Qué busca realmente Barack Obama con su recién anunciado viaje a Cuba
- 18 febrero 2016
El último presidente de Estados Unidos que viajó a Cuba, Calvin Coolidge, llegó a la isla a bordo de un buque de guerra.
El próximo 21 de marzo, 88 años después, lo emulará Barack Obama, que aterrizará con el moderno Air Force One en el vetusto aeropuerto de La Habanacon la mano tendida hacia el antiguo enemigo.
Poco más de un año después del anuncio del deshielo de las relaciones de los dos rivales ideológicos, habrá un nuevo momento histórico. Obama se reunirá por tercera vez desde el 17 de diciembre de 2014 con su homólogo cubano, Raúl Castro. La novedad ahora es que será en La Habana.
La simbólica visita a poco menos de un año de abandonar la Casa Blanca cimentará el legado de Obama que, como muchos otros presidentes antes de dejar el cargo, busca triunfos en política exterior.
"No hay ninguna duda de eso", asegura a BBC Mundo el cubano Arturo López Levy, profesor de Política en la Universidad de Texas Río Grande Valley, en Estados Unidos
Junto al acuerdo nuclear con Irán, otro enemigo tradicional, el acercamiento a Cuba tras 54 años de distanciamiento es quizás el mayor logro de Obama.
Pero para ello, el deshielo tendrá que consolidarse, ya que la llegada en 2017 de un presidente contrario a ello podría amenazarlo. El miércoles, los candidatos republicanos Ted Cruz y Marco Rubio, ambos de origen cubano, ya se mostraron muy críticos con el viaje.
"Más que de su legado, se trata de conseguir cosas", afirma a BBC Mundo Frank Mora, ex miembro del gobierno Obama y ahora profesor de la Universidad Internacional de Florida.
Acelerar el proceso
La cuenta regresiva para la salida de la Casa Blanca ya comenzó y hay mucho en juego.
"Hay una falta de prioridad del tema cubano en la burocracia y ya va quedando menos de un año para el cambio de gobierno. Un viaje presidencial eleva el perfil al tema cubano", dice López Levy, que anticipa cambios en los próximos meses.
Obama ya flexibilizó el embargo económico y comercial que pesa sobre la isla, que sólo puede ser levantado por el Congreso en Washington y que supone el mayor obstáculo para el acercamiento.
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A Obama lo acompañarán legisladores de los dos partidos, lo que quizás suponga un paso adelante para el fin del embargo, aunque López Levy no cree que eso vaya a ocurrir antes de que Obama complete su mandato.
El presidente busca, por lo tanto, acelerar el proceso.
"Queremos que sea irreversible, que las conexiones ganen peso para que sea inevitable", dijo este jueves Ben Rhodes, consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca y uno de los principales negociadores con Cuba.
Rhodes apuntó a que no tendría sentido cerrar la embajada en la isla reabierta en julio del año pasado, volver a impedir que los estadounidenses viajen a Cuba ni que los empresarios olviden los proyectos en los que están trabajando.
"No se puede volver al 16 de diciembre de 2014, es irreversible", afirma Frank Mora respecto a la histórica fecha del 17 de diciembre de 2014.
El experto cree que quizás Cruz o Rubio podrían ralentizar el proceso, si llegan a ser presidentes, pero no frenarlo.
Esta semana se anunció que medio siglo después una empresa de Estados Unidos se instalará en Cuba y que a final de año volverán a operar vuelos comerciales entre los dos países.
"El espaldarazo que supone el viaje de Obama a Cuba debe dinamizar esos cambios", dice López Levy. "Más que una culminación en el proceso de acercamiento es un acicate para que el proceso reaccione", agregó el experto, que observa cierta lentitud.
Rhodes aseguró hoy que no se espera que Obama se reúna con Fidel Castro, expresidente y el líder de una Revolución que es el germen de la separación ideológica entre ambos países. Un encuentro entre ambos sería el gran momento de la visita.
Sí habrá reunión, en cambio, con "miembros que se oponen al gobierno y son críticos", dijo el asesor.
Poder hablar con disidentes había sido una de las condiciones de Obama para viajar. El presidente también se dirigirá al pueblo cubano en algún momento de la visita de dos días.
Más allá de sus discursos y sus palabras, Obama jugará también la baza de su popularidad y de la de su mujer. "No es algo que se pueda subestimar. Y no olvidemos que es el primer presidente afroamericano (de EE.UU.) y que hablará ante una población en la que hay muchos descendientes africanos", apunta el profesor Frank Mora.
Transición intergeneracional
Los cubanos reaccionaron positivamente este jueves. "Nunca imaginé que pasara tan rápido. Creo que es un paso adelante. Después de todo, somos vecinos", dijo un hombre al corresponsal de la BBC en La Habana, Will Grant.
"Una visita de un presidente de Estados Unidos a Cuba es increíble", afirmó una mujer en la capital.
Desde el gobierno, también se le dio la bienvenida. "Su visita representará un avance en la mejora de las relaciones", aseguró Josefina Vidal, la encargada de las negociaciones con Estados Unidos.
La Casa Blanca insiste en que la visita busca avanzar "los lazos comerciales y personales que puedan mejorar el bienestar del pueblo cubano" y expresar su apoyo a los derechos humanos.
Pero el viaje llega también a pocas semanas de que en abril se celebre el congreso del Partido Comunista, en el que podría decidirse quién será a partir de 2018 el primer presidente de Cuba desde 1959 sin el apellido Castro.
"Obama es consciente de que hay una transición intergeneracional y hacer este gesto antes del congreso transmite una visión de que Estados Unidos está abierto a dialogar con las nuevas voces del nacionalismo cubano", dice López Levy.
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