QUIEN
FUE GIROLANO BENZONI.?.
Girolano Benzoni fue un
joven aventurero de 22 años que deseoso ver, como muchos otros, el mundo tuvo
noticias de aquellos países de Indias recientemente encontrados, a los cuales
todos llamaban Nuevo Mundo y decidí ir allá.. Pues no solamente deseaba ver nuevos países, sino también
hacerme rico.
Benzoni vivio en Santo Domingo durante once años, entre
1544 y 1545, como parte de los catorce años que pasó en América realizando
numerosos trabajos y formando parte de
algunas expediciones de conquista en Venezuela, Centroamérica y Perú.
Benzoni narró sus
aventuras por estas tierras en una crónica que título Historia del Nuevo Mundo publicada por primera vez en Venecia en
1565. Sin ser una crónica monumental al
estilo de Oviedo y Las Casas, esta Historia del
Nuevo Mundo fue uno de los libros más populares en Europa. Al terminar
el siglo XVI circulaba por toda Europa en quince ediciones, a las cuales se les añadieron once ediciones más en el curso del siglo XVII y tres en el siglo XVIII, dos en el siglo XVIX,
y por lo menos otras tres en el XX.
En su narración Benzoni
mezcla sus propias vivencias con los testimonios que escuchó de viva voz de los españoles ancianos, y de
protagonistas de eventos que él mismo presenció cómo fue el caso de unos
corsarios franceses apresados en Santo Domingo a quienes el entrevisto en la Fortaleza Ozama.
Benzoni estuvo en Santo Domingo mientras la colonia
era gobernada por el Licenciado Alonzo Cerrato, quien tenía a cargo de liquidar las rebeliones de esclavos negros que hacían peligrar la economía azucarera colonial. A estas rebeliones le dedico Benzoni varias
páginas importantes en la tercera parte
de su Historia del Nuevo Mundo.
Benzoni culpa a los colonos de Santo Domingo de las
rebeliones negras de la isla de Santo Domingo. Dice él que. “cuando los indios de esta isla empezaron a
caer en el estado más ruinoso, los españoles trajeron gran cantidad
de negros de la Guinea, conquista
del Rey de Portugal; mientras hubo minas los hacían trabajar en la extracción del oro y de la plata, pero cuando éstas ya no produjeron, ellos fueron a aumentar el número de trabajadores del azúcar
“Y
como en la nación española hay hombres
no solamente crueles sino crudelísimos, sucedía que, si uno de ellos quería castigar
a un esclavo por alguna cosa malhecha, o por no haber extraído de la mina la
acostumbrada cantidad de plata, cuando por la noche venía a la casa, en vez de darle cena le hacían quitarse
la ropa, si es que tenía puesta alguna camisa, lo arrojaba al suelo y le ataba
las manos y los pies, colocándoles una madera atravesada que se llamaba por los españoles la ley de Bayona, y creo que fue inventada por un
gran demonio; luego lo azotaban con una soga o correa hasta que todas sus carnes lloraban sangre.
“al
terminar toman una libra de pez o también una escudilla de aceite hirviente y
poco a poco se la hachaban por todo el cuerpo; después lo levan con pimienta del país (aji caribe) disuelta en agua y sal y lo deja encima de una tabla con una frazada, hasta que el dueño parezca que
pueda de nuevo trabajar.
Otros hacen
un hoyo en el suelo y allí introducen el cuerpo del esclavo, de pie, con
excepción de la cabeza, y lo dejan toda
la noche; los españoles dicen que utilizan
esta medicina porque la tierra atrae hacia aquella sangre y protege la carne
de la formación de llagas, así que la curación
es más rápida. Y si alguno muere, como
suele suceder, por lo grave del dolor, su
dueño según la Ley de España no recibe castigo, sino la obligación de pagar otro esclavo al Rey”.
“Así
debido a las grandísimas crueldades, algunos de ellos, poco al principios,
comenzaron a huir de sus amos y a recorrer la isla como desesperados; luego se
multiplicaron de tal manera que han dado y
aún dan mucho que hacer a los españoles….
Cuando yo vivía en la isla se decía como
cosa cierta que eran más de siete mil”.
Benzoni fue uno de los muchos peones y aventureros que se
enrolaron en las huestes de la conquista. Nunca fue un oficial destacado, sino
un trabajador anónimo, un brazo fuerte y bien dispuesto a obedecer a sus jefes
a cambio de protección y prebendas.
Aunque él no
entra en detalle acerca de los oficios que tuvo que desempeñar, así describe claramente su participación en redadas esclavistas en Tierra Firme que destrozaban comunidades aborígenes.
En su libro Benzoni describe esas redadas hablando en primera persona y su
testimonio sirve para entender cómo se abastecían de esclavos
indios los españoles.
Tomado de la Fuente;
Frank Moya Pons. Revista Rumbo, año II, No. 85, del 13 al 19 de Septiembre de
1995, pag. 4.
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