POR QUE SE DICE… ORIGEN DE ALGUNOS DICHOS DE USO HABITUAL
ORIGEN DE LOS DICHOS MAS POPULARES
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AL QUE QUIERA CELESTE QUE LE CUESTE:
Quien anhela obtener algo muy valioso debe estar dispuesto a afrontar su precio, por alto que éste sea. El dicho y su moraleja guardan estrecha relación con un mineral, el lapislázuli, que se extrae de unos pocos lugares de Oriente. Con él se fabricaba un bellísimo color azul, muy resistente a la acción del tiempo, que por su procedencia fue llamado azul de ultramar. La gran rareza del lapislázuli y el alto costo de su transporte hicieron que su valor fuera comparable al del oro. Cuando los papas y los grandes señores del Renacimiento encargaban un cuadro, se estipulaba por contrato cuánta pintura de oro y cuánto azul de ultramar entrarían en la obra.
Al mezclarse con blanco, ese precioso azul producía el celeste que originó la expresión. Pero existe también otra versión sobre ese origen, vinculada con la acepción religiosa de la palabra celeste, equivalente a celestial. En tal caso, serían los sacrificios realizados en la Tierra el precio de la gloria en el Cielo. Ambas versiones no se contradicen. Y ninguna de las dos deja duda de que cueste y celeste riman con muy justa razón.
BUSCARLE LA QUINTA PATA AL GATO
Cuando se tienen reparos sobre la conducta o los dichos de terceros se utiliza esta frase, cuya forma correcta según algunos sería “buscarle tres pies al gato”. Los diccionarios no se ponen de acuerdo. El de María Moliner, por ejemplo, prefiere esta última versión y la define como: “buscarle complicaciones a un asunto que de por sí no las tiene”. La mayoría de la gente al citar el dicho menciona tanto al micifuz al que le falta una extremidad como al que le sobra.
Para ellos el sentido es idéntico. Y todavía están los que hacen distingo acerca de la aplicación del tres o del cinco. Los que la emplean en la primera forma sostienen que se refiere a lo fácil que resulta criticar: frente a cualquier minino, sea persa o atorrante, hasta el más torpe encuentra los tres pies requeridos. En cuanto a lo de la quinta en no querer aceptar, por mala fe o ignorancia, la realidad tal cual ES. Una cuarteta anónima resume muy bien este dilema trivial: “El normal cuatro presenta, tres si le falta una sola, y cinco si quien las cuenta toma por pata la cola” una solución salomónica, como se ve.
COMO TURCO EN LA NEBLINA
La frase es producto de una serie de cambios y derivaciones que comienzan cuando en España se llamóturca a la borrachera. La razón tiene toques de humor. Al vino puro, sin añadido de agua, se lo denominaba tanto vino moro corno vino turco, por no estar “bautizado”. En consecuencia, las mamúas tomaron el nombre de turcas. De allí viene la primera parte de la expresión en su forma original: “agarrarse una turca”. Lo que sigue se debe exclusivamente a la picardía criolla. ¿Quién puede hallarse más confundido que un borracho que se pierde en la niebla? El pasaje de con la turca al actual como turco lo realizó espontáneamente el uso popular. Y así el turco entró en el dicho y en la neblina, dando lugar a una pintoresca expresión que vale para cualquiera que ande muy desorientado. Por más sobrio que esté.
DE PUNTA EN BLANCO
En los ejercicios para combate, los caballeros medievales empleaban armas de hierro ordinario que carecían de filo y llevaban en la punta un botón, como los floretes con que se aprende esgrima. Recibían el nombre de armas negras, en oposición a las que se usaban en los torneos, que eran de acero filoso y tenían el extremo afilado o, como se decía entonces, la punta en blanco. En esas lizas, los contendientes se presentaban ante el árbitro o maestro de armas acompañados de sus escuderos, quienes portaban los yelmos con sus penachos y los respectivos escudos. La gran pompa de esta ceremonia con música de fanfarrias y el espectáculo de las armaduras relucientes y los estandartes al viento quedaron asociados a la frase “estar de punta en blanco”, que tomó el sentido de mostrarse con las mejores galas. Pasaron los tiempos feudales, pero el dicho subsiste. Sólo que ahora se aplica a cualquiera que luce impecablemente desde el peinado hasta los pies. Vestido de punta en blanco. Como para un torneo… de elegancia.
EL TALÓN DE AQUILES
Aquiles, el héroe de la Ilíada, no podía ser herido más que en una parte de su cuerpo: el talón. Cuando era niño, según la leyenda, su madre Thetis lo sumergió en el Estigia, uno de los ríos que circundan el infierno. Quien se bañaba en él se volvía invulnerable. Pero el talón del que la madre lo sostenía no fue mojado por las aguas mágicas. Por eso murió en el sitio de Trova: una flecha envenenada le dio justamente en el talón. La frase alude hoy a los aspectos más débiles y más expuestos de un individuo. Si sucumbe con facilidad a los flechazos del halago o de una tentación determinada, decimos que esas “zonas erróneas” son su talón de Aquiles.
GOZAR DE LA FRESCA VIRUTA
Usted estaba sentado gozando de la fresca viruta.” Así da comienzo Roberto ArIt aPsicología simple del latero, una de sus inolvidables Aguafuertes porteñas. Tres líneas más adelante habla nuevamente de lafresca viruta al describir a su protagonista apoltronado en una silla de café, bebiendo cerveza bajo un toldo y repitiéndose, hasta el hartazgo, que la vida tiene sus partes lindas. “Gozar de la fresca viruta” consiste en eso: pasarla bien sin preocuparse por nada y disfrutando lo que se tiene a mano. Pero ¿qué relación existe entre el dolce far niente y eso que el diccionario define como lámina fina y enrulada que sale de la madera al cepillar?. Ocurre que hasta no hace mucho era común aprovechar la viruta para rellenar colchones. Tanto las tiras de madera como el aire que queda entre ellas son excelentes aislantes del calor. El relleno, además, se acomoda muy bien al peso y la forma del cuerpo. Por eso, en la era preplástica, la viruta fue parte del ocio. Y gozar de ella, un arte, que como dice muy bien Arlt, hacía sentir la vida más linda. Más liviana, más mullida y más fresca.
HOGAR DULCE HOGAR
La frase –Home sweet home, en el original- es parte de una e cación cuya versión española sería: “Por más que cruzemos / la tierra y el mar / siempre extrañaremos tan bello lugar: ¡Hogar dulce hogar!”. Pertenece a una pieza teatral estrenada en Londres en 1823. Su autor, John Howard Payne, fue un excelente dramaturgo y actor norteamericano que vivió en Europa, De Payne es también la letra de esa canción, que prendió en los corazones ingleses en una época en la que las conquistas del Imperio británico obligaban a muchos a dejar su patria para residir en las colonias.
Desde hace 170 años la expresión se repite en todo el mundo. A veces con ironía, cuando la casa se alborota demasiado. Y, con mayor frecuencia, para resumir nuestra añoranza, al sentirnos lejos de la familia y de los objetos queridos. 0 al volver a ellos.
IRSE AL HUMO
Expresión muy nuestra que equivale a lanzarse atropelladamente en procura de algo. Existen dos versiones acerca de su origen, ambas relacionadas con la guerra contra el indio. La primera figura en la segunda parte de Martín Fíerro y se refiere a las llamadas que se hacían las tribus para combatir en malón: “Su señal es un humito” -dice José Hernández- “que se eleva muy arriba./ De todas partes se vienen / a engrosar la comitiva ( … ) para formarla han salido / de los últimos rincones.” La segunda versión la registra Lucio V. Mansílla quien en Una excursión a los indios ranqueles comenta: “El fuego y el humo traicionan al hombre de las pampas, significando que una fogata mal apagada o la pólvora que quemaban los fusiles bastaban para que lanzas y boleadoras acudiesen a la humareda”. La frase se ha modernizado, pero conserva su sentido original.
Ya sea cuando un humito apetitoso nos impulsa a atropellar en busca de una porción de asado o cuando un fallo dudoso hace que el malón de una hinchada se vaya al humo contra el á r b i t r o .
LA CHANCHA Y LOS VEINTE
Expresión criolla que nació a fines del siglo pasado y fue popularizada por un sainete de la época así títulado. Denota a la persona codiciosa que, no conforme con la ganancia que le corresponde en un trato, se empeña en obtener mayores ventajas. Es condensación de otro dicho más largo, “el chancho, la chancha y mi los veinte lechones”, que agrega al abuso una exageración: la cría de una cerda a través de su vida fértil rara vez llega a la veintena. Por concisión, la idea quedó abreviada en su forma actual: “Querer la chancha y los veinte…”. Pero a la picardía popular no le pareció suficiente. Eran tiempos del auge de los frigoríficos y de la explotación de todo lo que se pudiera sacar de un animal.
De modo que la frase se usa en locuciones tales como “Fulano pretende quedarse con la chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos”. Ese agregado tecnológico eleva la rapacidad al colmo. Muestra el afán desaforado de quedarse con todo. Y con algo más, de ser posible.
MORIR DE AMOR
Se habla corrientemente de las agonías del amor, y el tema inspíra óperas, best-sellers, tangos, boleros y culebrones. La idea de que el sentimiento amoroso está fatalmente asociado con el final de la existencia nos viene desde muy atrás como lo prueban las lenguas más antiguas. Del indoeuropeo (lengua madre del sánscrito, el griego y el latín) heredamos la raíz wen- que significa desear intensamente, querer, amar.
De allí viene Venus, nombre de la diosa del amor, de donde salió venéreo, que antes se refería al amor físico y hoy sólo se aplica a ciertas enfermedades sexuales. Y también venerado, persona idolatrada. Pero los filtros de amor y los sufrimientos atroces propios de un amor no correspondido hicieron que de la misma raíz wen– derivase además una palabra terrible,veneno. Así surgió la alianza entre las palpitaciones del corazón y su interrupción definitiva. Amar y morir quedaron unidos, sobre todo entre los románticos y los adolescentes, tan amigos ambos de las expresiones tremendas. Cuando “morir de amor ” no va más allá de una manera de hablar, la sustituye una frase bastante más prosaica: “ hay amores que matan”.
NO ES MOCO DE PAVO
Cuando queremos ponderar la importancia de un asunto cualquiera, con frecuencia nos valemos de una comparación negativa y destacamos que eso “no es moco de pavo”. El diccionario define moco de pavocomo “apéndice carnoso eréctil que el pavo tiene sobre el pico”. Pero el dicho del título proviene de cuando se usaba reloj con cadena. Ésta asomaba como una provocación para los ladrones, quienes aprovechaban las aglomeraciones para desprender el reloj y dejar la cadena que lo sujetaba.
Dado el público del que salían los incautos (llamados “pavos” en la jerga del delito), esas cadenas eran de escaso valor, de modo que se quedaban colgando como cuelga el moco del ave. Hoy, se usan relojes de pulsera, la expresión ha perdido toda conexión con su origen. Pero basta escuchar que algo “no es moco de pavo” para que en seguida todos entendamos que no nos están hablando de ninguna p a v a d a.
OJO POR OJO DIENTE POR DIENTE
Esta frase, que consagra la venganza como un procedimiento jurídico, figura en dos de los 282 artículos del código sancionado por Hammurabi (1792-1750 a. C.), fundador del imperio babilónico. La menciona también el Antiguo Testamento al referirse a los actos de violencia. “Quien cometiere e delito”, dice el texto bíblico, “pagará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano y pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida y golpe por golpe”. Cuando el agredido prefería que se lo compensara con dinero, tenía derecho a una suma, fijada de antemano de acuerdo con la gravedad del daño. Así, según la ley del talión del derecho romano, quien recibía una cachetada podía canjear ese golpe por un monto equivalente a 5 ó 6 dólares de hoy.
El dicho, con frecuencia abreviado como “ojo por ojo”, no pasa en la actualidad de un modo de hablar. Un desahogo para el rencor. Y prueba de que la idea de devolver mal por mal es siempre tentadora. Pero ningún código moderno autoriza a desdentar o volver tuerto al ofensor.
PISAR EL PALITO
Cuando, inducido por otros, alguien hace justo lo que lo perjudica, suele decirse que ese individuo “ha pisado el palito”. La frase vale se debe a una jaula-trampera que hasta no hace mucho se vendía en los comercios. Tenía una suerte de puertita o ventana rebatible provista de una barra corta o palito. Junto a ese apoyo se colocaba agua, lechuga y alpiste como cebo para que se posara algún pájaro suelto.
Cuando, inducido por otros, alguien hace justo lo que lo perjudica, suele decirse que ese individuo “ha pisado el palito”. La frase vale se debe a una jaula-trampera que hasta no hace mucho se vendía en los comercios. Tenía una suerte de puertita o ventana rebatible provista de una barra corta o palito. Junto a ese apoyo se colocaba agua, lechuga y alpiste como cebo para que se posara algún pájaro suelto.
Ni bien lo hacía, su peso ponía en acción un resorte que desplazaba rápidamente esa parte de la jaula dejando encerrada a la presa. José Gobello, por su parte, atribuye el dicho a los ladrones de gallinas. De noche, éstos metían una vara en el gallinero, el animal se agarraba al palo dejando así que los ladrones lo retiraran en silencio.
Nada impide que ambas versiones se ajusten a la verdad. Al igual que las aves de corral y los pajaritos, nadie está libre de portarse incautamente. Y nunca falta gente de mala fe dispuesta a hacer que alguien pise en un descuido el palito de la ingenuidad.
¡QUE LA INOCENCIA TE VALGA!
Esta fórmula, que da fin a las bromas típicas , del 28 de diciembre, es condensación de otra más larga: “Que los Santos Inocentes vengan en tu ayuda”. 0 sea, que ellos te guarden de los peligros de la candidez. El Día de los Inocentes, que evoca la masacre de criaturas ordenadas por Herodes, rey de Judea, coincidió en los primeros tiempos con el Día de Reyes. En Roma llegó a ser Jornada de duelo y ayuno, y en la Inglaterra medieval se acostumbraba ese día a despertar con azotes a los niños para recordarles así la degollación de los Inocentes.
La fecha cambió más adelante de sentido y el espíritu de penitencia cedió paso al de alegria por la santificación de los pequeños. En algunos conventos europeos, por ejemplo, el novicio más joven era designado abad durante las tres semanas previas. Pronto la celebración pasó al mundo laico y con ella nació la práctica de bromas alusivas: de los falsos titulares con que aparecen algunos diarios a los chascos de cualquier tipo, todo engaño es de esperar ese día.
Hasta que las cinco palabras consabidas –“¡que la inocencia te valga!”- desbaratan el juego.
RENACER DE LAS CENIZAS
La idea de volver a alzar vuelo después de una gran crisis suele ser alegóricamente expresada mediante la antiquísima leyenda egipcia del ave Fénix. Un pájaro fabuloso de brillante plumaje dorado y escarlata que emitía un canto muy melodioso y cuya vida se extendía -las versiones difieren- entre los cinco y los once siglos. Antes de morir, el Fénix -del que existía un único ejemplar-, se preparaba un nido hecho con ramas de árboles raros y hierbas aromáticas al que se prendía fuego, y el ave se extinguía entre sus llamas.
Resucitaba muy pronto de las cenizas, intacta y rejuvenecida, para vivir otra vez por siglos. La creencia -que evoca la muerte diaria del sol y los otros fuegos de un nuevo amanecer- dio lugar al dicho “renacer de las cenizas” y a su equivalente, menos empleado, “ser como el ave Fénix”. Una metáfora que condensa el destino de aquellos que, tras un fracaso que se creyó definitivo, retoman con el fervor y la fortuna que suponían para siempre incinerados. El nombre del ave también se aplica a quien, por sus cualidades, excede la comprensión humana.
SI LA MONTAÑA NO VIENE A MAHOMA…
Mahoma convenció a sus seguidores de que a una orden suya se le iba a acercar una montaña desde la cual predicaría. La muchedumbre se reunió; Mahoma llamó una y otra vez a la montaña y cuando ésta no se movió de su lugar, el profeta dijo sin abochornarse: “Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña”. Este texto no pertenece a ningún libro religioso ni procede de Oriente. Figura en los Ensayos de Sir Francis Bacon (1561-1626), filósofo inglés y canciller del reino, quien fue precursor del método experimental en la ciencia y uno de los más firmes adversarios del conocimiento dogmático y supersticioso de la Edad Medía.
PARA LAS CALENDAS GRIEGAS
Para las calendas griegas manera algo rebuscada decir nunca. Especialmente molesta cuando se aplica, como es frecuente, a asuntos monetarios. Ese dinero, por ejemplo, lo voy a parar para las calendas griegas. En la cronología de la antigua Roma se daba el nombre de calendas griegas al primer día del mes, expresión relacionada con el kalendarium , como sede dominaba el libro de cuentas de los prestamistas. Porque los intereses tenían que ser pagados, como hoy también es habitual, a principios del mes.
En aquellos tiempos la condición de deudor no pasaba inadvertida. Las calendas era exclusiva de los romanos. De ahí viene la ironía de prometer algo ” para las calendas griegas“. O sea, una fecha inexistente. Algo así como el día del arquero, la semana sin viernes por el día en que los sapos vuelven. Plazos sin lugar en el tiempo e imposible por lo tanto de consignar en las agendas. Con doce principios de mes pero con calendario sin calendas. ..como los griego
PAN Y CIRCO
Pan y circo, entre los años 60 y 130 de nuestra era vivió, hijo de un rico esclavo liberto. Décimo junio mostró siempre grandes ven tanto por la plebe como por la aristocracia. Y ese resentimiento lo volcó en sus célebres sátiras que destilan amargura por la decadencia de Roma. En la 10ª de esas extensas sátiras se burla del populacho y lo acusa de acudir al foro sólo para reclamar trigo y espectáculos gratuitos:panen et circense, es decir, pan y circo. La frase ha perdido con los siglos su sentido literal.
Ya no se refiere como es obvio, ni a las luchas de gladiadores ni a las carreras de cuadrigas. Y los beneficios que el pueblo demanda no se limitan al pan. Es común, por ejemplo, afirmar que un político no ofrece más que pan y circo cuando pretenden atraer votantes, distrayendo las auténticas necesidades con actos espectaculares y promesas demagógicas. Los españoles hablan de paz y toros. Aquí al llegar las elecciones de los caudillos se repartían vino y empanada. El hecho quedó como una frase que -truco y guitarreadas mediante- reemplazó durante muchos años el panen et circense que indignaba a Juvenal. (ampliar)
OTROS DICHOS POPULARES….
NO HAY TU TÍA
NO HAY TU TÍA
No hay tu tía. Expresión que suele usarse ante los hechos consumados. Al oír no hay tu tía, la persona a quien va dirigida comprende que la situación que pretendía modificar no está sujeta a cambios de revisión. Pero , que tiene que ver esta parienta, por mejor voluntad que se atribuya, con la posibilidad de encontrar soluciones para otros males?. Ocurre que tu tía nació de la mala interpretación de atutía otutía.
Término que el diccionario registra en ambas formas y que define como la costra que queda en la chimenea del horno después de procesar ciertos minerales. Con esa mézcla se preparaba un ungüento que contenía óxido de cinc -todavía empleado con ese objeto-, que actúa como cicatrizante. No hay tu tía se puso entonces como equivalente a no tiene remedio. Ese sentido se mantiene actualmente. Pero al poner a la tía de por medio se ha convertido un recurso medicinal en una cuestión de familia.
SER EL PATO DE LA BODA
Ser el pato de la boda la expresión fue original pagar el pato -que aún tiene vigencia- y en ambas dominan la idea de tener que pagar las consecuencias de un hecho al que se es ajeno. En España de la inquisición los judíos debían pagar un tributo por la posesión de la Torah, libro sagrado de contiene los preceptos de la ley mosaico. A este tributo que se llamó pacto o tora,estaban a veces indebidamente obligado quienes convivían con los judíos o fueran confundidos con esto. Como el pueblo pronunciaba pato lugar del pacto, el dicho pagar el pato, quedó definitivamente asociado con esta ave. Las cosas se complicaron cuando la frase pasó a América. Quedó la idea de víctima, esta vez asociada al pato que se mataba para la comida del casamiento. Pero por influjo del dicho español, pavo y pato se confundieron definitivamente la expresión quedó como hoy la usamos; ser el pato de la boda, aunque convive con la antiguapagar el pato en ambas frases el sentido es casi idéntico; acabar siendo responsable de algo que nos endilga, en lo que no tenemos ni arte ni parte. Pagar por culpas ajenas.
SEMBRAR CIZAÑA:
Sembrar cizaña:la rivalidad y el rencor, la mala fe y la desconfianza recíproca componen la parte envenenada de las relaciones humanas. En una transparente parábola del Evangelio según San Mateo, Cristo la comparó a la rivalidad con la cizaña. La cizaña es una planta que puede crecer junto al centeno y otras gramiñas, contiene una sustancia muy tóxica que al pasar a la harina causa la muerte de quienes comen el pan hecho con ello.
No era raro en otro tiempo que la cizaña fuera sembrada furtivamente por algún enemigo, de allí la preocupación de los dueños de campo por arrancarla antes la cosecha. Grano y cizañaquedaron así como metáfora para referirse a lo bueno y lo dañino, a las intenciones sanas y a los propósitos perversos.
Hoy el sentido corriente de sembrar cizaña es el de poner a uno con contra otros. Tal vocación por enfrentar y divivir dió lugar a un adjetivo que nada tiene que ver con las plantas, a quienes van por el mundo multiplicando enemistades se los califica con razón de cizañeros o cizañosos. Son, en otra palabra los agricultores de la discordia.
SE VIENE LA MAROMA:
Se viene la maroma la maroma es una cuerda gruesa de cáñamo retorcido. La usaban los gauchos adaptándola al extremo de dos palos que, clavados a distancia, marcaba la entrada del corral. Cuando tenía que montar un animal chúcaro, el domador se colgaba de ella y, al pasar la bestia elegida, caía sobre el lomo para sujetarlo. También los indios se valieron de la maroma pero como arma el ofensiva. Con la cuerda bien tensa, a varios metros de distancia entre ello, dos jinetes cargaban contra el enemigo degollando así a quienes encontraban a su paso. En ambos casos la maroma quedó asociada con el peligro. Tanto el domador que caía de la cuerda durante la faena, como quien se echaba a tierra para evitar la soga del indio, acaban aplastados por las patas de los animales que venían detrás.
PONER LAS MANOS EN EL FUEGO
Poner las manos al fuego: “Aquel a quien la llama no queme debe ser creído”, se lee en el más antiguo código hindú. Durante muchos siglos y en las culturas más diversa fue común recurrir a la prueba del fuego para averiguar si el acusado de un delito grave -como la hechicería en la edad media- era o no culpable. Las leyes anglosajonas, por ejemplo, establecían cuantos pasos debía caminar el incriminado sosteniendo en la mano un hierro caliente de un peso determinado. Si lograba llegar al final sin soltarlo, era proclamado inocente, de lo contrario, puesto que el juicio de Dios le había resultado adverso, se lo condenaba a muerte.
La frase se emplea hoy para responder de la veracidad o de la conducta de una persona que se considera digna de absoluta confianza. Firmar un aval, salir en defensa de alguien que está más allá de toda sospecha, recomendarlo sin cortapisas, son modos atenuados de poner las manos en el fuego, en tiempos que ya no rigen aquellos bárbaros procedimientos judiciales. De no ser así, ¿cuanto se animarían a arrimar un solo dedo, aunque apenas se tratara de la llama de un fósforo a punto de apagarse?.
PLANTARSE EN SU 13:
Plantarse en sus 13. Como muchas frases hechas, ésta, expresa la idea de no cejar en algo, proviene de los juegos de naipes. De estos hay varios que, con ligera variante otorgan el triunfo a quien logran mas puntos sin pasarse de un número que es el que da el nombre del juego. El más conocido entre nosotros el siete y medio. Pero existen otros como el 15 y también el llamado 31(que también se disputa en el billar.
El dicho plantarse en sus 13 (o quedarse o no salir de sus 13) proviene del segundo de su juego, el 15, que se juega con un mazo del que se quitan el as y el dos de cada palo. Gana el que llega a 15 o se aproxima más a esa cifra. Un caso especial es el de quien suma 13. Cualquier carta que le salga con excepción de una figura que valen medio, hará que se pase. Lo prudente entonces plantarse en 13. El concepto de prudencia que transparenta la frase -para qué arriesgar teniendo tantas probabilidades en contra- se ha extendido para connotar una testarudez.
PONER EN TELA DE JUICIO
Poner en tela de juicio. Expresa, como es sabido, la región de duda de Hidalgo, dejarlo entre paréntesis, a la espera de examinar lo que se dice y someterlo a prueba. Aunque no viene de los tribunales, el dichoso remontar la época de los caballeros medievales y nada tiene que ver con la industria textil.
La tela que aquí se menciona de rating en un dardo, palo de una balsa era la empalizada que en los torneos separaba los rivales que combatían a caballo. Alguna de esas lides que se realizaban para someterse al llamado juicio de Dios, mediante el cual se dirimió un derecho. Poner en tela de juicio era entonces llevar a la palestra (un sinónimo de pera) mucho los pleitos que en los tiempos que corren habitualmente se ventilarían en un juicio. O diría la frase ha perdido su sabor guerrero. Al oírla, nadie piensa lanzar mi cabalgadura. En cuanto los individuos que sistemáticamente ponen todo en tela de juicio, son desconfiados crónicos. Se le quisieron cuanto no les cuesta suena familiar a la palestra de la incredulidad y la sospecha.
PASAR LA NOCHE EN BLANCO:
Pasar la noche en blanco la expresión se remonta a la época de los caballeros andantes. Antes ser armado como tal y salir al mundo en defensa de las causas nobles caballeros noveles. Como entonces se lo llamaba debían someterse a un ritual de calumnia cuando, como la espada de plano, soberano o el señor que lo adivinaba le daba un leve golpe nos honró la espalda. La noche anterior hace a la ceremonia candidato permanecían velas rezando al pie del altar donde se depositaron sus armas. Éstos recibían el nombre de arma blanca o en blanco tanto que por no haber tenido uso ninguna empresa de caballería como por no llevar aún ninguna divisa escudo. La larga, el calificativo en blanco cabo por referirse tanto las armas como la vigilia. Por eso cuando oí un dolor de muelas o la preparación de un examen no impide pegar un ojo, 10º que no pasó la noche en blanco. La frase ha perdido su fantasía quijotesca pero conserva un sentido tan válido como en los tiempos heroicos.
LLORAR LA CARTA:
Llorar la carta la expresión nada tiene que ver con la suerte de los naipes. Se refiere una forma de pedir dinero que era habitual en la Buenos Aires de antaño. Una persona pobremente vestida y acompañada de un par de criaturas llamaba la puerta de una casa y entregaba a quien atendió la carta firmada por algún personaje conocido. Así, con lujo de detalles cómo se escribía la afligente situación de su familia solicitando ayudarla en todo lo posible. seguía una lista de quiénes y con cuanto ya habían contribuido.
Mientras el dueño de casa iba leyendo, su visitante se lamentaba lloraban arcos como resistirse a esa extorsión de lágrimas y tinta como no darles unos pesos. La frase tiene oye un sentido más general resume un gráficamente la actitud de quienes hacen un despliegue de todas sus desdichas para obtener algo a cambio.
LAS IDEAS NO SE MATAN
Las ideas no se matan. Frase que expresa la supremacía de la razón sobre la fuerza bruta. Para llegar a la forma con que también ser usarse, bárbaros las ideas no se matan, hay que recorrer un largo camino que desembocan el Facundo de Sarmiento (1845), donde se le menciona como letras destacadas.
En el prefacio es ahora Sarmiento relata que a fines de 1008 40, al dejar el país para exiliarse en Chile, fue golpeado por los más mazorqueros. Cuando llegó a la quebrada del sonda escribió en carbonilla la pared de un salón de las termas On ne tue pas les idees lo hizo en francés por ser ese el origen de la frase y para intrigar a las autoridades como efectivamente ocurrió. La frase original que sufrió diversos cambios pertenece el filósofo Dennis Diderot (1713-1784) quien dijo realidad las ideas no se fusilan. Años antes el propio Sarmiento había adquirido yo hago la versión cuando escribió en un diario no se fusilan ni degüellan las ideas. El agregado de bárbaros es posterior. Pero la exhortación no debe de haber alterado a su destinatario porque siguieron degollando personas y, con ella, sus ideas. No entendían francés seguramente.
LAGRIMAS DE COCODRILO
Lágrimas de cocodrilo el llanto de aflicción de cocodrilo es una invención del hombre para poner en palabras o propios sentimientos. Verdad es que del saco lacrimal de esos hostiles a lo líquido que bien puede ser considerado llanto. Pero éste no es resultado de la tristeza, sino del esfuerzo. Por carecer de aparato masticatorio, el cocodrilo no puede reducir a trozos su bocado, que llegan a veces el tamaño de un cordero o de una persona.
La dificultad para tragar lo obliga a forzar el máximo de las fauces y los músculos de la cabeza. Ésa congestión tremenda en la causante del escenario. La acción de llorar mientras se devora con ferocidad una presa ha sido tomada como arquetipo de hipocresía. Una fábula. Como tantas que dejan mal parados a los bichos que nos rodean. Y que se aplique con mucha propiedad algunos seres humanos.
LA SAL DE LA TIERRA
La sal de la tierra de una persona con gracia decimos que tiene salido o que salió. Al hacerlo cabo sin darnos cuenta un largo período en el que llamada sal de mesa fue vital para la subsistencia de mucho pueblo que carecían de ella. Parte del sueldo de las milicias romanas se pagaban con sal (es el origen de la palabra salario solar, y en otras tierras que sustancia formaba parte de los tributos debidos al rey a tal punto representaba un bien precioso, sobre todo los lugares alejados del mar, que la vida si la considera en varios pasajes.
El más conocido es el que figuran el Evangelio según San Mateo, donde Jesús exalta la misión de los apóstoles vosotros hoy la sal de la vida. Y si la Sarh sede de esa zona con que se volverá a salar. La expresión sal de la tierra se aplica body como superlativo para destacar las virtudes de una persona o de un grupo de gente muy valiosa por su bar que su ingenio su inteligencia. Son, como dice la elabora vivificar, el condimento esencial de la vida. Sin ellos, sin sus palabras sus obras, pozo volvería a tratamiento y bostezo. Insoportablemente soso.
LA NECESIDAD TIENE CARA DE HEEREJE
La necesidad tiene cara de hereje. Quienes encuentran la miseria ser obligado a dejar de lado los escrúpulos y el orgullo para avenirse a cualquier circunstancia. Parece tal es el sentido de esta expresión, que lleva muchos años circulando sin producir mayor inquietud. Como si existiera un identifique la herejía. En verdad la frase es la traducción deformada de un la sentencia latina a la que echan mano los abogados para defender al individuo que comete un delito llevado por la desesperación necesitas caret lege . O sea la necesidad carece del caso típico de quien por robar un pan para no morirse de hambre no recibe condena. De carnets le deje el oído popular y la fantasía fabricaron ese hereje cuya cara asoma en el dicho.
IRSE AL TACHO
Irse al tacho shock a que alude la frase es un tacho con historia. En su nuevo diccionario de lunfardo, José Cabello lo define así caldera de gran tamaño utilizada en un matadero primitivo para obtener sebo, mediante desechos de reses y trozos de caballos inservibles que se hacían hervir. Por su parte León enema u en su libro olores de Buenos Aires (editado por corregidor serrano, corrobora y amplía esta explicación. Un capítulo de su excelente obra el titulado de las heridas, describe cómo era recolectada esa materia prima maloliente en las quemas y entre los residuos de las carnicerías. De allí es era llevada a un gran tacho en ebullición donde se fundía. El sebo enfriado se enviaba la jabonería para fabricar con él un jabón muy ordinario, el jabón amarillo. De los mataderos de principio de siglo ha quedado la frase se fue al tacho, que resume tanto un amor que fracasa como una quiebra o un dato que no se dio en el hipódromo. Expresión muy porteña y con mucho de autopsia. Definitiva y contundente como un epitafio.
HACERSE LA RATA:
Hacerse la rata. En una de sus aguafuertes porteñas la titulada los niños que nacieron viejos Roberto Arlt, habla sarcásticamente de los chicos de conducta impecable, que nunca se revelan y jamás faltan a clase sin motivo. No se hicieron la rata nunca no se hicieron la rata ni en la escuela y el nacional se indigna Arlt. Hacerse la rata, como retirarse, son expresiones argentinas que derivan de su similar española hacérse la rabona, también usada aquí. equivale a volver las espaldas (el rabo) a una determinada obligación, y muy especialmente la calidad de la gula. Entre nosotros rabones se convirtió en la onda, primero para dar lugar enseguida a retirarse o hacerse la rata. Frases todas que tienen el sentido de escurrirse furtivamente para refugiarse, como los ratones en una cueva simbólica un parque un café, a veces la propia casa. Otra frase equivalente de los españoles a ser novillos. Y también fumarse la clase. Aquí el dicho se aplica también a la oficina decir por ejemplo que fulano está ausente con aviso, suelen un ser en forma algo más decorosa el hecho puro y simple declarar un feriado personal. En menos palabras ratearse del trabajo.
Fuente Consultada: Tres Mil Historias de Héctor Zimmerman
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