BATALLA DE LA BARRANQUITA, CADA VEZ MAS RELEGADA EN LA HISTORIA
- El país recuerda el 99 aniversario este jueves
- Habrán actos de Mao este 3 de julio
- Monumento que honra esta batalla luce abandonado
- Libros de textos e historiadores marginan acontecimiento
Por Félix Jacinto Bretón/Trinchera
MAO, Rep. Dominicana.-La conocida como “Batalla de la Barranquita”–ocurrida el 3 de julio de 1916-, donde un grupo de dominicanos enfrento valientemente la primera intervención norteamericana en el país, ve llegar este jueves su aniversario 99 cada vez más relegada en la historia.
A pesar de todo, la efemérides no pasará totalmente inadvertida y por lo menos en esta localidad del Noroeste, algunos sectores promueven actividades para que no se pierda por completo, en la memoria histórica, este acontecimiento.
Se desconoce si en otros lugares del territorio se celebrarán algunos actos de conmemoración aunque esto es poco probable ya que la fecha, cada año, pasa literalmente inadvertida pese a lo que representa para las dominicanas y dominicanos.
Incluso hay hasta historiadores que marginan la misma y no se explica el por qué, si se trata de un episodio donde quedó escrito con letras de oro el fervor patriótico cuando un grupo de dominicanos enfrentó, con las armas en las manos,y muy pocas y rústicas por cierto, la primera intervención norteamericana al país.
En realidad, son muchas las personas que han oído hablar de La Barranquita, pero muy pocas saben el significado de este hecho, que ha dado nombre a una de las grandes epopeyas del pueblo dominicano, según un texto colgado en una página maeña localizada a través de google.
El enorme valor histórico que tiene la batalla La Barranquita radica en la defensa de la soberanía nacional asumida por 80 dominicanos, que enfrentaron a más de 800 marines norteamericanos en julio de 1916 -justamente un día como hoy- en ese lugar.
El 15 de Mayo del 1916 desembarcaron las primeras tropas norteamericanas en las proximidades de la ciudad de Santo Domingo bajo las órdenes del Contralmirante William Caperton. Días después hacían lo mismo por San Pedro de Macorís y, el 1 de junio,entraban por Puerto Plata y Montecristi.
Héroes de La Barranquita. Escasos quedan vivos hoy en día.
OCUPAR A SANTIAGO
Desde esas localidades, según los historiadores, las fuerzas invasoras tenían como objetivo ocupar la ciudad de Santiago para controlar los principales puntos políticos y económicos de la República Dominicana.
Los norteamericanos habían recibido poca resistencia fruto del desorden y la anarquía imperante en el país pero en Mao, y en pequeñas comunidades del noroeste, como Doña Antonia; la situación fue muy distinta.
El comandante del puesto militar de Mao, el general Carlos Daniel Grullón, junto al sacerdote Eliseo Echevarria, el síndico Rafael (Fefo) Madera y el presidente del Ayuntamiento Don Efraín Reyes, decidieron asumir la defensa de la Patria.
SOLO CON EL PATRIOTISMO
Sin más estímulo que su patriotismo y sin idea de la superioridad del enemigo, el grupo de 80 hombres encabezados por el general Carlos Daniel salieron desde Santa Cruz de Mao a un punto del Camino Real (es decir, la antigua vía que comunicaba a las ciudades de Montecristi y Santiago, conocido además como El Camino Viejo) para emboscar las tropas de ocupación.
El lugar fue El Cerro de La Barranquita, próximo a los entonces parajes de Guayacanes y Maizal, a unos 6 kilómetros de la ciudad de Mao. Al grupo se le unió el capitán Máximo Cabral, miembro del Ejército dominicano, quien fuera dejado libre por el Ministro de Guerra, General Desiderio Arias, cuando éste llego a Santiago desde Santo Domingo y al decidir no combatir a las fuerzas invasoras.
Del otro lado, estaba el coronel Joseph Pendentlon, comandante de las fuerzas enemigas de ocupación, salió de Montecristi el 25 de Junio de ese 1916 con 24 oficiales y 837 soldados.
De ese modo, del lado de las fuerzas norteamericanas se contaban con 867 hombres con una guardia de Infantes de Marina montados a caballo, seguido de un cuerpo principal formado por la infantería y la artillería, un hospital móvil y las provisiones.
Disponían de 24 carretones tirados por mulas, 7 camiones, 2 carretas y un vagón con agua, así como un tractor arrastrando 4 casas remolques y 11 automóviles marca Ford, según el parte de la época.
El patriota Cayo Baez, quien fue salvajemente torturado por la tropa norteamericana para que delatara a sus compañeros durante la ocupación a lo que, valientemente, se negó. Un ejemplo nacional.
Entre sus armas había cañones de artillería, rifles, ametralladoras y pistolas.Todo un moderno arsenal y tropas probadas en la primera guerra mundial en la que los Estados Unidos habían participado en Europa.
UNA BATALLA CON BRAVURA
Las armas de los dominicanos en La Barranquita, por el contrario, eran en su mayoría rifles Máuser de uno y seis tiros. Pero la batalla se inició en función la bravura, que era el único elemento en que superaban a las tropas invasoras. Cuentan que en más de un momento de la batalla, se hizo retroceder al poderoso enemigo.
PANCHO PEÑA Y DEMETRIO GARCIA
Un hecho relevante y digno de resaltar es el heroísmo demostrado por el l literalmente anciano, dos veces héroe, pues también combatió las guerras de las Restauración, Francisco (Pancho) Peña, quien fusil en manos se unió a los combatientes de La Barranquita dejando allí su existencia.
Otra hazaña singular fue la de Demetrio Frías, quien era el síndico de Mao, el cual entregó la Bandera Nacional con la encomienda de volverla a traer y cuando la dejó, por un olvido momentáneo en el campo de batalla -ya abandonado por nuestros patriotas y ocupado por las fuerzas invasoras- se devolvió a buscarla penetrando el área ya controlada por el enemigo hasta rescatarla y hacerla llegar desde donde salió con ella.
El poeta Juan de Jesús Reyes describió la a los héroes como hombres valientes y astutos, por el uso de las abejas como estrategia militar concebida por el Comandante, el General Carlos Daniel, a quien entrega su reconocimiento. La familia Gutiérrez de Guayacanes que aportó cinco de sus miembros, muriendo la mayoría de ellos en el campo de batalla.
El Sacerdote de Mao, oca Reverendo Eliseo Echevarría quien, desde el púlpito, estimuló al pueblo joven a la defensa de la Patria pisoteada. El médico que vino desde Santiago, el doctor Geraldo Ellis Cambiaso, para curar y cuidar de los heridos hasta sanarlos.
Los combatientes de la batalla de La Barranquita del 1916 demostraron que cuando de defender la patria se trata no importa la cantidad de hombres ni la calidad de las armas, simplemente es un compromiso de cada hombre que se sienta comprometido con la obra de Duarte y los miles dominicanos que en sus respectivos momento lo han dado todo por su patria.
Honor y gloria para estos pro-hombres que supieron erguirse a la altura de la Patria cuando esta los necesito. Su ejemplo, aunque algunos lo olviden y lo marginen, seguirá como llama viviente en los corazones de las dominicanas y dominicanos.
Este día es justo concluir este texto recordando las sabias palabras del apóstol de la libertad cubana José Martí, las cuales se aplican exactamente a estos héroes y mártires de La Barranquita: “Cuando se muere en brazos de la patria agradecida, la muerte acaba, la prisión se rompe y empieza, al fin, con el morir la vida”.
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