El doctor Carl Theodor Georg y su trabajo filantrópico al servicio de San Pedro de Macorís
Publicado el: 21 julio, 2017
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Para hablar de una figura emblemática como la del doctor Carl Theodor Konrad Ludwig Georg habría que abarcar muchas facetas de esta celebridad histórica para San Pedro de Macorís, República Dominicana y el mundo.
Conocido popularmente como Doctor Georg, Mr. Yor o Mr. Yo, nació el 23 de enero del 1884 y falleció el 11 de junio 1966. El pasado 23 de enero habría cumplido 133 años.
Nació en Biebrich Am Rhein, en Alemania, y llegó al país en 1909, después de haberse casado con la distinguida dama puertoplateña doña Constance Eleonor Maneche, en 1908. Siempre se consideró dominicano de pura cepa y lo fue como el que más.
Desde que llegó al país invirtió y reinvirtió en el desarrollo de colonias de caña, comprando y sembrando en el Batey El Soco, en San Pedro de Macorís, con el dinero que trajo desde Alemania y las ganancias obtenidas por sus cosechas. Es poco conocido el dato de que se unió en matrimonio con doña Constance en Alemania, con separación de bienes, contrario a lo que se decía que se había aprovechado de la fortuna de su esposa. Su amor, orgullo y autoestima eran inconmensurable y nunca habría actuado de esa manera.
Fue uno de los grandes colonos azucareros de la región Este del país.
En el 1919, con su ojo avizor, entendió que debía vender las tierras para dedicarse a su inclinación por la medicina.
El tenía una Sala de Primeros Auxilios en el batey para aquellos cortadores de caña que se lesionaban, fracturaban o sufrían una cortadura con la mocha, o para atender enfermedades banales.
Los pacientes que ameritaban internamiento eran enviados al Hospicio San Antonio que, en el año 1886, había fundado el filántropo Padre Luciani, un humilde sacerdote italiano con vocación de servicio médico. Para esa época se ofreció el primer servicio hospitalario que se creó en la región Este. Antes de esto, los pacientes de gravedad eran llevados a Santo Domingo por vía marítima.
El doctor Georg inició su carrera médica en la Escuela de Medicina de Bonn y Jenna, en Alemania.
En 1910, sin aún ser médico y fruto de su vocación filantrópica, donó al hospicio gasas, jeringuillas, instrumental quirúrgico y hospitalario, convirtiéndose en el mayor aportador económico y salvador del hospicio.
Otro factor que le motivó a vender esas tierras fue el descalabro que observó en la industria azucarera de la República Dominicana y el mundo, por la caída de los precios del azúcar.
Advirtiendo lo que venía decidió vender las tierras sembradas de caña en la época de más esplendor de la industria azucarera.
Así demostró que también poseía cualidades de un gran negociante.
La medicina. El doctor Georg estudió Medicina en la Universidad de Santo Domingo (hoy Universidad Autónoma de Santo Domingo), graduándose de médico el 28 de enero del 1928, según copia del título del registro número 468, Folio 18.
Construyó el hospital más grande que jamás se haya construido en este país. Contaba de seis pabellones con capacidad para 750 camas y la misma cantidad de pacientes.
Hoy en día aún no existe una edificación de esta magnitud, ni pública ni privada.
Reinvirtió todo su capital en nuevos edificios y nuevos adelantos en el área médica. Pabellones construidos: primero el hospital San Antonio, en 1921, y luego, de acuerdo a la ley número 5309 del 17 de febrero del 1960, del Congreso Dominicano, se le denominó Hospital Doctor Carl Th. Georg, según consta en la Gaceta Oficial 8454 del 21 de febrero del mismo año.
En 1937 construyó el segundo pabellón, denominado Rancho Grande 1937. En ese año estaba de moda la canción de Tito Guizar “Allá en el Rancho Grande”).
El tercer pabellón se levanta en 1941, el cuarto en 1948, el quinto en 1950, y el sexto en 1958.
Esos pabellones llevaban los nombres de los años en los que concluyeron los trabajos.
Todos los pabellones se interconectaban con puentes interhospitalarios techados.
El galeno tenía contacto directo con la Universidad de Hamburgo, en Alemania, cuyos miembros le asesoraban técnicamente.
Sus méritos. El doctor Carl Theodor Konrad Ludwig Georgha sido el más grande propulsor de la medicina hospitalaria que ha tenido la República Dominicana, en toda su historia republicana.
Y se puede destacar sus cualidades como médico, filántropo, desarrollista-progresista pero, sobre todo, el personaje más desinteresado, desde el punto de vista pecuniario.
Todos sus bienes y los de su esposa, quien anteriormente había fallecido, los donó a las Hermanas Mercedarias de la Caridad para que continuarán su obra.
Pocos años después de su fallecimiento, su obra sucumbió. Los seis pabellones que construyó con su propio peculio fueron vendidos a diferentes instituciones.
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