LA ÚNICA EMPERATRIZ CHINA, WU ZETIAN (624-705)
En el siglo VII, una concubina china decidió dar un golpe de estado y hacerse con el poder en la tradicional China. Que una mujer decidiera ostentar el poder era una osadía en un mundo patriarcal en el que el llamado "sexo débil", tenía un papel más que secundario. Wu Zetian decidió romper con las normas establecidas y demostró ser una emperatriz competente. Sin embargo, la leyenda negra, puso su acento en los errores que cometió, dejando en un segundo plano las reformas que llevó a cabo.
Wu nació el 17 de febrero de 624 en un lugar desconocido de la provincia china de Shanxi, aunque existen opiniones que la sitúan en la capital, donde por aquel entonces reinaba el emperador Gaozu, de la dinastía Tang. Su padre, Wu Shihou, era canciller al servicio del emperador, mientras que su madre descendía de la poderosa familia Yang. Wu creció rodeada de lujos y se le facilitó un acceso poco habitual en las jóvenes, a la educación. Con una mente despierta, Wu aprovechó la oportunidad que le brindaban y aprendió música, literatura, artes y se sumergió en la lectura de textos políticos e históricos.
Cuando tenía catorce años, la joven fue escogida para formar parte del amplio harén imperial del emperador Taizong quien pronto se dio cuenta de las capacidades intelectuales de su nueva concubina quien se convirtió en una suerte de secretaria y empezó a descubrir los entresijos del poder.
Casi una década después, en 649, fallecía el emperador Taizong, al que le sucedió su hijo con el nombre de Gaozong. Algunas fuentes, aseguran que antes de la muerte del padre, Wu había mantenido una relación secreta con el hijo, razón por la cual permaneció en el harén con el cambio de emperador. Era habitual que las concubinas que no habían dado hijos al soberano abandonaran el harén a la muerte de este y se recluyeran a vivir en un monasterio. No se sabe con certeza si Wu llegó a abandonar el palacio para regresar de nuevo, pero lo cierto es que escandalizó a las mentes más tradicionales que veían con muy malos ojos que una mujer fuera concubina de dos emperadores.
Wu ascendió en la jerarquía del harén y empezó a influenciar cada vez con más fuerza en cuestiones de gobierno a pesar de las continuas desavenencias con la emperatriz Wang. En el año 654, Wu había dado a luz a una hija del emperador que falleció prematuramente. La propia Wu acusó ferozmente a la emperatriz Wang de haber asesinado a su hija, ayudada de otra concubina que al parecer también odiaba a Wu. Algunas voces acusaron a la propia Wu de haber terminado con la vida de su hija para urdir una trama que la llevó a relegar a Wang en el papel de emperatriz consorte y conseguir que Wang y la concubina que supuestamente la había ayudado en el asesinato fueran torturadas hasta la muerte.
Con un emperador inexperto y enfermizo, Wu empezó a tomar las riendas del poder. Los afines a la emperatriz fueron asumiendo los puestos clave en la administración mientras que los críticos fueron eliminados. Cuando en 683 falleció el emperador Gaozong, los rumores de envenenamiento por parte de su esposa sobrevolaron el palacio.
Uno de los hijos del emperador y Wu, Zhongzong, subió a un trono que continuó estando controlado por la mujer que había pasado a ejercer el papel de emperatriz viuda y regente. Hasta que, en 690, decidió dar un paso más en su ambicioso camino hacia el poder dando un golpe de estado y proclamándose emperatriz de una nueva dinastía que ella misma bautizó como dinastía Zhou.
Durante más de una década, la emperatriz Wu demostró ser una hábil gobernante que ayudó a expandir el territorio del imperio, mejorar la educación, las infraestructuras y el ejército. Mientras tanto, sus detractores no aceptaron que fuera una mujer la que decidiera los designios de la China imperial y empezaron a difundir historias acerca de asesinatos, purgas y orgías que dibujaron la leyenda negra sobre ella. Wu Zetian había nacido en una sociedad patriarcal. Desde que el confucionismo legitimara el poder de los hombres sobre las mujeres, estas fueron perdiendo las pocas libertades que tenían, como escoger libremente un marido o participar en la vida pública. Desde hacía siglos, las mujeres no podían ser educadas ni tener ningún papel relevante en la sociedad china. Por lo que fueron muchos los que se negaron a aceptar a una mujer como emperatriz titular. Wu Zetian se apoyó en el budismo, declarado religión oficial en 691, para legitimar su poder.
A principios del año 705, cuando Wu ya era una anciana de más de ochenta años, sus detractores consiguieron apearla del trono imperial que volvió a ser ocupado por su hijo Zhongzong. Antes de finalizar el año, el 16 de diciembre de 705, fallecía la que fuera la única emperatriz de China.
Wu nació el 17 de febrero de 624 en un lugar desconocido de la provincia china de Shanxi, aunque existen opiniones que la sitúan en la capital, donde por aquel entonces reinaba el emperador Gaozu, de la dinastía Tang. Su padre, Wu Shihou, era canciller al servicio del emperador, mientras que su madre descendía de la poderosa familia Yang. Wu creció rodeada de lujos y se le facilitó un acceso poco habitual en las jóvenes, a la educación. Con una mente despierta, Wu aprovechó la oportunidad que le brindaban y aprendió música, literatura, artes y se sumergió en la lectura de textos políticos e históricos.
Cuando tenía catorce años, la joven fue escogida para formar parte del amplio harén imperial del emperador Taizong quien pronto se dio cuenta de las capacidades intelectuales de su nueva concubina quien se convirtió en una suerte de secretaria y empezó a descubrir los entresijos del poder.
Casi una década después, en 649, fallecía el emperador Taizong, al que le sucedió su hijo con el nombre de Gaozong. Algunas fuentes, aseguran que antes de la muerte del padre, Wu había mantenido una relación secreta con el hijo, razón por la cual permaneció en el harén con el cambio de emperador. Era habitual que las concubinas que no habían dado hijos al soberano abandonaran el harén a la muerte de este y se recluyeran a vivir en un monasterio. No se sabe con certeza si Wu llegó a abandonar el palacio para regresar de nuevo, pero lo cierto es que escandalizó a las mentes más tradicionales que veían con muy malos ojos que una mujer fuera concubina de dos emperadores.
Wu Zetian había nacido en una sociedad patriarcal. Desde que el confucionismo legitimara el poder de los hombres sobre las mujeres, estas fueron perdiendo las pocas libertades que tenían, como escoger libremente un marido o participar en la vida pública.
Wu ascendió en la jerarquía del harén y empezó a influenciar cada vez con más fuerza en cuestiones de gobierno a pesar de las continuas desavenencias con la emperatriz Wang. En el año 654, Wu había dado a luz a una hija del emperador que falleció prematuramente. La propia Wu acusó ferozmente a la emperatriz Wang de haber asesinado a su hija, ayudada de otra concubina que al parecer también odiaba a Wu. Algunas voces acusaron a la propia Wu de haber terminado con la vida de su hija para urdir una trama que la llevó a relegar a Wang en el papel de emperatriz consorte y conseguir que Wang y la concubina que supuestamente la había ayudado en el asesinato fueran torturadas hasta la muerte.
Con un emperador inexperto y enfermizo, Wu empezó a tomar las riendas del poder. Los afines a la emperatriz fueron asumiendo los puestos clave en la administración mientras que los críticos fueron eliminados. Cuando en 683 falleció el emperador Gaozong, los rumores de envenenamiento por parte de su esposa sobrevolaron el palacio.
Uno de los hijos del emperador y Wu, Zhongzong, subió a un trono que continuó estando controlado por la mujer que había pasado a ejercer el papel de emperatriz viuda y regente. Hasta que, en 690, decidió dar un paso más en su ambicioso camino hacia el poder dando un golpe de estado y proclamándose emperatriz de una nueva dinastía que ella misma bautizó como dinastía Zhou.
Las mujeres no podían ser educadas ni tener ningún papel relevante en la sociedad china, por lo que fueron muchos los que se negaron a aceptar a una mujer como emperatriz titular.
Durante más de una década, la emperatriz Wu demostró ser una hábil gobernante que ayudó a expandir el territorio del imperio, mejorar la educación, las infraestructuras y el ejército. Mientras tanto, sus detractores no aceptaron que fuera una mujer la que decidiera los designios de la China imperial y empezaron a difundir historias acerca de asesinatos, purgas y orgías que dibujaron la leyenda negra sobre ella. Wu Zetian había nacido en una sociedad patriarcal. Desde que el confucionismo legitimara el poder de los hombres sobre las mujeres, estas fueron perdiendo las pocas libertades que tenían, como escoger libremente un marido o participar en la vida pública. Desde hacía siglos, las mujeres no podían ser educadas ni tener ningún papel relevante en la sociedad china. Por lo que fueron muchos los que se negaron a aceptar a una mujer como emperatriz titular. Wu Zetian se apoyó en el budismo, declarado religión oficial en 691, para legitimar su poder.
A principios del año 705, cuando Wu ya era una anciana de más de ochenta años, sus detractores consiguieron apearla del trono imperial que volvió a ser ocupado por su hijo Zhongzong. Antes de finalizar el año, el 16 de diciembre de 705, fallecía la que fuera la única emperatriz de China.
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