Nota: La lista de asesinados en este artículo de febrero 1, 1935, se refiere unicamente a los asesinados en los primeros 2 o 3 años de la dictadura por motivos exclusivamente políticos, no incluye a los que fueron asesinados por motivos caprichosos o para quitarles tierras, ganado, etc.
Barcelona, España - 1935
PALPITACIONES DE SANTO DOMINGO
Los crímenes de Leónidas Trujillo (alias Chapita) en Santo Domingo
Los crímenes de Leónidas Trujillo (alias Chapita) en Santo Domingo
(Págs. 112-113)
Pues bien, retratemos algo de los espeluznantes crímenes, como así lo ofrecimos, sucedidos en Santo Domingo, donde una bestia, salida de las cloacas políticas, abochorna al género humano. Leónidas Trujillo Molina «Chapita», no tiene comparación en bestiales instintos con otro mortal que pueda vivir en este globo terráqueo. He aquí su historia de crímenes:
Después de algunos crímenes, donde perdieron la vida algunos contrincantes políticos de Leónidas Trujillo para poder llegar a la Presidencia de la República, continúa con los siguientes:
Ametrallada una manifestación de motoristas en las inmediaciones del Parque Independencia en la cual resultaron numerosos muertos y heridos. El periodista Emilio Reyes, fusilado en Bani a las 6. P.M. por miembros del ejército mientras era conducido desde la capital. El señor Sully Ulloa, ametrallado en uno de los barrios de la ciudad desde un auto con chapa oficial, núm. 203. En ese auto iba un hermano de Trujillo. El señor Alberto Larancuent, asesinado en el Parque Colón mientras departía con algunos amigos sentado en uno de los bancos del paseo. Se perpetró este asesinato en las primeras horas de la noche y se apagaron las luces de la ciudad para que oficiales del ejército cometieran este crimen. El general Laito Guerrero, Félix Ortiz, Juan Peña y otros más, fueron sacados a viva fuerza de la fortaleza Ozama y pasaron por una infame masacre y torturas.
En San Francisco de Macoris, el general Paredes, leader del Partido Nacional, los tres hermanos Pichardo, el Licenciado Domingo O. Borges y su hijo, estudiante de 17 años, fueron alevosamente asesinados por los esbirros de «Chapita».
Santiago de los Caballeros fué escenario de uno de los crímenes más horripilantes que tiene en su haber ese hombre enfermo de locura criminal, en la persona de Virgilio Martínez Reyna, ex secretario de Estado y exquisito poeta. Se encontraba enfermo sufriendo un ataque apendicular cuando su hogar fué asaltado por un grupo de facinerosos en el mismo momento que su señora Altagracia Almanzar le pendía bolsas de agua. En su propio lecho fué acribillado a balazos y además herido por varios machetazos; y su esposa, que quiso intervenir, fué muerta también de dos tiros, estando esta señora en meses adelantados de embarazo.El estudiante Ellis Cambiaso, muerto a tiros en la alameda de la Avenida Imbert, mientras paseaba con su prometida y dos hermanas de ésta; fué sacrificado el mismo día de su examen final en el Instituto.
En la Provincia de Espaillat, José Brache, ex secretario de Hacienda, fué asesinado una noche en los momentos que salía del teatro acompañado de su familia. El móvil de este asesinato fué la negociación que le hizo Brache a Trujillo de un préstamo de veinte mil pesos. El general Aquiles Imbert, Carlos Estrella, su hermano Luis y muchos otros, por sus actitudes oposicionistas al Gobierno de Trujillo.
En Puerto Plata, el rico hacendado Pulula Pelegrín. Moreno de la Cruz y más de doscientos campesinos de esa región, fueron inmolados por la tiranía a causa de sus protestas en contra de un Gobierno de latrocinios y crímenes.
En La Vega, Armando de los Santos, Daniel Tavera, general Félix Colón y otros murieron por la «porra» de Trujillo.
En Barahona, Moneno Matos, capitán Aquilino Carrasco, profesor Juan N. Miranda, portorriqueño; Reneiro Confesor y otros fueron víctimas de la bestia Quisqueyana.
En San Pedro de Macoris, Juan Valera y el estudiante portorriqueño Eduardo Colom Piris, cayeron en la jornada de esta provincia. Este último fué asesinado por el oficial del Estado Mayor de Trujillo, Sindulfo Minaya, quién más tarde fué asesinado también para desagraviar a la familia de Colom Piris y al pueblo de Puerto Rico.
En Monte Cristy fueron asesinados el general Manuel Rivas, general Evangelista Peralta, general Boba, Mayía Santil, Rafael Patino y sus dos hijos; estos últimos habían regresado a su suelo por las garantías ofrecidas, cayendo engañados por el miserable «Chapita».
En todos los rincones de la nación han caído más víctimas. El general Desiderio Arias, director del Partido Liberal, cuya cabeza separada del tronco fué llevada desde las inmediaciones de Mao a presencia de Trujillo en la Fortaleza de San Luis para demostrarle que sus órdenes estaban fielmente cumplidas. El general Bencosme, el hacendado sirio Salomón Hadad, los tres hermanos Perozo: César, escritor y publicista, Andrés, abogado y juez de la Corte de Apelación y Faustino, profesor de Enseñanza Pública, fueron fusilados juntamente con un cuñado de estos últimos nombrado Tiberio Santillana. David Vidal Recio, Luis Ricardo, Abigail Montalvo, general Chucho Sosa, Olegario de Vargas, Juan Bonifacio, Mario Mota, Lulio Alberto García y Luis Silverio Sandoval*** fueron acribillados a balazos por negarse a cooperar con Trujillo en sus maquiavélicos y criminales propósitos. Canin Suero, Francisco Reyes, Ramón Pereyra, Alejandro Pérez, Pedro Linares, Amado Santana, Domingo Herrera, Ramón García, Manuel Tolentino, Rafael Veloz y el general Luis Silverio***, gobernador de la Provincia de Samaná, se unen a la interminable lista de los inmolados, que muchos de ellos son oficiales, clases y soldados que se rebelaron contra ese régimen, donde la trujillada siembra el luto y vergüenza en el pueblo dominicano.
Esta lista ha sido recogida de la revista «Bohemia», y el trabajo lo calza la firma del periodista Rafael Eskert. Indiscutiblemente que en esta lista no aparecen los obreros asesinados por sus ideas de libertad, empero, no dudamos conseguirla. Parece que el periodista, dedicado solamente a los asuntos políticos, dejó pasar aquellos crímenes perpetrados en la persona de los trabajadores, pues los inmolados que dejamos anotados, son por movimientos políticos. Pero no obstante, esperamos que nuestra prensa reproduzca esta información, para poner ante la faz del mundo los crímenes de esa alimaña maldita que responde por Leónidas Trujillo y Molina.
Firma: Rosendo Apolcaterra
La Revista Blanca, año XIII, núm. 315 - 1 de febrero, 1935 - España
(Fin del artículo)
Para descargar solo el articulo en pdf y no la revista entera pueden ir a:http://www.cielonaranja.com/trujillo-1935.pdf
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