CULTURA OFICIAL pruebas de rigor y sueño de chocolate

CULTURA OFICIAL pruebas de rigor y sueño de chocolate Una de las primeras pruebas distintivas de Pedro Vergés como ministro de Cultura fue decretar la austeridad ante el momio, el enchufe y las gárgolas faranduleras que descocaron la pasada gestión. Disolvió comités, “coordinaciones”, replicaciones y burbujas “espumosas”. Además, reformulando su proyecto y su presupuesto, devolvió posibilidad de sentido y dignidad a la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo.

Publicado el: 9 septiembre, 2017

Por: Amable López Meléndez

e-mail: amlendezlopez@hoy.com.do

El primer año de Pedro Vergés al frente del Ministerio de Cultura arroja como resultado que el reconocido escritor posee, en el dominio especializado y específico de la gestión cultural oficial, mejor visión panorámica de la problemática; mayor competencia para el cargo y más rigurosa puntería ejecutiva que la mayoría de sus predecesores. “Creemos que al año de nuestra gestión la institución está mucho más fuerte que cuando se nos encargó”, precisaba a propósito y bastante espaciado de juicio el propio ministro a la periodista Muriel Soriano del diario El Caribe (10-08/2017).
Las pruebas y razones de Pedro Vergés como ministro de Cultura no tienen que ser irrebatibles. Pero, es obvio que está revistiendo al MINC con un discurso profundo y una impronta distintiva a través de los cuales sortea el tiempo pesaroso de la espuma y apunta con efectividad a la fortaleza institucional. No enfatiza tanto sobre proyectos, escenarios o veladas, pero sí bastante sobre la necesidad de “políticas culturales” y sobre que “Cultura” reciba los recursos financieros que le asigna el Presupuesto Nacional. Entonces, Pedro Vergés casi nos sitúa otra vez al borde del sueño del chocolate; ante la posibilidad de un verdadero Ministerio de Cultura: respetable, actualizado, dinámico, proactivo e inspirador.
Inevitables me parecen algunos de los frutos del primer año de gestión de Pedro Vergés. Y si acaso esta premisa me ganara el desaire de los doctos o el “mal de ojos” de los aturdidos del Batey, el mismo ministro, los viceministros, los directores, los encargados y todo el equipo del MINC, únicamente estarían alucinando. Y esto sí que sería una desgracia. Porque toda esa calambre del politiqueo; todas las “aguajerías” y desatinos que desprestigian el legado cultural oficial de las últimas décadas, quedarían “cotizados” y registrados a perpetuidad como “los mejores”.
Claro, Pedro Vergés podría resultar nuestro ministro de Cultura más obsesivamente cuestionado en más corto trayecto. Los disidentes no soportan la disidencia. Son verdaderos yoguis. Obsesionados “performers” del infortunio. Y está bien que así sea. Todo el respeto. Los ciegos de la Espada de Zatoichi, afilan el mantra de la nada. Es mejor olvidarse de los endémicos refractarios del digno ejercicio reflexivo sobre las complejas y patéticas compulsiones, espectrologías y pruebas activadoras de la coartada cultural dominicana de estos espléndidos, precarios y cegadores umbrales del siglo XXI.
Esenciales, por su alta significación para el desarrollo de la literatura, la música, las diversas manifestaciones artísticas y la gestión cultural en nuestro país, resultan iniciativas como el relanzamiento de la Editora Nacional; la creación de la Biblioteca Dominicana Básica; la Orquesta Sinfónica Juvenil de Santiago de los Caballeros (con el apoyo del Grupo Mejía Arcalá) y el Fondo de Estímulo a la Creación Artística y Cultural con presupuesto anual de 20 millones de pesos.
Asimismo, durante su primer año al frente del MINC, Pedro Vergés ha tomado varias iniciativas que prueban su resuelta disposición de atender las prioridades y las justificadas expectativas de ciertos sectores que poseen una incidencia decisiva en el desarrollo cultural, artístico, educativo y espiritual de nuestra sociedad. Este es el caso de de las artes plásticas y visuales, sector que ha venido reclamando de manera persistente-y a todos los ministros anteriores-, una justa consideración ya que resulta una de las áreas más creativas, productivas y dinámicas de la industria cultural nacional.
El restablecimiento de la Dirección Nacional de Artes Visuales; el nombramiento de nuevos directores en la Escuela Nacional de Artes Visuales; la Escuela de Bellas Artes y el Centro de la Cultura de Santiago; la creación de la Dirección Nacional de Arte Público; el relanzamiento y extensión del gran evento “La Noche Larga de los Museos” y la integración de varios artistas reconocidos como José Sejo, Eric Genao, Leonardo Durán, Hamlet Rubio, Chiqui Mendoza, Hilario Olivo, Elvis Avilés y Orlando Menicucci, constituyen evidencias de la importancia del sector de las artes plásticas y visuales en la agenda ministerial de Pedro Vergés.
La reapertura de la Sala de Arte Ramón Oviedo como espacio de exposiciones se constituye en otra prueba del respeto que motiva y obtiene el sector de las artes visuales en la agenda cultural oficial. Se trata de una de las noticias más importantes del 2017 en el ámbito artístico nacional. La memoria del maestro Ramón Oviedo (1924-2015) queda justamente redimida y los artistas vuelven a contar con una plataforma inclusiva privilegiada.
El acto de relanzamiento se llevó a cabo la noche del miércoles 26 de julio. En la ocasión, el viceministro de Creatividad y Participación Popular, Cayo Claudio Espinal, aseguró la continuidad del programa de exhibiciones en la sala con que el MINC rinde tributo permanente al maestro inmortal. Asimismo, la consagrada artista Elsa Núñez, en nombre de los expositores, agradeció este gesto trascendental de Pedro Vergés, a quien calificó como “un verdadero amante de las bellas artes, como lo demuestra su oportuna decisión de reactivar esta importante sala al servicio de los artistas plásticos dominicanos”

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