Ni Jesús ni Cleopatra fueron negros, lo más seguro
29 de marzo de 2016 - 12:08 am - 0
http://acento.com.do/2016/opinion/8335316-8335316/
Se ha llegado a imprecisas interpretaciones históricas como las que sitúan a Jesús y Cleopatra siendo negros.
La historiografía que montó la modernidad occidental, a partir del helenocentrismo y el eurocentrismo, en el sentido de que la historia de lo humano, el conocimiento y lo bello inició en Grecia y de ahí, de la mano de los romanos, pasó a Occidente a través de Europa, sacó a África y al hombre negro de la “historia”. Conforme a esa estructura eminentemente racista e ideológica, es que vemos como, por ejemplo, se hacen películas sobre los egipcios antiguos donde éstos aparecen siendo blancos ya que se considera a Egipto una civilización supuestamente no negra ni africana. Grupos africanos y afrodescendientes, para reivindicar lo negro, a su vez, han desmontado, en base a la investigación histórica y científica seria (véase los trabajos de Cheikh Ante Diop, Martin Bernal y Eugenio Nkogo Ondó) esa historia falsa y racista que despojó a África y al negro de su historia. Sin embargo, en el proceso, se ha llegado a imprecisas interpretaciones históricas como las que sitúan a Jesús y Cleopatra siendo negros. Ninguno de estos dos personajes, es casi seguro, fue negro. Veamos cada caso.
Jesús
Decir que Jesús era negro es históricamente impreciso. Si Jesús fue, efectivamente, un galileo judío en tiempos de dominio romano en Judea pues es muy difícil que fuera negro porque los judíos de ese tiempo, en esa región, no eran negros (tomando por negro lo que hoy día, en el contexto de la modernidad occidental que creó la idea de raza a partir del “descubrimiento” de las Américas, consideramos negro; toda vez que, por consiguiente, recordemos, lo negro como lo conocemos hoy no existía en aquella época). Los judíos de la Antigua Palestina en la que vivió Jesús era gente de color cobrizo como los egipcios y sauditas de hoy día. Así mismo, es más impreciso aún creer que Jesús fue un hombre blanco de ojos azules como lo pintan los cuadros de las iglesias cristianas occidentales. Esa imagen de un Jesús casi rubio es un invento italiano bastante reciente (apuntan algunas versiones que esa imagen la creó Miguel Ángel, que era homosexual, inspirado en uno de sus amantes; es decir, es posible que los cristianos -muchos siendo homofóbicos- estén adorando a su Jesucristo a través de un homosexual).
Por otro lado, de ser cierto el relato del Talmud Bavli judío (el Talmud es el texto religioso más importante para la halajá –recopilación de textos sagrados que dan cuerpo a la ley judía- que incluso la Torá porque se entiende que aquel corrige a ésta) en el sentido de que Jesús fue un hechicero de origen egipcio, pues sí pudiese ser que fuera negro. Pero esa versión del Talmud es muy históricamente cuestionable ya que se hizo con el propósito de vilipendiar el cristianismo en favor de la “pureza” del judaísmo, habida cuenta de que los amoraim que la escribieron vivieron siglos después de Jesús. Lo más seguro es que Yeshua ben Yosef o ben Gamal (Jesús en español), en tanto es lo que indica el análisis histórico serio no prejuiciado por creencias religiosas, fue un judío galileo místico (posiblemente de la secta de los esenios) que agrupó entorno a su figura carismática una importante legión de seguidores, judíos jasídicos esenios y zelotes, que, tras su muerte, contrarios al judaísmo institucional de su época dirigido por las élites fariseas y saduceas-betosianas de Jerusalén, crearon un misticismo religioso nuevo que, con el tiempo, de la mano de Pablo y los escritores de los evangelios sinópticos, derivó en la cristiandad que hizo de aquel humilde galileo un Cristos, esto es, el mesías que ciertos profetas judíos habían anunciado.
Cleopatra
Cleopatra tampoco era negra seguramente. Cleopatra era descendiente de los monarcas del Egipto ptolemaico. El Egipto ptolemaico surge tras Alejandro Magno conquistar la región egipcia que hasta entonces estaba en mano de los persas. A la muerte de Alejandro Magno sus tres grandes generales (Ptolomeo, Seleuco y Antíoco) se repartieron el vasto imperio que éste había conquistado. Ptolomeo quedó con Egipto siendo el primer monarca –bajo el nombre de Ptolomeo I Sóter- del Egipto Ptolemaico, reino en el que todos los monarcas surgieron de su descendencia. Cleopatra fue la última monarca ptolemaica. Los ptolemaicos eran originarios de la actual Macedonia (Alejandro Magno y sus tres generales mencionados fueron macedonios) donde nunca la gente de ahí ha sido negra. Los monarcas ptolemaicos se mezclaron muy poco con los egipcios; ni siquiera con las élites egipcias. Por tanto, Cleopatra era realmente una macedonia. Esto es, una mujer de rasgos físicos como los griegos y turcos de hoy día; que no son negros.
Ahora, si Cleopatra hubiese sido descendiente de los faraones de la antigüedad egipcia sí que hubiese sido negra lo más posible. Los faraones egipcios y las élites sacerdotales egipcias fueron negras hasta los días del último faraón egipcio Necatebo II; el cual fue derrocado por el ejército del rey persa Cambises II quien instauró el Egipto Persa que perduró hasta la llegada de Alejandro Magno.
Egipto Antiguo fue una civilización específicamente negra hasta la XII Dinastía antes de la llegada de los Hicsos semitas los cuales fundaron Havaris al este del delta del Nilo; luego llegaron asirios, libios, persas, fenicios, griegos y otros. A partir de ahí la masa egipcia comenzó a mezclarse con otros pueblos y, en ese contexto, con el tiempo, la mayoría egipcia dejó de ser negra. Sin embargo, la casta de faraones y sacerdotes egipcios se mezclaron muy poco de tal manera que mantuvieron sus rasgos negros hasta los últimos días del imperio. Nefertiti, Hatshepsut, Nitocris y otras grandes egipcias sí fueron negras. Mujeres negras de la antigüedad que en cuanto a inteligencia, astucia política y belleza física no tienen nada que envidiar a otras figuras femeninas de la historia.
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