Inmigración. Celtas en la argentina
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En esta monografía me refiero a la presencia celta en la inmigración que llegó a la Argentina entre 1850 y 1950, y a la breve pero efectiva acción de un periódico destinado a los miembros de las colectividades de ese origen.
Muchas de las colectividades que forman parte hoy de nuestro país son de origen celta. El celtismo está tan presente en algunos inmigrantes, que se refieren a esas raíces aún en circunstancias de la vida cotidiana. Relata Gloria Pampillo que su abuelo, gallego, había elegido el mismo nombre para todos sus bienes: "Celta, como el nombre que mi abuelo le ponía a cada uno de los bienes que acá se iba ganando, desde su barco hasta los toros. Un toro negro, morrudo, que ahora le dibujo en su escudo de comerciante, como tantos otros dibujaron una espiga en el almacén o en la panadería: La flor de Galicia". (1).
"¿Los Celtas todavía existen? ‘Cuando el sol se pierde en el horizonte, el aire se puebla de magia, el bosque es más verde y siento el poder de la tierra en mis entrañas. La luna me descubre a los duendes y las aguas del lago me susurran historias de potentes y arcaicos conjuros" (2).
El investigador Jean Markale señala que ellos "ocuparon, a partir del siglo V de nuestra era, una gran parte de Europa, las Islas Británicas, el territorio que se extiende desde la desembocadura del Rhin hasta los Pirineos y desde el Atlántico hasta Bohemia, con prolongaciones en el norte de Italia y noroeste de España" (3).
En su trabajo titulado "Celtas y Celtismo" (4), Manuel Castro, Presidente de la Liga Celta de Argentina, escribe: "Generalmente se considera que son ocho las naciones celtas: Irlanda, Escocia, Isla de Man, Cornualles, Bretaña, Galicia y Asturias (algunos autores incluyen también como célticas zonas del Norte de Italia, en la actualidad), pequeña muestra del pueblo que en otras épocas ocupó la mayor parte de Europa y de Asia". "En Bretaña, el país de Gales, en Irlanda y en Galicia es donde se ha conservado mejor el ‘tipo celta’, agrega.
Los razones por las cuales los emigrantes de estas naciones dejaron sus patrias fueron diversas. Luciano Méndez Muslera enumera los motivos que llevaron a los asturianos a emigrar; habla de la imitación e inculcación, la salida de los hidalgos segundones y gente acomodada, los "ganchos" o agentes de los armadores, la evasión del reclutamiento militar, y los motivos económicos o de población (5).
El gallego Francisco Coira llegó a la Argentina en 1925, "como vienen todos los inmigrantes, para buscar algo mejor... y en realidad, escapando del servicio militar, que se hacía en Africa...(...) lo que significaba, con las pestes, la guerra y todo, casi ir a morirse..." (6). José Luis Baltar Pumar, presidente de la diputación de Orense, se refirió a la situación en la que emigraron sus compatriotas: "Los gallegos han colaborado en la realización de la Argentina, pero nunca se han olvidado de su madre patria, cuando podría existir un sentimiento de rencor por no haberles dado la posibilidad de progresar en su lugar de nacimiento. Ellos saben que si Galicia no les ha dado oportunidades es porque no ha podido" (7).
Sobre los irlandeses, leemos: "Muy arraigados a su tierra, y con escasa inclinación a emigrar, es posible que la clase obrera y campesina nunca hubiese abandonado su país de no haberse producido la gran catástrofe de los años 1845 a 1849. Pero esos años fueron fatídicos y decisivos. Parecía como si de pronto todas las fuerzas de la naturaleza se hubieran confabulado para dar al traste con un pequeño país que, tras siglos de abandono y mala administración, carecía enteramente de reservas. Los verdes campos asolados por la terrible plaga de la papa; epidemias de tifus y escorbuto diezmando cruelmente a la población. En el breve período de aquellos cuatro años, dos millones aproximadamente de sus pobladores perecieron a causa del hambre o las fiebres, ya en su propia tierra, ya en el curso de los espantosos viajes a que les llevó el intento de salvarse" (8).
En la nueva tierra, quienes tienen sangre celta cultivan tradiciones y costumbres, se interiorizan en las creencias de sus mayores, cantan y bailan danzas centenarias. Llegaron a América, y aquí son el vínculo entre un pasado que veneran, y sus hijos, que honran esas tradiciones.
Un periódico celta
En la Argentina existen periódicos editados por las comunidades inmigrantes celtas. Conocemos los gallegos –Galicia en el mundo, Mundo Gallego- y el irlandés –The Southern Cross. Pero hubo también un medio gráfico destinado a los celtas en general: Viajero Celta, publicado por primera vez en 1995, fue un "periódico que refleja el acontecer de todas las colectividades que integran el mundo celta aquí, en Buenos Aires". Y, aunque uno viviera en otra parte del mundo, podía suscribirse y tener "un contacto con toda la cultura y la actualidad, en su casa".
El propietario era Carlos Enrique Cerqueira, lo dirigía Tini Araujo, y la Jefa de Redacción era Bárbara Cerqueira. Los temas de interés de responsables y lectores se explicitaban en el subtítulo de la publicación. Juntos, unos y otros emprendíamos "Una exploración por el mundo celta, desde la oscuridad de los tiempos hasta nuestros días".
En el programa del Segundo Encuentro Cultural Celta en la Argentina (9), que los editores nos hicieron llegar oportunamente, reafirmaban la profunda ligazón que une pasado y presente: "Es sutil el límite entre lo mitológico y lo histórico, pero los rasgos de esta cultura siguen en movimiento. Nos caracteriza un no sé qué, algo que nos hace peculiares. Seguimos siendo CELTAS"
Ese programa incluía un texto en el que se hablaba de los bardos. En sus orígenes, "El bardo era entre los celtas el poeta y gran dignatario oficial que se encargaba de garantizar las alabanzas o la reprobación en la corte del rey". Con el tiempo, la situación de este personaje fue cambiando, ya que "Luego en la edad media el barth en Bretagne pasó a ser un simple cantor ambulante".
La participación de estos cantores en la literatura estaba pautada según ciertas convenciones: "Los bardos debían utilizar algunas genealogías fijadas por la escritura para hacer sus narraciones aunque quizás sólo se tratara de listas que contenían gran número de colores de caballos, la variedad de colores raros de las armas, vestimentas, capas preciosas y piedras mágicas como en el ‘Sueño de Rhonabwy’. Este comienzo literario fue a partir de siglo XIII".
¿Qué tiene que ver con Viajero Celta esta historia del bardo? Sucede que el cantor ambulante debía observar estas convenciones "para garantizar la memoria de los relatos que desde el siglo XI plasmaban las tradiciones, las costumbres y, sobre todo, la memoria de la propia cultura. Reafirmación de una identidad que se habría perdido en el silencio que las civilizaciones de la oralidad dejan como herencia". Como el bardo, este periódico "trata de mantener las tradiciones celtas. Para que no se olviden. Observa la actualidad de los celtas que hoy viven en Buenos Aires y también se ocupa de quienes ignoran su pasado celta con una sección especial".
Reafirma así la importancia del pasado y su legado, y a esta dimensión temporal, une la que tiene que ver con el espacio: "Los celtas –explican- fueron gentes que integraron una cultura de la que se encontraron restos en casi toda Europa. Desde los castros gallegos, hasta yelmos encontrados en Hungría, desde los torques (especie de collar) de Escocia hasta las pinturas del dios Iug en Italia".
Muchas de las colectividades que forman parte hoy de nuestro país son de origen celta. El celtismo está tan presente en algunos inmigrantes, que se refieren a esas raíces aún en circunstancias de la vida cotidiana. Relata Gloria Pampillo que su abuelo, gallego, había elegido el mismo nombre para todos sus bienes: "Celta, como el nombre que mi abuelo le ponía a cada uno de los bienes que acá se iba ganando, desde su barco hasta los toros. Un toro negro, morrudo, que ahora le dibujo en su escudo de comerciante, como tantos otros dibujaron una espiga en el almacén o en la panadería: La flor de Galicia". (1).
"¿Los Celtas todavía existen? ‘Cuando el sol se pierde en el horizonte, el aire se puebla de magia, el bosque es más verde y siento el poder de la tierra en mis entrañas. La luna me descubre a los duendes y las aguas del lago me susurran historias de potentes y arcaicos conjuros" (2).
El investigador Jean Markale señala que ellos "ocuparon, a partir del siglo V de nuestra era, una gran parte de Europa, las Islas Británicas, el territorio que se extiende desde la desembocadura del Rhin hasta los Pirineos y desde el Atlántico hasta Bohemia, con prolongaciones en el norte de Italia y noroeste de España" (3).
En su trabajo titulado "Celtas y Celtismo" (4), Manuel Castro, Presidente de la Liga Celta de Argentina, escribe: "Generalmente se considera que son ocho las naciones celtas: Irlanda, Escocia, Isla de Man, Cornualles, Bretaña, Galicia y Asturias (algunos autores incluyen también como célticas zonas del Norte de Italia, en la actualidad), pequeña muestra del pueblo que en otras épocas ocupó la mayor parte de Europa y de Asia". "En Bretaña, el país de Gales, en Irlanda y en Galicia es donde se ha conservado mejor el ‘tipo celta’, agrega.
Los razones por las cuales los emigrantes de estas naciones dejaron sus patrias fueron diversas. Luciano Méndez Muslera enumera los motivos que llevaron a los asturianos a emigrar; habla de la imitación e inculcación, la salida de los hidalgos segundones y gente acomodada, los "ganchos" o agentes de los armadores, la evasión del reclutamiento militar, y los motivos económicos o de población (5).
El gallego Francisco Coira llegó a la Argentina en 1925, "como vienen todos los inmigrantes, para buscar algo mejor... y en realidad, escapando del servicio militar, que se hacía en Africa...(...) lo que significaba, con las pestes, la guerra y todo, casi ir a morirse..." (6). José Luis Baltar Pumar, presidente de la diputación de Orense, se refirió a la situación en la que emigraron sus compatriotas: "Los gallegos han colaborado en la realización de la Argentina, pero nunca se han olvidado de su madre patria, cuando podría existir un sentimiento de rencor por no haberles dado la posibilidad de progresar en su lugar de nacimiento. Ellos saben que si Galicia no les ha dado oportunidades es porque no ha podido" (7).
Sobre los irlandeses, leemos: "Muy arraigados a su tierra, y con escasa inclinación a emigrar, es posible que la clase obrera y campesina nunca hubiese abandonado su país de no haberse producido la gran catástrofe de los años 1845 a 1849. Pero esos años fueron fatídicos y decisivos. Parecía como si de pronto todas las fuerzas de la naturaleza se hubieran confabulado para dar al traste con un pequeño país que, tras siglos de abandono y mala administración, carecía enteramente de reservas. Los verdes campos asolados por la terrible plaga de la papa; epidemias de tifus y escorbuto diezmando cruelmente a la población. En el breve período de aquellos cuatro años, dos millones aproximadamente de sus pobladores perecieron a causa del hambre o las fiebres, ya en su propia tierra, ya en el curso de los espantosos viajes a que les llevó el intento de salvarse" (8).
En la nueva tierra, quienes tienen sangre celta cultivan tradiciones y costumbres, se interiorizan en las creencias de sus mayores, cantan y bailan danzas centenarias. Llegaron a América, y aquí son el vínculo entre un pasado que veneran, y sus hijos, que honran esas tradiciones.
Un periódico celta
En la Argentina existen periódicos editados por las comunidades inmigrantes celtas. Conocemos los gallegos –Galicia en el mundo, Mundo Gallego- y el irlandés –The Southern Cross. Pero hubo también un medio gráfico destinado a los celtas en general: Viajero Celta, publicado por primera vez en 1995, fue un "periódico que refleja el acontecer de todas las colectividades que integran el mundo celta aquí, en Buenos Aires". Y, aunque uno viviera en otra parte del mundo, podía suscribirse y tener "un contacto con toda la cultura y la actualidad, en su casa".
El propietario era Carlos Enrique Cerqueira, lo dirigía Tini Araujo, y la Jefa de Redacción era Bárbara Cerqueira. Los temas de interés de responsables y lectores se explicitaban en el subtítulo de la publicación. Juntos, unos y otros emprendíamos "Una exploración por el mundo celta, desde la oscuridad de los tiempos hasta nuestros días".
En el programa del Segundo Encuentro Cultural Celta en la Argentina (9), que los editores nos hicieron llegar oportunamente, reafirmaban la profunda ligazón que une pasado y presente: "Es sutil el límite entre lo mitológico y lo histórico, pero los rasgos de esta cultura siguen en movimiento. Nos caracteriza un no sé qué, algo que nos hace peculiares. Seguimos siendo CELTAS"
Ese programa incluía un texto en el que se hablaba de los bardos. En sus orígenes, "El bardo era entre los celtas el poeta y gran dignatario oficial que se encargaba de garantizar las alabanzas o la reprobación en la corte del rey". Con el tiempo, la situación de este personaje fue cambiando, ya que "Luego en la edad media el barth en Bretagne pasó a ser un simple cantor ambulante".
La participación de estos cantores en la literatura estaba pautada según ciertas convenciones: "Los bardos debían utilizar algunas genealogías fijadas por la escritura para hacer sus narraciones aunque quizás sólo se tratara de listas que contenían gran número de colores de caballos, la variedad de colores raros de las armas, vestimentas, capas preciosas y piedras mágicas como en el ‘Sueño de Rhonabwy’. Este comienzo literario fue a partir de siglo XIII".
¿Qué tiene que ver con Viajero Celta esta historia del bardo? Sucede que el cantor ambulante debía observar estas convenciones "para garantizar la memoria de los relatos que desde el siglo XI plasmaban las tradiciones, las costumbres y, sobre todo, la memoria de la propia cultura. Reafirmación de una identidad que se habría perdido en el silencio que las civilizaciones de la oralidad dejan como herencia". Como el bardo, este periódico "trata de mantener las tradiciones celtas. Para que no se olviden. Observa la actualidad de los celtas que hoy viven en Buenos Aires y también se ocupa de quienes ignoran su pasado celta con una sección especial".
Reafirma así la importancia del pasado y su legado, y a esta dimensión temporal, une la que tiene que ver con el espacio: "Los celtas –explican- fueron gentes que integraron una cultura de la que se encontraron restos en casi toda Europa. Desde los castros gallegos, hasta yelmos encontrados en Hungría, desde los torques (especie de collar) de Escocia hasta las pinturas del dios Iug en Italia".
Este periódico no se propone, solamente, hablar de culturas europeas como tales, sino que reitera en toda ocasión la vinculación que se da entre ellas y los argentinos. De esta vinculación nace el interés que la publicación despierta en la nueva tierra, ya que "A todos en mayor o menor grado nos incumbe esa historia de grandes guerreros, olímpicos comensales y también grandes amantes enamoradizos y obstinados que todavía hoy siguen recorriendo las costas atlánticas del occidente de Europa. Y no sólo allá sino también en las callecitas de Buenos Aires, teniendo en cuenta que desde algunos viejos edificios de San Telmo se puede escuchar una gaita...".
Viajero celta reúne notas variadas, capaces de satisfacer las más disímiles inquietudes. Están, por supuesto, las relacionadas con la Historia, que firman Manuel Castro y Alberto N, Manfredi (h), por ejemplo. Hay artículos sobre lugares celtas, como Portugal, Grecia, Irlanda, Alemania –la ciudad de Regenburg- y Croacia.
Nos informa acerca de las fechas celtas, como el Samain, que "es uno de los cuatro festivales celtas importantes. Marca el final del año celta. Sabemos de su importancia tanto en la Galia como en las Islas Británicas por su aparición en el antiguo calendario Coligny. No sabemos a ciencia cierta a quién estaba dedicado, pero seguro que Samain era el festival de los muertos" (10).
Sobre Halloween escriben: "esta fiesta, que parece un carnaval norteamericano es nada menos que una importante celebración celta. El calendario ritual irlandés comienza con el gran festival de SAMAIN, que se celebra el 1° de noviembre. Era una fiesta en la que se realizaban ofrendas a los antepasados para compartir la buena suerte. Hoy los irlandeses en esta fecha hacen una gran limpieza de sus casas, y dejan alimentospara sus antepasados la Víspera de Todos los Santos. Por otra parte, cada 31 de octubre, último día del año según el calendario celta, bajan a la tierra los espíritus de las frutas, los vegetales y los muertos para perseguir y atormentar a los humanos. El término HALLOWEEN surge de la corrupción de la frase "All Hallows Eve" que significa Víspera de Todos los Santos" (11).
En una publicación de estas características, no podía faltar la conmemoración de San Patricio, "fiesta de todos los celtas". "El 17 de marzo, como todos los años, los irlandeses festejan su santo patrono. Pero desde hace tres años se unen a esta celebración, celtas de varias nacionalidades. Sólo bastó dar una recorrida por todos los pubs que se aglutinan, curiosamente, cerca de Retiro –y de la Torre de los Ingleses- para encontrarse con parejas formadas por individuos de diferentes comunidades celtas y una sola idea: beberse toda la cerveza Guiness y todo el whisky irlandés que hallaron durmiendo desde hace justo un año" (12).
Ni la de Santiago Apóstol. "Este mes –dice el editorial de julio de 1996- Viajero Celta hace un alto en el camino. El descanso de este peregrino lo hace en Galicia. Porque julio es el mes del Apóstol de España y duerme su sueño eterno en Santiago de Compostela. Desde estas páginas rendimos nuestro homenaje a todos los gallegos celtas" (13).
Los artistas celtas de América tienen un lugar relevante en estas páginas. Entre ellos se destacan quienes tienen que ver con la música y la danza, nucleados en las "Noches Célticas" que se llevaron a cabo en un teatro porteño, con la animación de Manuel Castro, creador de estas veladas, y la producción de Alejandra Cullari y Guillermo Pardini.
Manuel Castro, descendiente de gallegos, "es fanático de la música celta. En sus viajes por Europa aprendió la historia y las costumbres de este pueblo europeo y ahora difunde sus conocimientos en la Argentina. (...) Fiel a las tradiciones, Manuel se calza la pollerita kilt y el zaragüelle –vestuario típico que usaban los gallegos en el siglo XVIII- para interpretar los temas musicales. (...) Con el grupo Potim (nombre de una bebida irlandesa ilegal) ya grabó un CD y ahora va por el segundo. ‘Soy un coleccionista de gaitas’, dice Castro y cuenta orgulloso que tiene 7 de esos instrumentos. ‘La primera gaita me la compré en un viaje que hice a Londres. Aprendí a tocar con parientes y gaiteros escoceses. La cultura celta me fascina" (14)
Se hace referencia, también, a los festivales de música celta "Keltoi"; sobre el segundo de ellos, se escribe que reunió "nuevamente a los principales grupos de música celta del país, es decir, a los conjuntos y bandas más representativas de música gallega, asturiana, escocesa, irlandesa, folk y rock celta". En esa oportunidad, además de los músicos mencionados pudimos escuchar al gaitero Carlos Nuñez, que vino a presentar en Argentina su compact titulado "A Irmandade das Estrelas".
Uno de los números incluye un reportaje a Gustavo Fontana, Director del Conjunto de Música Folk-Celta del Centro Galicia de Buenos Aires "Maestro Pazos", con motivo de la aparición de Abrego, "el primer CD de este conjunto de jóvenes intérpretes. Son hijos y nietos de gallegos y su mayor ilusión es transmitir con autenticidad y humildad la magia y sensibilidad que guardan las melodías gallegas" (15)
La actualidad de las colectividades celtas es protagonista en este periódico, y sus comidas típicas son evocadas en las notas sobre gastronomía. Gracias a la publicación, podemos degustar la "Torta para el Apóstol", el cognac, el vino de Madeira, almejas a la marinera de España, vinos de Borgoña, Whisky de Escocia y de Irlanda, salsa mediterráneas, carne a la húngara, mejillones belgas y embutidos celtas en Alemania.
Se presenta asimismo el Calendario Arbolar Céltico, de Tini Araujo, quien afirma que el libro "es para los que desean volver a conectarse con la naturaleza, creación divina. Los Celtas veneraban a los árboles y por medio de ellos los druidas obtenían el conocimiento, el poder y la existencia". Su calendario permitirá a los lectores conocer "los secretos de su propia personalidad y los ocultos rincones de la mente de los demás".
Al recorrer los ejemplares de este periódico, comprobamos que Viajero Celta cumplió con creces el objetivo que se propuso
en uno de los editoriales, donde se lee: "Amo a los Celtas. Y dedico la mayor parte de las horas de mi día a conocerlos. No le temo a la incomprensión, ni al desaire, ni a la burla de los necios. Sólo me aterra que los Celtas caigan nuevamente en el olvido" (16).
.....
En la Argentina, tan lejos de su lugar de origen, esta civilización pervive transmitida por los inmigrantes a sus hijos. Los celtas han conquistado una nueva tierra.
Viajero celta reúne notas variadas, capaces de satisfacer las más disímiles inquietudes. Están, por supuesto, las relacionadas con la Historia, que firman Manuel Castro y Alberto N, Manfredi (h), por ejemplo. Hay artículos sobre lugares celtas, como Portugal, Grecia, Irlanda, Alemania –la ciudad de Regenburg- y Croacia.
Nos informa acerca de las fechas celtas, como el Samain, que "es uno de los cuatro festivales celtas importantes. Marca el final del año celta. Sabemos de su importancia tanto en la Galia como en las Islas Británicas por su aparición en el antiguo calendario Coligny. No sabemos a ciencia cierta a quién estaba dedicado, pero seguro que Samain era el festival de los muertos" (10).
Sobre Halloween escriben: "esta fiesta, que parece un carnaval norteamericano es nada menos que una importante celebración celta. El calendario ritual irlandés comienza con el gran festival de SAMAIN, que se celebra el 1° de noviembre. Era una fiesta en la que se realizaban ofrendas a los antepasados para compartir la buena suerte. Hoy los irlandeses en esta fecha hacen una gran limpieza de sus casas, y dejan alimentospara sus antepasados la Víspera de Todos los Santos. Por otra parte, cada 31 de octubre, último día del año según el calendario celta, bajan a la tierra los espíritus de las frutas, los vegetales y los muertos para perseguir y atormentar a los humanos. El término HALLOWEEN surge de la corrupción de la frase "All Hallows Eve" que significa Víspera de Todos los Santos" (11).
En una publicación de estas características, no podía faltar la conmemoración de San Patricio, "fiesta de todos los celtas". "El 17 de marzo, como todos los años, los irlandeses festejan su santo patrono. Pero desde hace tres años se unen a esta celebración, celtas de varias nacionalidades. Sólo bastó dar una recorrida por todos los pubs que se aglutinan, curiosamente, cerca de Retiro –y de la Torre de los Ingleses- para encontrarse con parejas formadas por individuos de diferentes comunidades celtas y una sola idea: beberse toda la cerveza Guiness y todo el whisky irlandés que hallaron durmiendo desde hace justo un año" (12).
Ni la de Santiago Apóstol. "Este mes –dice el editorial de julio de 1996- Viajero Celta hace un alto en el camino. El descanso de este peregrino lo hace en Galicia. Porque julio es el mes del Apóstol de España y duerme su sueño eterno en Santiago de Compostela. Desde estas páginas rendimos nuestro homenaje a todos los gallegos celtas" (13).
Los artistas celtas de América tienen un lugar relevante en estas páginas. Entre ellos se destacan quienes tienen que ver con la música y la danza, nucleados en las "Noches Célticas" que se llevaron a cabo en un teatro porteño, con la animación de Manuel Castro, creador de estas veladas, y la producción de Alejandra Cullari y Guillermo Pardini.
Manuel Castro, descendiente de gallegos, "es fanático de la música celta. En sus viajes por Europa aprendió la historia y las costumbres de este pueblo europeo y ahora difunde sus conocimientos en la Argentina. (...) Fiel a las tradiciones, Manuel se calza la pollerita kilt y el zaragüelle –vestuario típico que usaban los gallegos en el siglo XVIII- para interpretar los temas musicales. (...) Con el grupo Potim (nombre de una bebida irlandesa ilegal) ya grabó un CD y ahora va por el segundo. ‘Soy un coleccionista de gaitas’, dice Castro y cuenta orgulloso que tiene 7 de esos instrumentos. ‘La primera gaita me la compré en un viaje que hice a Londres. Aprendí a tocar con parientes y gaiteros escoceses. La cultura celta me fascina" (14)
Se hace referencia, también, a los festivales de música celta "Keltoi"; sobre el segundo de ellos, se escribe que reunió "nuevamente a los principales grupos de música celta del país, es decir, a los conjuntos y bandas más representativas de música gallega, asturiana, escocesa, irlandesa, folk y rock celta". En esa oportunidad, además de los músicos mencionados pudimos escuchar al gaitero Carlos Nuñez, que vino a presentar en Argentina su compact titulado "A Irmandade das Estrelas".
Uno de los números incluye un reportaje a Gustavo Fontana, Director del Conjunto de Música Folk-Celta del Centro Galicia de Buenos Aires "Maestro Pazos", con motivo de la aparición de Abrego, "el primer CD de este conjunto de jóvenes intérpretes. Son hijos y nietos de gallegos y su mayor ilusión es transmitir con autenticidad y humildad la magia y sensibilidad que guardan las melodías gallegas" (15)
La actualidad de las colectividades celtas es protagonista en este periódico, y sus comidas típicas son evocadas en las notas sobre gastronomía. Gracias a la publicación, podemos degustar la "Torta para el Apóstol", el cognac, el vino de Madeira, almejas a la marinera de España, vinos de Borgoña, Whisky de Escocia y de Irlanda, salsa mediterráneas, carne a la húngara, mejillones belgas y embutidos celtas en Alemania.
Se presenta asimismo el Calendario Arbolar Céltico, de Tini Araujo, quien afirma que el libro "es para los que desean volver a conectarse con la naturaleza, creación divina. Los Celtas veneraban a los árboles y por medio de ellos los druidas obtenían el conocimiento, el poder y la existencia". Su calendario permitirá a los lectores conocer "los secretos de su propia personalidad y los ocultos rincones de la mente de los demás".
Al recorrer los ejemplares de este periódico, comprobamos que Viajero Celta cumplió con creces el objetivo que se propuso
en uno de los editoriales, donde se lee: "Amo a los Celtas. Y dedico la mayor parte de las horas de mi día a conocerlos. No le temo a la incomprensión, ni al desaire, ni a la burla de los necios. Sólo me aterra que los Celtas caigan nuevamente en el olvido" (16).
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En la Argentina, tan lejos de su lugar de origen, esta civilización pervive transmitida por los inmigrantes a sus hijos. Los celtas han conquistado una nueva tierra.
Notas
Pampillo, Gloria: Los gallegos. Novela inédita.
S/F: "Editorial, en Viajero Celta. Año II, N° 17. Buenos Aires, Mayo de 1997.
Markale, Jean: Pequeño Diccionario de Mitología Céltica.
Castro, Manuel: "Celtas y celtismo", en Viajero Celta, Año I, N° 11. Edición Especial. Buenos Aires, septiembre de 1996.
Méndez Muslera, Luciano: "Asturias en la emigración", www.telepolis.com
Ceratto, Virginia: "Gris de ausencia. Volver a empezar en un mundo nuevo", en La Capital, Mar del Plata, 26 de noviembre de 2000.
Estévez, Paula: "Buenos Aires es nuestra 5° provincia de ultramar", en La Prensa, Buenos Aires, 7 de noviembre de 1998.
Mac Dermott Doreann: "Quinquenio de terror", en Viajero Celta. Año II, N° 17. Buenos Aires, mayo de 1997.
Programa del Segundo Encuentro Cultural Celta en la Argentina, Buenos Aires, Julio de 1998.
S/F: "Samain", en Viajero Celta. Año I, N° 12. Buenos Aires, Noviembre de 1996.
S/F: "Erin’s cakes", en Viajero Celta. Año I, N° 12. Buenos Aires, Noviembre de 1996.
S/F: "San Patricio Fiesta de todos los celtas", en Viajero Celta. Año III, N° 26. Buenos Aires, Marzo de 1998.
S/F: "Editorial", en Viajero Celta. Año I, N° 9. Buenos Aires, julio de 1996.
S/F: en Clarín, Buenos Aires, 26 de septiembre de 1997.
S/F: "Conjunto de Música Folk-Celta del Centro Galicia de Buenos Aires ‘Maestro Pazos’ ", en Viajero Celta. Año I, N° 11.Edición Especial Buenos Aires, Septiembre de 1996.
S/F: "Editorial", en Viajero Celta. Año III, N° 26. Buenos Aires, Marzo de 1998.
Pampillo, Gloria: Los gallegos. Novela inédita.
S/F: "Editorial, en Viajero Celta. Año II, N° 17. Buenos Aires, Mayo de 1997.
Markale, Jean: Pequeño Diccionario de Mitología Céltica.
Castro, Manuel: "Celtas y celtismo", en Viajero Celta, Año I, N° 11. Edición Especial. Buenos Aires, septiembre de 1996.
Méndez Muslera, Luciano: "Asturias en la emigración", www.telepolis.com
Ceratto, Virginia: "Gris de ausencia. Volver a empezar en un mundo nuevo", en La Capital, Mar del Plata, 26 de noviembre de 2000.
Estévez, Paula: "Buenos Aires es nuestra 5° provincia de ultramar", en La Prensa, Buenos Aires, 7 de noviembre de 1998.
Mac Dermott Doreann: "Quinquenio de terror", en Viajero Celta. Año II, N° 17. Buenos Aires, mayo de 1997.
Programa del Segundo Encuentro Cultural Celta en la Argentina, Buenos Aires, Julio de 1998.
S/F: "Samain", en Viajero Celta. Año I, N° 12. Buenos Aires, Noviembre de 1996.
S/F: "Erin’s cakes", en Viajero Celta. Año I, N° 12. Buenos Aires, Noviembre de 1996.
S/F: "San Patricio Fiesta de todos los celtas", en Viajero Celta. Año III, N° 26. Buenos Aires, Marzo de 1998.
S/F: "Editorial", en Viajero Celta. Año I, N° 9. Buenos Aires, julio de 1996.
S/F: en Clarín, Buenos Aires, 26 de septiembre de 1997.
S/F: "Conjunto de Música Folk-Celta del Centro Galicia de Buenos Aires ‘Maestro Pazos’ ", en Viajero Celta. Año I, N° 11.Edición Especial Buenos Aires, Septiembre de 1996.
S/F: "Editorial", en Viajero Celta. Año III, N° 26. Buenos Aires, Marzo de 1998.
Trabajo enviado por
María González Rouco
Lic. en Letras UNBA/ Periodista Profesional Matriculada
María González Rouco
Lic. en Letras UNBA/ Periodista Profesional Matriculada
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos12/celta/celta.shtml#ixzz3zxvWOszk
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