Arte y cultura en la República Dominicana
Historia.
Música el Merengue
Todas las sociedades tienen una
cultura propia, que es consecuencia de la capacidad creadora de sus
integrantes, las circunstancias, la necesidad y su historia.
La República Dominicana tiene una
cultura con una rica diversidad que no nos deja de identificar. Pero todo
pueblo está sujeto cambios y nosotros no somos la excepción.
La cultura está en constante
cambio, éstos se acumulan para el aprovechamiento de sus pueblos. Estas
transformaciones se van transmitiendo de generación en generación, es por esto
que la cultura sea original o no, no se pierde.
La globalización ha venido a
hacer una integración mundial, esto puede traer distintos efecto, uno de ellos
es la transculturación de los pueblos, lo cual desayuda para que estos puedan
ser autóctonos.
“La integración en un todo”
provoca que queramos ser similares a “los más grandes”, y es ahí cuando las
nuevas generaciones empiezan a ver sus raíces como obsoletas, queriendo hacer
cambios rápidos y bruscos para satisfacer sus necesidades.
Es prudente mostrar al mundo lo
que somos, como vivimos y como queremos vivir mañana.
“La
cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que
hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y
éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos
opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo,
se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias
realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que
lo trascienden”.
(UNESCO, 1982: Declaración de
México)
Justificación
La cultura está, como un mercado,
sujeta a las leyes de la oferta y la demanda de la economía capitalista; la
industria cultural
Es urgente concretizar a todo un
pueblo que no se da cuenta que nuestras raíces puedan cambiar radicalmente.
Nuestro objetivo fundamental es recopilar nuestros rasgos más significativos y
que nos han identificado por años y poder difundirlos.
El pueblo que conoce su historia
no deja que se pierda. Con esto deseamos que muchos puedan tener un acceso
directo a nuestras costumbres, tradiciones, gastronomía, saberes populares, en
fin a todo lo que somos.
Es innegable que nuestros hijos e
hijas vivirán en una sociedad muy distinta a ésta y que lo nuevo tratará de
imponerse ante lo viejo; queriendo absolverlo por completo. Es hoy cuando
tenemos que prepararnos para las grandes transformaciones que se avecinan
Música
El Merengue
El merengue es un género musical,
baile folklórico dominicano que se ha difundido ampliamente y que muchos
consideran como el baile nacional dominicano.
Historia del Merengue Dominicano
Los orígenes del Merengue
Dominicano están tanto en África como Europa, Lo que hasta para el profano está
claro es que el ritmo es de origen africano, Con anterioridad la danza nacional
dominicana era la Tumba que influye definitivamente en la línea melódica del
Merengue y viajó hasta el oriente cubano. Las primeras composiciones del
merengue son atribuidas al coronel Juan Bautista Alfonseca (1810-1875). Él fue
quien llevó el Merengue al pentagrama por primera vez.
Entre los temas compuestos por
Juan Bautista Alfonseca se destacan:
"La Juana Aquilina”.
"Ay Coco".
"Los pastelitos".
"El morrocoy".
"El Carlito cayó en el pozo"
Entre otros.
El pueblo cantaba ya que este
compuso sus temas de acuerdo a la rítmica que el pueblo practicaba al igual que
hizo Sebastián de Iradier y Salaverri al componer "La Paloma" y
definir la Habanera en el primer pentagrama firmado por un músico de carrera.
Luís Alberti, uno de los músicos
considerados como padres del Merengue, no cree en la influencia africana y
aboga por raíces netamente españolas al considerar el Merengue como "una
mezcla de lo español y nuestras tonadas campesinas de tierra adentro".
Tonadas que en definitiva también tienen origen, fundamentalmente canario en su
forma y castellano en su fondo.
F. Lizardo, folklorista
dominicano, por contra, piensa que el origen está en la tribu Bara de
Madagascar, que llegó a la isla en el siglo XVIII y trajo un baile llamado
Merengue que se diseminó por todo el Caribe. Un ritmo muy parecido, añade
Lizardo, llegó con los Yorubas de actual Dahomey. En la polirritmia africana
estaba también el Merengue. Es evidente.
Emilio Rodríguez Demorizi
estableció en sus trabajos las conexiones entre la Upa, la Danza puertorriqueña
y el Merengue dominicano.
Evidentemente, el Merengue se
desarrolla junto a la identidad como nación, cultura y raza de la República
Dominicana, con influencias españolas, africanas y autóctonas. Su aparición
también se empareja con los años de nacimiento de la República y las primeras
manifestaciones culturales propias.
Una de las formas merengueras del
final del XIX es el Perico Ripiao, originario de Santiago de los Caballeros. En
un local denominado Perico Ripiao, tocaba un grupo que sustituye la guitarra
por el acordeón. La formación del Perico Ripiao se fundamentó en tambora,
acordeón y güira. El local dio nombre a la nueva forma interpretativa del
Merengue.
Rechazo inicial-Aceptación posterior
En Santo Domingo la Tumba fue
desplazada de los bailes populares por el `'Merengue,”. A pesar de su auge
entre las masas populares, la clase alta no aceptó el merengue por mucho
tiempo, por su vinculación con la música africana. Considerada una
"sandunga criminal", una "pasión impía", un baile
"demoníaco Otra de las causas que pesaron sobre el repudio y ataques
contra el merengue fueron los textos literarios que lo acompañan, generalmente
subidos de tono.
Lo cierto es que el arte de
llevar a una mujer empujándola pecho con pecho en contra de las corrientes
morales del momento le costó al Merengue serias críticas y campañas de
descrédito que no impactaron en el pueblo dominicano.
Otras danzas dominicanas de origen negro no fueron
atacadas por su carácter de danzas rituales. Esto que chocaba con la concepción
religiosa de los grupos de la clase elevada. Su mismo carácter ritual hacía que
su práctica se restringiera a unos pocos lugares o días al año, con un alcance
o difusión entre la población muy limitado. El merengue por el contrario por su
carácter de danza de regocijo se introdujo con más facilidad en los lugares de
fiestas generales y por esto la reacción en contra si bien fue fuerte, fue
vencida por el sabor de su ritmo.
En 1875 Ulises Francisco Espaillat inició una campaña contra el merengue que fue totalmente inútil pues ya el baile se había adueñado del Cibao donde se hizo fuerte a tal punto que se asocia hoy esta región como cuna del merengue.
En 1875 Ulises Francisco Espaillat inició una campaña contra el merengue que fue totalmente inútil pues ya el baile se había adueñado del Cibao donde se hizo fuerte a tal punto que se asocia hoy esta región como cuna del merengue.
A principios del presente siglo
músicos cultos hicieron una gran campaña para la introducción de esta danza en
los salones. Los músicos populares se unieron a esa campaña, la que encontraba
siempre la resistencia que inspiraba el lenguaje vulgar de las letras que
acompañaban el ritmo.
Juan F. García, Juan Espínola y
Julio Alberto Hernández, fueron pioneros en esa campaña. Su éxito no fue
inmediato ya que a pesar de que establecieron la forma musical del merengue, no
pudieron conseguir que el merengue penetrara en "la sociedad" y se
considerara como una creación del pueblo dominicano aceptándola sin
aspavientos.
El panorama cambió a partir de
1930, pues Rafael L. Trujillo en su campaña electoral usó varios conjuntos de
"Perico Ripiao" y logro difundir el aire nuevo a zonas donde no se le
conocía previamente, ayudándole mucho en esa difusión el uso de la radio recién
llegada al país antes del inicio de la dictadura.
A pesar de esta gran difusión y
propaganda no se aceptó de pleno el merengue en lo que se llamaba "la
buena sociedad dominicana" hasta que en una familia de la
"aristocracia" de Santiago, en ocasión de la celebración de una
fiesta solicitaron a Luís Alberti, que iba a amenizar con su orquesta, que
compusiera un merengue con "letras decentes", y éste accedió. Compuso
para tal ocasión el "Compadre Pedro Juan", el cual no solo gustó,
sino que causó furor, llegando a convertirse en el himno de los merengues. A
partir de ese momento comenzó a diseminarse el merengue. Para esto la radio
prestó una ayuda generosa.
Al diseminarse el merengue por
todo el ámbito nacional, produjo, como toda manifestación cultural, variantes.
Estas reflejan el manejo de los elementos culturales hecho al acomodo y
conveniencia de algunos.
Como fueron músicos cultos los
que fijaron la forma musical del nuevo merengue, los músicos populares trataron
de imitar y seguir este modelo mientras que el hombre de campo continuó tocando
el merengue de la misma forma. Esto dio origen a dos formas de merengue bien
diferenciadas entre sí.
El merengue folklórico auténtico
que aún se encuentra en los campos, y el merengue de salón. Este último es el
que más se difunde y el que la gran mayoría de personas creen que es
folklórico.
El Merengue Hoy
Para el año 1980, el merengue
empieza el periodo llamado la época de oro, caracterizado por la aparición de
nuevas agrupaciones, sonidos y carácter.
El merengue actual, aunque en
franca pérdida de la anterior vigencia internacional a que nos habíamos
acostumbrado, se mantiene estable en su estructura promedio, es decir, aquella
cimentada durante las tres décadas finales del siglo anterior.
Volviendo a la sinuosidad del merengue en su trayectoria, casual, o forjada en las manos de sus distintos líderes de turno, sería interesante echar una vista panorámica aunque sucinta de los más sobresalientes cambios, no en cuanto a su dimensión popular ni mucho menos a la respuesta entusiasta o no de las multitudes, sino, por su consistencia estrictamente musical y de forma.
Volviendo a la sinuosidad del merengue en su trayectoria, casual, o forjada en las manos de sus distintos líderes de turno, sería interesante echar una vista panorámica aunque sucinta de los más sobresalientes cambios, no en cuanto a su dimensión popular ni mucho menos a la respuesta entusiasta o no de las multitudes, sino, por su consistencia estrictamente musical y de forma.
Merengueros dominicanos: Wilfrido Vargas, Sergio Vargas, Los
Hermanos Rosario, Roberto Antonio, Los Melódicos Billo's Caracas Boys, Conjunto
Quisqueya. Fernando Villalona. Jochy Hernández. Jossie Esteban. La Patrulla 15.
Eddy Herrera, Liz y su Banda Show. Por
supuesto el popularísimo Juan Luís Guerra, entre otros. Estos llamaron la
atención gracias a sus melodiosas canciones y ritmos.
Kinito Méndez
Nos comentó que era oriundo de
Azua, que desde pequeño, se ponía con latitas a tocar. Siempre recibió el apoyo
de su familia,
Su inspiración es Johnny Ventura
del cual es un gran admirador.
Fue el pionero en introducir los
palos al merengue, con ese tema llega al Grammy y ganó merengue del año en los
premios Casandra.
Él junto a la Cocoband inicia en
el merengue popular, introduciendo frases y refranes populares en las letras
del merengue. Nos explicó que el merengue popular que ellos hacían no era igual
al de ahora, pues eran hechos en estudios de grabación, una música preparada
para ser exportas a cualquier parte del mundo, critica que los nuevos
exponentes de este tipo de merengue utilizan las improvisaciones en vivió y de
ahí lo llevan a la radio, pero lo que le gusta es que estos merengueros
sintonizan con el publico.
El merengue tradicional, es que
el que va a los premio “Lo Nuestro” “El Grammy”, es que se ha
internacionalizado mientras que el merengue de calle no es reconocido en el
exterior.
Piensa que no solo el merengue,
sino en toda la música ha tenido una crisis debido a la piratería.
En cuanto a los cambios producto
de la globalización enfatizó que esto no pasa solo en nuestro país y que los
artistas deberían seguir haciendo música cultural, orientar a los jóvenes sobre
la cultura dominicana. Dijo que le gustaría realizar charlas en los colegio
para hablarles del merengue, su importancia y trascendencia.
Bibliografía
Atlas
Folklórico de la República Dominicana, editora Santillana.
Enciclopedia
del Arte Dominicano
Enciclopedia
Dominicana
Enciclopedia
Ilustrada de la República Dominicana.
Los
cien músicos del siglo, editorial Cañabrava en el año 2000. Redactada por el
Lic. Antonio Gómez Sotolongo
www.discuba.com
www.labijirita.com
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