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miércoles, 20 de junio de 2018
Maximiliano I, el Emperador que murió por México
Napoleón III intervino en el país para apoyar a los monárquicos que perdieron sus privilegios con el triunfo de los liberales
«Ejecución del Emperador Maximiliano de México», Manet -
C.C
Maximiliano I, el Emperador que murió por México
Napoleón III intervino en el país para apoyar a los monárquicos que perdieron sus privilegios con el triunfo de los liberales
Madrid
Actualizado:
20/06/2018 15:42h
.
El
19 de junio de 1867
Maximiliano I de México
vería por última vez el sol. El Emperador de la dinastía Habsburgo había sido condenado a muerte por los liberales, cuyas
Leyes de Reforma
-las cuales tenían por objetivo separar a la Iglesia del Estado- mantuvo vivas. Y aunque las monarquías europeas suplicaron por su vida,
Benito Juárez
no retiró la orden de
fusilamiento
.
El
Cerro de las Campanas
en Querétaro se tiñó de la sangre del Archiduque austríaco y de los generales
Miguel Miramón y Tomás Mejía
. Y esa misma bala que atravesaría el corazón de Maximiliano -el hombre que entregó a su patria adoptiva, intentando crear un Estado de derecho- puso fin al
Segundo Imperio mexicano; triunfando así la
república.
«Voy a morir por una causa justa, la de la Independencia y la libertad de México. Que mi sangre selle las desgracias de mi nueva patria. ¡Viva México!», pronunció Maximiliano segundos antes de ser ejecutado por un
escuadrón de siete hombres
.
La gran excusa de Napoleón III
La
Segunda Intervención francesa en México
aconteció durante el reinado de Napoleón III y se produjo principalmente por dos factores: frenar la
expansión estadounidense
hacia América y el intento de revivir las viejas glorias del antiguo Imperio.
Benito Juárez
-
ABC
Tras la
Guerra de Reforma
(1858-1861) -donde liberales y conservadores sangraron al país-, México se estaba ahogando a causa de la
deuda externa
. Por esta razón, el victorioso
Benito Juárez
manifestó ese mismo año la imposibilidad de saldarla.
Muy alertado,
Napoleón III
convocó al
Imperio británicp
y a
España, también muy afectados
económicamente a causa de esa cruenta guerra civil mexicana. Las tres naciones se reunirían en
Londres
para formar una
alianza tripartita
, a través de la cual intentarían presionar, aunque sin éxito, al nuevo gobierno de Juárez el pago por los daños.
En
1862
las tres potencias enviaron
expediciones armadas a Veracruz
. Tanto España como el Reino Unido comprendieron que México no podía cumplir con la demanda por falta de fondos; y dando media vuelta, retornarían a sus casas. Sin embargo, Napoleón III no aceptó las disculpas del mandatario, así que a modo de excusa decidió
intervenir militarmente el país
; porque desde luego no había enviado a sus tropas en balde. De esta manera ordenó a sus hombres desplegarse en la república; pues para el Emperador aquella circunstancia bien podía significar la resurrección del esplendor napoleónico.
»Los conservadores confiaban en que Maximiliano I restituiría al clero mexicano los privilegios que el liberalismo juarista les había quitado»
Todo había sido calculado fríamente. Estados Unidos estaba en medio de la
Guerra de Secesión
-eso impedía enviar refuerzos bélicos al país vecino-; y por lo tanto la vulnerabilidad militar del gobierno de Juárez se acentuaba a favor de los franceses. Y los
conservadores monárquicos mexicanos,
que habían pedido ayuda a Francia para la restauración de sus viejos privilegios se pusieron al servicio de las tropas de Napoleón III para vencer a los liberales.
Y aunque el
Ejército mexicano
derrotaría con honor a las fuerzas del Emperador durante la
batalla de Puebla el 5 de mayo de 1862
, no pudieron resistir al último despliegue; entregando la plaza el 17 de ese mismo mes.
No obstante, Juárez y su gabinete huyeron hacia
San Luis Potosí,
y estarían viajando con él hasta el fusilamiento de
Maximiliano I de México
.
Maximiliano, «el elegido»
Los conservadores querían un soberano de «sangre azul» -a diferencia de
Agustín de Iturbide
, durante el
Primer Imperio mexicano
-, y como Napoleón III quería estrechar sus lazos con Austria pensó en el hermano del
emperador Francisco José
, el Archiduque Maximiliano de Habsburgo, como el mejor de todos los candidatos de la
aristocracia europea
.
Napoleón III y Eugenia de Montijo -
ABC
«Los monárquicos mexicanos consideraron a Maximiliano como la persona ideal para salvaguardar sus intereses: era un príncipe católico joven, casado con una hija del Rey Leopoldo de Bélgica, nación también católica y de gran influencia en la política internacional; por ello, confiaban en que los Archiduques restituyeran al clero mexicano los privilegios que el liberalismo juarista les había quitado», explica la antropóloga
Gloria M. Delgado de Cantú
en su libro
«Historia de México, legado histórico y pasado reciente»
(Pearson Educación, 2004)
«Su notoriedad como príncipe idealista y justiciero le hizo parecer tanto a los conservadores, como a muchos liberales moderados, como un soberano idóneo para superar la pugna de partidos y crear en México un Estado de derecho,»
Como Veracruz era el
epicentro de la organización liberal
, no sería ninguna sorpresa que el recibimiento de los futuros Emperadores fuera un completo desastre.
El 28 de mayo de 1864
, desembarcaban Maximiliano y Carlota de la
fragata Novara
, y el pueblo jarocho no se mostraría precisamente efusivo. Pero eso solo era una de las muchas señales de que el Segundo Imperio caería nada más reorganizarse las fuerzas de Juárez. A pesar del rechazo, el
Archiduque de Austria
sentiría una pasión profunda por su nueva patria nada más arribar.
El extranjero que amó México
Los conservadores confiaron en que Maximiliano I restauraría el viejo orden y aquellas
Leyes de Reforma
-a través de las cuales
todos los hombres eran iguales ante la justicia
- serían derogadas, recuperando así la clase dominante sus anticuados
privilegios
. ¿Si no, para qué habían auxiliado durante la intervención a los franceses y aceptado a aquel extranjero como representante de aquel México dividido?
Retrato del emperador Maximiliano I de México, 1864
-
C.C
«Su notoriedad como príncipe idealista y justiciero que le precedía desde Austria, le hizo parecer tanto a los conservadores, como a muchos liberales moderados, como un soberano idóneo para superar la pugna de partidos y crear en México un Estado de derecho, que gobernaría para el pueblo, aunque no por él mismo», relata el historiador
Konrad Ratz
«Tras las huellas de un desconocido: nuevos datos y aspectos de Maximiliano de Habsburgo»
(Siglo XXI, 2008).
Para desconcierto de todos, el Emperador no sólo decidió no devolver los bienes expropiados a la Iglesia sino que también aceptó aquellas
premisas legislativas juaristas
. Y aunque había sido muy noble por su parte; desgraciadamente para la figura que venía a representar el Archiduque fue como lapidarse a sí mismo.
A diferencia de los conservadores, Maximiliano buscaba proteger los derechos sociales. Su política era reflejo de un amor sincero por su patria adoptiva y sus gentes.
La
reconciliación nacional
que buscaba Maximiliano era una utopía en aquella bipolaridad. Desgraciadamente dos bandos con fuerza no podían sobrevivir sin más guerras civiles de por medio; y si bien quería restaurar el orden bajo su poder era necesario mermar a una de las partes. Y
el ingenuo extranjero que amó México
, sólo tenía un hueco entre los monárquicos.
«Fascinarás a los republicanos más apasionados con tu personalidad, pero no cuentes demasiado con ello, los principios opuestos no se avienen, y Juárez y compañía serán siempre más demócratas que tú y, además, nacieron aquí», le escribió la
Emperatriz consorte
en una ocasión.
Retrato del archiduque de Austria Maximiliano y la archiduquesa Carlota -
C.C
Durante el reinado de Maximiliano se hizo énfasis en el rescate de la cultura; mientras Carlota organizaría numerosas fiestas recaudando fondos para la beneficencia. La
justicia y el bienestar social
se habían convertido en las prioridades del soberano. Durante ese tiempo
abolió el trabajo de los menores
, restringió las horas laborales, restauró la propiedad común, prohibió el castigo físico y olvidó cada una de las deudas del campesinado que superasen los diez pesos. A diferencia de los conservadores, Maximiliano buscaba
proteger los derechos sociales
. Su política era reflejo de un amor sincero por su patria adoptiva y sus gentes.
Un hombre contra el mundo
La
Guerra de las Siete Semanas
impediría al
Emperador Francisco José
enviar apoyo militar a su hermano al otro lado del mundo; y por otro lado, la victoria de
Otto Von Bismarck
obligó a
Napoleón III
a retirar las tropas de México para disponer de sus hombres frente a la amenaza del canciller.
Napoleón III
-
EFE
Maximiliano se había quedado completamente solo, con las esperanzas de un México más justo hechas trizas; y los estadounidenses -no lo suficientemente deshechos después de su guerra civil- esperaban la llamada de Benito Juárez para eliminar cualquier
vestigio monárquico europeo
en la nación.
Si quería sobrevivir se le había propuesto
abdicar
. Pero, sin embargo Carlota le negó a su marido considerarlo siquiera, cuando
le escribió en 1866
: «Abdicar es condenarse, extenderse a sí mismo un certificado de incapacidad y esto es solo aceptable en ancianos o en imbéciles, no es la manera de obrar de un príncipe de treinta y cuatro años, lleno de vida y esperanzas en el porvenir (...). El Imperio no es otra cosa que el Emperador.»
http://www.abc.es/historia/abci-maximiliano-emperador-murio-mexico-201806201458_noticia.html
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