adultera su acta de nacimiento con dos años más para conseguir un pasaporte como adulto, toma un barco y llega a Cuba, donde trabaja como cortador de caña.
Empieza ahorrar todo su dinero que le pagaban, pues tenía comida y dormitorio, de pronto alguien le roba sus ahorros y Don Mahoma va a la estación policial, al no saber español, le dejan preso, porque entendieron que él era un ladrón y quería burlar a la policía. A las dos o tres semanas de lo sucedido, un árabe va a la cárcel y le pregunta el porqué está preso, él le explica y el árabe lo hace soltar y vuelve al corte de la caña. Calladito, empieza a ahorrar y prepara su partida. Toma una goleta con destino a Haití, desde donde cruza la frontera a Dominicana, ya había aprendido algo de español, y no se quería quedar en ese país. Ya en tierra de Duarte, empieza a trabajar lavando inodoros y fregando pisos en el Hotel Presidente, cuyo propietario era un árabe. En el ciclón San Zenón, le salva los dos hijos al dueño, quien lo sube de categoría y de sueldo, de ahí en adelante ya no tiene que lavar inodoros ni fregar pisos, de esa forma por su hazaña comienza a ganar más dinero y está en otra posición de menos forcejeo.
Un día, uno de los muchachos que él había salvado le faltó el respeto y le dio una bofetada que le voló tres dientes y establece su renuncia. El dueño del Hotel no quería que se fuera, le dijo que su hijo era un malcriado, y él muy buen trabajador, pero ya Mahoma tenía un buen dinero ahorrado y podía hacer una vida independiente. Seguidamente, compra una mesa en el Mercado Modelo, donde empieza su carrera de comerciante.
Al poco tiempo compra su segunda mesa, y amplía su negocio. En el año 1939 conoce en un viaje al Sr. Jorge Hasbún, quien había venido de Haití con su hija Liliana de 19 años, una rubia de ojos azules y cuerpo de guitarra, de quien se enamora locamente y convence al Sr. Hasbún de que le ceda la mano, no a muy buen gusto de su hija, quien se casa por obedecer a su padre. Ya en matrimonio, comienzan entre los dos a confeccionar almohadas y a venderlas, así como colchones de guata y el negocio cada día en proyección. Alquilan la casa número 108 de la Calle Santomé, frente al Mercado Modelo, y viven en la parte trasera, ponen la tienda en la parte delantera, ahí nacen sus cinco hijos: Jalim en el 1940, Amín en el 1942, Faisal en el 1944, Abdalah en el 1945 y Musa en el 1947. Más adelante, levantan otra tienda en la Av. José Trujillo Valdez, actual Av. Duarte y Don Mahoma atiende ésta y Doña Lily como le llamaban los más allegados, se queda atendiendo la de la Calle Santomé, casa que ya habían comprado, y a la cual le habían construido un segundo piso, habiendo puesto la primera planta de tienda solamente y residiendo en la segunda planta. Ya más próspero, compran un solar y construyen en la calle Elvira de Mendoza cerca del Colegio De La Salle.
Desde ahí, fue mucho más fácil para sus hijos ir caminando de la casa al colegio y a su entrada a la universidad; y así ellos estar tranquilos vendiendo sus mercancías. Salían día día a las seis de la mañana y regresaban a las siete de la noche, fueron dos padres ejemplares, que dieron todo por sus hijos y unos adorables abuelos.
En los días cercanos a la muerte de Amín, cuentan que Don Mahoma trató por todos los medios de que se entregara porque no quería que se lo asesinaran, pero Amín le respondió: “Papá no me pidas eso, que de todas maneras me matarán en la cárcel”. Estuvieron súper orgullosos de los logros de sus cinco (5) hijos, pero especialmente por Amín, porque sabían que era y siempre sería un Héroe Nacional.
El día que a Faisal lo inmortalizaron. Estaban en primera fila. Ese día estuvieron sus padres con una sonrisa eterna en sus labios, observando y aplaudiendo muy gozosos la exaltación de su hijo. Pero, sobre todo porque ya Faisal era padre de un varón, y para Don Mahoma era un orgullo, el decía que las tres hembras del inmortal no iban a seguir el apellido.
Así también, ambos estuvieron muy orgullosos de que sus cinco hijos se habían graduado de bachilleres, porque eso era un logro único en esa época.
Su esposa y adnegada madre de los estupendos muchachos, doña Liliana Hasbún Wesnom nace en Cuba, hija de Jorge Hasbún de Belén, Palestina, y Nathalie Wesnom de la Isla de la Martinica. Su padre era un árabe itinerante, tuvo ocho hijos en los siguientes países: Venezuela, Cuba, República Dominicana y en Haití, todos hermanos de padre y madre, pero de diferentes nacionalidades.
Finalmente, el padre de Liliana se radica en Haití estando la niña de pocos meses de nacida y se queda en ese país, donde Liliana se educa hasta el bachillerato. Aprende Francés, Creole y Español, luego acompaña a su padre y llegan a visitar a Santo Domingo a su hermana mayor, Rosa Hasbún, quien se había casado con un dominicano.
Ahí es donde conoce a Mahoma Abel Nafise, quien al conocerla se enamora y hace que su papá le case con él en contra de su voluntad. Liliana era tan bonita que en Haití le decían “La Pouppe”, o sea “La Muñeca”. Pero aunque obligada a casarse, vivió por 49 años casada con Mahoma, hasta que la muerte de él los separó. Don Mahoma murió el 12 de diciembre del 1988 y Doña Liliana descansó su alma el 2 de abril del 2009. De sus hijos, el mayor era Jalín quien jugó baloncesto en la categoría “C Sr.” en el Colegio de La Salle. Era el que llenaba la cancha colegial con el porte de niño bueno que poseía. Además, de lo fino y extraordinario que era como jugador, tiraba con las dos manos de frente. Jugó en los torneos que se realizaban en la Escuela Chile. Murió de cáncer en los pulmones por el abuso al cigarrillo a la edad de 70 años en el 2009. Sin mucha bulla, fumarse dos o tres paquetes de cigarrillos diarios no eran nada para él.
Seguía Amín, otro jugador excelente. Máximo anotador en el Torneo Intramural 7mo. y 8vo. grado del Colegio de la Salle. Muy inteligente para el juego, buen defensa y extraordinario pasador. Graduado con 16 años como Bachiller en Matématicas. Summa Cum Laude en la Alta Casa de Estudios en Ingeniería. Pero lo que distinguió a AMIN de los demás, fue su entereza a nivel político. Estuvo al mando de la Federación de Estudiantes Dominicanos -FED-. Como primicia para ustedes, a Amín le apodaban “VEJIGUITA” por sus movimientos incansable en el terreno de juego.
Tenemos a Faisal. Se inicia en el Colegio De La Salle, y en el 1959 logra el Campeonato Interescolar que le amerita ser seleccionado como el ATLETA ESCOLAR DEL AÑO, premio que otorga la Asociación de Cronista Deportivo -ACD-, ese mismo año entra a formar parte de la Selección Nacional de Baloncesto Superior a la edad de 15 años, siendo el más joven en obtener este gran honor. Líder anotador con San Carlos en el 1er. Torneo Nacional de Baloncesto Superior. Faisal era una especie de Iván Mieses, las tiraba todas. Pero, era que las metía todas. En el 1964, sus padres lo envían a estudiar la carrera de Medicina a España. Pero ahí, no detiene su carrera del juego que más amó. Se enlista en el equipo universitario de San José de Badalona, logrando de una vez el campeonato nacional y saliendo como el líder anotador del torneo. Hablar de Faisal es hablar de baloncesto nacional y del bueno. Mejor lo dejamos para otra entrega más amplia.
Continuamos con Abdalah, buen rebotero y con tremendo tiro de larga distancia. Muy entregado para el juego. Pre-seleccionado Nacional en el 1964-65. Estudió y jugó en la Universidad de Ingeniería en Mayaguez, graduado con buenas notas. En ese equipo estuvo Leandro de la Cruz, Eddy Rodríguez -EPD-, Jochi Canaán, recuerdo a Manolo Prince estar en ese grupo, pero por muy poco tiempo. Jugó en el Colegio de la Salle en todas las categorías y a nivel de clubes lo hizo con el Club San Lázaro. Dirigió uno de los departamentos de Agua Fluvial en Puerto Rico. Reside en estos momentos en Levittown, Puerto Rico, comunidad dentro del municipio de Toa Baja y parte de la Zona Metropolitana de San Juan. Levittown es una de las comunidades planificadas más grande de Puerto Rico.
Y por último, Musa. Jugador sumamente inteligente, excelente pasador y muy buen defensa. Jugó por igual que todos los Abel Hasbún en todas las categorías del Colegio de La Salle. Estuvo con el Club San Carlos, Villa Francisca y San Lázaro en su carrera y miembro de la Selección Nacional en Cuba 1969. Muchos desconocen que Musa fue mi entrenador en las categorías menores donde yo jugué y jugador del equipo de la barriada de Jobo Bonito… llevo ese honor. Estudiante meritorio graduado de bachiller en Ciencias Naturales, estudió y jugó en Barcelona en 3ra. División donde empezó la medicina. No terminó la carrera en la Madre Patria, pero si lo hizo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo fundada en 1914, que se considera la heredera de la Universidad Santo Tomás de Aquino, creada mediante la bula papal In Apostolatus Culmine el 28 de octubre de 1538. El Papa Paulo III estableció con esta bula la que sería posteriormente, la primera universidad de América. Es uno de los mejores Pediatras del país, su consultorio está en la Clínica Abel González. Actualmente reside en el Ensanche Félix Evaristo Morales con su familia. Como podemos ver, indudablemente los Abel Hasbún son una familia ejemplar para todos los dominicanos.
Nos honramos, dedicándole esta reseña a tan admirable y distinguida familia. Buen trabajo realizado por Don Mahoma y Doña Liliana con todos estos muchachos.
Padre y madre trabajadores, deben de estar sumamente orgullosos de saber que sus hijos son unos triunfadores como ellos. Que el señor los tenga en la gloria!.
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