Almanzor la conquista del poder
Almanzor, Califato de Córdoba, Dictadura de Almanzor, Dinastía Amirí, Hisam II, Musulmanes en la Península Ibérica
Ibn Abu Amir, nació en el año 939, habiendo recibido una excelente educación durante su juventud en Córdoba en la que estudio derecho, lengua, literatura árabe y tradiciones proféticas, que le serviría para ser un astuto político y que gracias a su relación con la favorita del entonces califa Al-Hakam, la vascona Subh, madre del futuro heredero Hisam II, le permitirían su rápida ascensión dentro del circulo político del Califato.
Almanzor comenzó desempeñando un puesto como escribiente junto a la mezquita de Córdoba y pronto empezó su carrera política al servicio del cadí de Córdoba que le presento al visir Al-Mushafi, quien le introduciría en la corte y del que aprendería las artes de gobernar. Tras esto, desempeñó diferentes funciones como administrador, mayordomo de Subh, gestionando además sus bienes y posesiones y gracias a la ayuda de esta llevará a cabo otras funciones como cadí de Sevilla y Niebla, administrador del futuro Hisam II, jefe de la policía.
Almanzor la conquista del poder.
La muerte del califa Al-Hakam II, en el año 970, siendo sucedido por el joven Hisam, quien gobernaria bajo lo que podríamos denominar “tutela” de Al-Mushafi, nombrado hayid y de Almanzor como mano derecha de este último. Ambos políticos encumbrados en la dirección del gobierno llevarán a cabo una política a fin de mejorar su popularidad entre las gentes, al tiempo que eliminaban a posibles enemigos interiores, como fue el asesinato del hermano del anterior Califa.
Almanzor asentado en el poder, toma la decisión de involucrarse en el ejército, con la finalidad de ganarse la popularidad y respeto del ejército andalusí, así como adeptos a su causa, que tendría como finalidad hacerse con el poder total del califato. Con ello lleva a cabo diversas campañas contra los infieles, destacando la campaña militar del año 977 contra Galicia, donde obtendrá un rico botín siendo aclamado a su llegada a Córdoba.
La intención ahora de Almanzor es eliminar a Al-Mushafi, para ello logra el apoyo de Galib, militar encargado de proteger la Marca Media del Califato, para lo que se casa con su hija. El odio que profesaba Galib contra Al-Mushafi será utilizado por Almanzor, los cuales daran a conocer pequeñas traiciones y engaños, realizados por el hayid, quien perderá el favor del Califa, que ordenará su arresto, muriendo en el año 982 encarcelado.
bn Abu Amir logró el camino libre para ser nombrado hayid, mientras que Galib recibió como premio, gracias a su apoyo, el mando único de todo el ejército de la frontera. Almanzor por lo tanto asumió todas las funciones del gobierno en Al-Andalus, pero para que su camino quedará totalmente libre le faltaban aun tres escollos: Subh, Galib y el propio Califa.
Para librarse de la figura de Subh, Almanzor traslado la estructura central de la administración, alejadola de la ciudad palatina de Madinat al-Zahira, librándose así de su presencia y con esta medida cumplió los deseos del Califa Hisam II que anhelaba apartarse del mundo, delegándole a su hayid todas las funciones del gobierno.
Superados estos dos escollos, Almanzor consiguió además asegurarse el control de las arcas califales, por lo que únicamente le faltaba eliminar a Galib, quien era fuerte entre su ejército. Para ello Almanzor intento ganarse apoyos dentro del ejército, con el fin de eliminarle, pero Galib advertido de esto y junto con sus más firmes seguidores, contando además con el apoyo de los de los reyes de León y Navarra, dará lugar a que ambos se enfrenten, con sus respectivos ejércitos en Atienza, el 10 de julio de 98. Durante la contienda la muerte accidental de Galib provocó una desbandada general de los coaligados. Dicha batalla recibió el nombre de las tres naciones por haber participado en apoyo de Galib los reyes León y Navarra, así como el conde de Castilla.
Esta victoria supuso el inicio de la dictadura de Almanzor, donde gracias a él se mantuvo la estabilidad en Al-Andalus, proporcionó además prosperidad y seguridad a los andalusíes, llevó a cabo numerosas obras públicas, amplió la mezquita de Córdoba, siendo reconocido por los musulmanes como un gran gobernante.
Autor: Javier Bañez Testera para revistadehistoria.es desde https://blogdelhistoriador.wordpress.com/
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