La columna que conmemora la tragedia de la balandra Aurora
Una columna de estilo jónico, al pie de los arrecifes, conmemora la tragedia de la balandra Aurora, hecho acontecido el 27 de septiembre de 1908 en las costas frente al Paseo Presidente Billini.
Según los cronistas, el sábado 26 de septiembre, el mar estaba picado, un oleaje anormal bañaba mantenía mojadas la calzada y los balaustres del Paseo Presidente Billini.
El domingo 27 de septiembre las olas seguían impetuosas. Algunos vecinos llegaron a temer se tratara del embate de un huracán.
La balandra se encontraba desde temprano tratando de ganar puerto. A medida que subían las horas, se fueron concentrando habitantes de la ciudad para presenciar aquella inusitada situación.
La balandra Aurora, dice Juan Moscoso en La Cuna de América, era un desmantelado bajel; sucumbió ante el anormal oleaje. Tres tripulamtes qurdaron en el mar aferrados a un madero. De la multitud que observaba, un grupo imrpovisó un cable para tratar de salvarles, pero una aciaga ola lavó la orilla arrastrando a todos al mar quienes perecieron.
Estos que fallecieron en el intento de salvar a los tripulantes de la nave fueron José Cuevas, Casimiro Almonte, Eusebio Lugo, José Maíz y Miguel Veloz. Los tripulantes del Aurora eran: Miguel Pérez, Juan Ramón Mandia y el puerriqueño Hilario Martínez.
No solo los fallecidos lucharon para rescatar a los náufragos en los farallones, ese día estuvieron como testigos de la tragedia: Emeterio Sánchez, Alfredo Ricart, Agliolinio Vicini, Lico Veloz, Eugenio Espetón, Leovigildo Castillo, Liquito Velásquez, Eugenio Sánchez, Lico Tejeda, Olegario Veloz, Alfredo Germes, Joaquín Vicioso, Jesualdo Castro, Versen (santomero), Alfredo Bass, Osvaldo Aybar, Fernando Garrido, Lico Ramírez, Luís Monserrate, Luís Bonetti, Alfredo Brache, Alfredo González, Pedro y Sebastián Yepes, Armando Mena, Alfonso Obregón, Luís Betances, Tomas Santana y Armando Ruiz.
Deben mencionarse los capitanes de la balandra: Antonio Amundaray; del Altagracia; Hipólito Travieso, del Corinto, y los marinos José Robiu, Lorenzo Ravelo, Pedrito Llispi y Alfredo Paulino.
Como homenaje a tan magnánimo gesto ppr parte de los vecinos de la ciudad para con los tripulantes, el Ayuntamiento de Santo Domingo, en el año de 1910 erigió esta columna.
A pocos años de la tragedia otro fenómeno, destruyó la tarja y parte del monumento por lo que hubo de ser reconstruido posteriormente, en tales reparaciones, en la nueva tarja, se cometieron dos errores: se omitió el nombre de uno de los náufragos y se cambio el nombre de otro por un personaje de la ciudad llamado Espertin Martínez.
Estas precisiones las debemos a una carta de don Francisco Veloz, publicada en El Caribe el 29 de septiembre de 1960, respondiendo una crónica aparecida días antes, en la misma, informa el señor Veloz, que en la tragedia, murieron ocho personas y no siete como ha quedado en la tarja y en la crónica.
Esa zona del Malecón de Santo Domingo antiguamente, era una rada abierta, considerada muy peligrosa a causa de los vientos y el oleaje, ya ocho años antes había ocurrido el naufragio del vapor Georges Crossis en el año de 1900. Detalla Francisco Veloz en su obra La Misericordia y sus contornos, que el mar estaba calmo ese día y que el naufragio fue provocado por la inestabilidad de la carga de reses que conducía.
Después de la tragedia de la balandra Aurora, ocho años más tarde en 1916 la ciudad seria nueva vez testigo de otro naufragio, esta vez seria el USS Memphis
https://incamp2.wordpress.com/2016/04/07/la-columna-que-conmemora-la-tragedia-de-la-balandra-aurora/
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