Algo para destacar en los Museos Vaticanos son las llamadas Habitaciones de Rafael,
una serie de salones preciosamente decorados con pinturas que el artista realizó entre 1508 y 1524. Son cuatro salones que están en el segundo piso del Palacio Apostólico y si contamos los frescos de la Capilla Sixtina, realizados por Miguel Ángel, estos forman parte de los frescos del Alto Renacimiento que brillan en Roma.
Corría julio de 1508 cuando Rafael fue convocado para decorar las dependencias privadas del Papa Julio II. Los frescos hechos por Perugino y Sodoma, entre otros, fueron retirados, raspados, para que Rafael pintara los suyos. A la muerte de Julio II el siguiente Papa, León X, continúo el pedido y cuando murió Rafael en 1520 las obras fueron continuadas por sus discípulos.
Hay frescos en el muro este, sur, oeste, norte y en la bóveda. Los frescos de las Habitaciones de Rafael representan distintas escenas históricas y religiosas, desde el la liberación de San Pedro, pasando por la coronación de Carlomagno hasta el bautismo de Constantino
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