Vasconcelos y la profecía de la raza cósmica
“ Sólo el amor es capaz de producir una humanidad excelsa".
José Vasconcelos
A los ojos de la mayoría de los mexicanos (de generaciones pasadas y aun de la nuestra), José Vasconcelos representa una de las figuras más prominentes y encomiables de la historia política y cultural de México. Incansable y apasionado promotor cultural, filósofo, político, humanista, funcionario público, intelectual, revolucionario, educador e incluso místico, a Vasconcelos se le reconoce como el principal artífice de uno de los mayores esfuerzos de alfabetización y difusión educativa en la Historia de México, empresa que le valió no sólo el mote de “apóstol de la educación” o “maestro de la juventud de América”, sino también el dejar una huella profunda en la memoria de todo un pueblo, y ya sea por oficialismo o por pura valía del hombre, lo cierto es que la figura o hazaña vasconcelista ocupa un lugar privilegiado en la historia del México moderno.
Pero más allá de su importante labor educativa y su visión de un país alfabetizado, Vasconcelos tuvo un sueño aún mayor, sueño utópico para muchos: “La Raza Cósmica”, una quinta raza resultado y convergencia de todas las razas del mundo, destino unificador y definitivo de la humanidad a través del mestizaje.
Hay que reconocer que el concepto por sí mismo es ya bastante atractivo para el oído, tanto como el de “raza de bronce”, usado con tanta frecuencia y agrado para describir la identidad racial de los mexicanos. Pero en “La raza cósmica” (ensayo publicado en 1925), Vasconcelos no se limita a desarrollar un ideal de lo que significa la mexicanidad, sino que decide ir aún más allá y hablar de la “latinidad” y su misión vanguardista en la creación de una verdadera humanidad universal o “cósmica” pues para él, el pueblo Iberoamericano mestizo representaba una raza ideal destinada a ser la vanguardia de la humanidad futura.
Tal pensamiento recuerda aquella afinidad del filósofo mexicano con el nacional socialismos alemán de Hitler (hecha patente en su revista “Timón”): su postura antiyanqui/sajona y, desde luego, sus reservas en lo que a la construcción de una identidad mexicana indigenista se refería, fueron aspectos que, a decir de algunos, lo convierten en una especie de “racista de closet”.
Pero al margen de estas controversias, el concepto de “raza cósmica” es por demás interesante y hasta cierto punto esperanzador, pues en él se engloba una noción en la que los ideales exclusivos de raza (raza pura) y de nacionalidades deben ser superados en pro de un destino común de la humanidad, podría decirse de una “humanidad de no razas”; por tanto, al ser “cósmicos” no se es parte de una raza superior, sino explícitamente parte de una humanidad, por añadidura, libre de cualquier dogma racial excluyente. Esto en clara contraposición a los principios darwinianos que, a decir de Vasconcelos, son "teorías científicas" creadas para validar, explicar y justificar la superioridad racial y la represión a otras: “el más apto prevalece y el débil sucumbe”.
En cambio, en su obra propone un modelo ideológico que aspira a mejorar la moral cultural de las "razas oprimidas" a través de una teoría optimista del futuro, desarrollo de una "raza cósmica", una raza integral, alabando al mismo tiempo las virtudes de la cultura hispanoamericana - en parte tal vez por pertenecer a ella- como primer precedente en la creación de esta humanidad verdaderamente universal. Pensamiento que fundamenta tanto en circunstancias históricas como en aspecto geográficos/territoriales de las colonias latinas en las Américas que, en sus palabras, favorecieron el mestizaje (entre las que considera las cuatro razas existentes) y favorecerían el desarrollo de esta nueva quinta raza para, a posteriori, lograr la aceptación de la unificación de razas entre las naciones de todos los continentes.
Así, por ejemplo, el mismo Vasconcelos establece que, si bien el mestizaje hispanoamericano en un principio obedece meramente a necesidades carnales, con el paso de las generaciones y el mejoramiento de las condiciones sociales (es decir, mayor aceptación interracial) “el cruce de las sangres será cada vez más espontáneo, a tal punto, que no estará ya sujeto a la necesidad, sino al gusto” y es, a su parecer, la región latinoamericana el laboratorio ideal para el surgimiento de ésta, pues además de la propensión histórica al mestizaje, el territorio reúne las condiciones apropiadas por su abundancia de recursos, para sustentar tal acontecimiento y ser punto de propagación al resto del mundo.
De tal modo que el pensamiento vasconcelista vertido en “La raza cósmica” (por lo menos), más que una argumentación elaborada de un ideal supremacista hispano, es un esfuerzo por conciliar y superar las murallas levantadas sobre prejuicios raciales, pues, cómo puedes ser racistas si cada una de las razas del mundo te conforman.
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Si te interesa conocer más sobre la vida y obra de este mexicano, te invitamos a leer Vasconcelos: el racista que buscaba "un México superior".
Si te interesa conocer más sobre la vida y obra de este mexicano, te invitamos a leer Vasconcelos: el racista que buscaba "un México superior".
https://culturacolectiva.com/letras/vasconcelos-y-la-raza-cosmica/
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