Hallan nuevas evidencias del descubrimiento español de Colorado
Restos de armas de resorte y de armadura aparecen en un lugar agreste, excavados por personal del Museo del Oeste de Colorado, en Grand Junction.
Así lo defiende David Baley, director del Equipo de Investigaciones Históricas del Museo del Oeste, en la ciudad de Grand Junction (Colorado), que ha dedicado gran parte de su carrera profesional a investigar las «expediciones desconocidas» españolas de los siglos XVI y XVII a esa zona de las Montañas Rocosas y ha podido excavar restos de colonos españoles, trozos de armaduras y piezas de una pistola de resorte que podría ser del siglo XVI, junto a una estructura de piedras cuyo origen tampoco se conocía.
Hay dos teorías, podría ser una fortificación militar en la que aquellas desconocida colonia española del XVI se defendió de indios hostiles en aquellos agrestes parajes, o también podría ser un lugar de intercambio y las piezas encontradas haber sido objeto de mercadeo entre los exploradores españoles y los pueblos autóctonos. La arqueología trata de desvelar detalles con la reciente excavación de la zona.
«Siempre me fascinó la historia del período colonial español en el suroeste de Estados Unidos. En el oeste de Colorado, no tenemos misiones o restos de ciudades españolas, pero nuestro paisaje está vivo con la historia española», dijo a Efe.
Topografía en español
«Las ciudades, las montañas, los ríos y las mesetas tienen nombres en español. Muchos de esos nombres han sido asignados por los primeros exploradores y cartógrafos españoles que recorrieron la región a la que hoy llamamos el oeste de Colorado», agregó.
De hecho, en esa zona las montañas se llaman San Juan, el principalrío es Las Ánimas, hay condados como Conejos o Cuchara y las ciudades tienen nombres como San Luis (la más antigua en Colorado, fundada en 1848), Pueblo, Buena Vista, Dolores, La Junta y otros similares.
Sin embargo, a pesar de los casi cinco siglos desde la llegada de los españoles a la zona y que desde entonces la presencia de mexicanos (y luego hispanos o latinos) ha sido ininterrumpida, esa historia sigue siendo «fragmentada», según Bailey.
Se sabe, por ejemplo, que don Juan de Oñate encabezó una expedición que en 1598 llegó hasta el sur de Colorado. Y su sobrino, Juan de Zaldívar, cazó búfalos en el Valle de San Luis ese mismo año, dos siglos y medio antes de que allí hubiese una ciudad con ese nombre.
Luego, en 1765, Juan Antonio María de Rivera, nacido en Chihuahua (México), exploró la zona del sur de Colorado y estableció relaciones permanentes con los Ute y otras tribus de la región.
Más tarde, entre julio y noviembre de 1776 y en respuesta a la declaración de independencia de Estados Unidos, los padres Francisco Domínguez y Silvestre Escalante encabezaron una expedición que pasó por Nuevo México, Colorado, Utah y Arizona, en ese orden.
Expediciones no registradas
Pero, según Bailey, «hubo muchas otras expediciones no registradas que viajaron al norte de los límites de los territorios españoles». Sin embargo, encontrar evidencias de esas expediciones es «algo extremadamente raro», aunque no imposible.
Bailey y sus colaboradores hallaron hace años en la zona del Arroyo Kannah, a unos 50 kilómetros al oeste de Gran Junction, una fortificación de piedra hecha por españoles, restos de una armadura, partes de pistolas y partes de una navaja.
En otros lugares de la misma zona descubrieron fragmentos de espadas y de cruces y el mes pasado en el Arroyo Kannah se encontró algo que puede ser parte de una pistola española de casi cinco siglos.
Si la antigüedad de la pieza se verifica científicamente, se establecerá que los españoles llegaron al oeste de Colorado cien o doscientos años antes de lo que hasta ahora se creía.
La teoría prevalente afirma que el fracaso de la expedición de Francisco de Coronado realizada entre 1540 y 1542 para encontrar las míticas Ciudades de Cibola (las Siete Ciudades de Oro) llevó a cancelar otras expediciones españolas en las Rocosas. Un mapa de la época de Hernán Cortés ubica las Siete Ciudades en la zona donde hoy está Grand Junction.
«Los primeros exploradores españoles escucharon muchas historias. Pero los mitos pronto dieron lugar a exploradores y comerciantes serios con profundo conocimiento de esta vasta región habitada por muchos y diferentes grupos culturales», señaló el historiador.
Gracias a esas exploraciones, esa región del continente americano quedó abierta primero al intercambio comercial (entre españoles, mexicanos y nativos) y luego al asentamiento de colonos.
Bailey está seguro de que quedan «archivos, diarios y sitios arqueológicos aún no descubiertos» que darán detalles a esa historia «o podrían cambiarla».
«Quedan muchos misterios por resolver», concluyó este especialista en la conquista española de Colorado.
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