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martes, 8 de diciembre de 2015

La trata de esclavos en la Edad Moderna y Contemporánea


La trata de esclavos en la Edad Moderna y Contemporánea


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   Hasta ahora me he limitado a la esclavitud de nuestro propio entorno cultural/religioso, pero en otros partes del mundo la situación era, si no exactamente igual, por lo menos muy parecida. El mundo Islámico se adelantó en muchos siglos al cristiano en prohibir esclavizar a sus propios correligionarios, prohibición cumplida a medias. Por otra parte la esclavi- tud tuvo poca importancia entre los nómadas que, en general, prefirieron matar a sus enemigos sin más, quizás porque suponían una carga en sus constantes desplazamientos. Cuando tribus nómadas se asentaron en otras culturas crearon formas de esclavitud sorprendentes por su originalidad. Dos de los ejemplos más relevantes son el Imperio Otomano y los Mamelucos en Egipto.
    Cuando los turcos otomanos ocuparon Anatolia después del hundimiento de los Seleúcidas de Rum, los sucesivos sultanes se encontraban con una situación nueva e imprevista: ¿cómo podría una pequeña minoría islámica dominante de origen nómada controlar una gran mayoría de cristianos ortodoxos sometidos, dedicarse al mismo tiempo a la expansión territorial, y, además, apartar sus indisciplinados súbditos turcos de los quehaceres del Estado? Para lograr esto último convirtió a sus seguidores en los terrate- nientes y propietarios agrícolas del país, convirtiéndoles en una nueva aris- tocracia. Para lograr lo demás adaptaron sus viejos conocimientos nómadas de control de manadas de ganado a la nueva situación. Necesitaban por lo tanto "perros pastores", fieles solamente a su amo. A este fin crearon una administración del Estado y un ejército (los famosos jenízaros= "tropa nueva") constituidos solo y exclusivamente por esclavos. Compraron,rap- taron y secuestraron niños cristianos en Rusia y los Balcanes, les convirtie- ron al Islam, y después de un largo proceso de educación y entrenamiento, les incorporaron a la administración y al ejército. Jurídicamente todos eran esclavos personales del Sultán y hacían carrera a base de sus méritos; hasta el gran visir, el segundo poder del Estado, era técnicamente esclavo de su señor. Todos estos "esclavos" tuvieron, para atender sus necesidades, sus propios esclavos domésticos. Pero hay más, como los sultanes, excepto los primeros dos, no se casaban formalmente pero procreaban con sus concubi- nas/esclavas, los sultanes posteriores fueron, ellos mismos, hijos, nietos y bisnietos de esclavas. Para evitar cualquier forma de nepotismo, los hijos de todos estos esclavos fueron automáticamente libres, y solamente podían heredar los bienes materiales de sus padres. Algo parecido ocurrió en Egipto con los Mamelucos (lit. "esclavos blancos"). Estos fueron un cuerpo militar creado en el siglo XII por Saladín, a partir de esclavos georgianos, teniendo este pueblo de origen muy antiguo la reputación de ser el más resistente y guerrero de todos los tiempos. Este cuerpo se convirtió en me- nos de un siglo en una auténtica casta militar dominante, eligiendo de entre ellos el Sultán de turno y limitando el poder del Califa a los asuntos religio- sos. Fueron una sociedad de esclavos auto propagadora, manteniendo su fuerza numérica con la compra y/o secuestro de niños de su mismo origen étnico. Tenemos aquí el concepto de esclavos que se pertenecen mutua- mente. Tan fuerte fue su agarro étnico que mantuvieron su lengua georgia- na a través de los 6 siglos de su existencia y muchos de sus componentes nunca aprendieron el árabe. Como fuerza militar formaban el ejército más temido de Oriente, salvaron al Islam derrotando a los mongoles, los turco- manos de Timur y  todos los que se les pusieron delante.Cuando finalmente sucumbieron ante Bonaparte no fue por falta de valor o ferocidad, sino simplemente por atraso tecnológico. Estarán de acuerdo que estos dos ejemplos demuestran un aspecto muy diferente y poco conocido del término "esclavitud". 
    Al empezar el siglo XV el tráfico de esclavos negros ya tenía una larga tradición, 3000 años antes los egipcios ya importaban esclavos nubios, y en el siglo VI a.C. Cartago ya incorporaba esclavos sudaneses (los subsaha- rianos actuales) a sus plantaciones. La era moderna del tráfico de esclavos africanos empezó a partir de la conquista de Ceuta (1415) por parte de los portugueses. Usando esta ciudad como punto de partida, Portugal empezó sus viajes de descubrimiento navegando por la costa africana occidental, llegando a Cabo Verde(1444), Sierra Leona(1460), Ghana(1482) y Angola (1483), abriendo a la influencia europea todas las tierras que en el futuro iban a figurar de forma significativa en el tráfico de esclavos. A mediados del siglo anterior todo el continente Eurasiático sufrió la famosa epidemia de la Peste Negra, en la cual Portugal perdió aproximadamente el 40% de su población; si a esto añadimos la guerra civil y la guerra contra Castilla de la década de los ochenta(1385), además de la expansión ultramar poste- rior, no es de sorprender que a Portugal le seguía faltando mano de obra agrícola seis décadas después y que aprovechó su expansión por las costas africanas para adquirir esclavos.
La esclavitud de masas organizada que más debate a generado ha sido la que perpetraron las naciones europeas desde el descubrimiento del Nuevo Mundo.Se estima que un mínimo de 15 millones de personas fueron secuestradas, muertas por inanición, asesinadas, afectadas por enferme- dades, … desde los inicios del siglo XV principalmente africanos pero muchos indígenas también, sobre todo en los comienzos. Para todos ellos, nadie construyó un museo del holocausto.
Portugal fue uno de los países comerciantes y navegantes más impor- tante de todos los tiempo. Ya a principios del siglo XIV, Portugal había llevado adelante varias expediciones en busca de nuevas regiones que le suministraran recursos para su desarrollo económico y comercial.
Una de aquellas expediciones estaba al mando de Lanzarote de Freitas que regreso a Portugal, ya en 1444, con 235 esclavos. Este hito se conside- ra como el inicio de la etapa "moderna" en la trata de esclavos negros en la Península Ibérica y poco tiempo después en América.
Una vez se corrió la voz y las autoridades se dieran cuenta del beneficio que les suponía disponer de mano de obra gratuita, se dispuso regularizar aquel nuevo "comercio". Esta regularización quedo especificada cuando en 1473 se presentó un proyecto de ley por el cual todos los esclavos que se obtuviesen de África deberían ser llevados en primera instancia a Portugal.
Siguiendo estas especificaciones, en 1486, se funda en Portugal la Casa dos Escravos, con el fin de normalizar la concesión de licencias y grabar con impuestos dichos intercambios "comerciales". En tan sólo tres años, los que van entre 1493 y 1495, se registran en en la Casa dos Escravos de Lisboa tres mil seiscientos esclavos.
España no tarda en enterarse del lucrativo negocio y en 1479, establece el Tratado de Alcaçovas a través del cual se autoriza la venta de esclavos en España. El principal centro de venta se sitúa en Sevilla. Los primeros esclavos que arriban al Nuevo Mundo lo hacen al Caribe, concretamente a la isla de La Española hacia 1502.
Ya en el año 1510, se daban síntomas alarmantes de una rápida despo- blación en la isla Española y puesto que la avaricia colonizadora iba en aumento, era más necesario que nunca un mayor volumen de mano de obra tanto para trabajar las minas, como la construcción de fortalezas y cual- quier tipo de trabajo que necesitara esfuerzo físico. Así a partir de estas fechas, se lleva a cabo un rápido aumento de la población negra esclava.
Fernando el Católico autorizará, el 22 de enero de 1510 en Valladolid, el envío de 50 esclavos negros a la isla de La Española para ser vendidos allí y trabajar en las minas. Fernando dejaba bien claro que los esclavos debían de ser "los mejores y los más fuertes disponibles". Al mes siguiente la Casa de la Contratación solicitó un nuevo envío de doscientos esclavos, para ser enviados a Santo Domingo.
En este preciso periodo se inician las plantaciones de azúcar que han caracterizado la actividad económica de ciertas islas del Caribe desde entonces hasta nuestros días. Pero poco tiempo después, se produce una epidemia de viruela en el Caribe (entre 1518 y 1519) que se extiende causando una gran devastación y que afecta principalmente a la población indígena.
La primera rebelión de esclavos de la que se tenemos conocimiento, es a través de Gonzalo Fernández de Oviedo. El acontecimiento ocurre en el navio del gobernador Diego Colón que los transportaba a su destino, hacia 1522, y en las siguientes décadas del siglo XVI se registran documental- mente numerosas rebeliones. Entre ellas caben destacar la sublevación de esclavos en la ciudad panameña de Acla, los motines de esclavos africanos de 1532 en Venezuela, de 1533 en Cuba y en Panamá hacia aquella fecha.
En 1547 se produce una prolongada rebelión que acaeció en La Española liderada por Sebastián Lemba y tres años después otra que protagonizó Juan Criollo y que se prolongó durante varios años. Como este caso, hubo al menos algún otro caso increible en el que los esclavos consi- guieron la libertad colectiva firmando un tratado de paz con los colonos españoles. Actos de este tipo están documentados como es el caso de los negros rebeldes en Portobelo (Panamá) hacia 1579.
Aunque estas rebeliones fueron excepcionales si las comparamos pro- porcionalmente con la cantidad de esclavos y las explotaciones existentes así como las condiciones que soportaban, estas pudieron ser llevadas a cabo gracias al enorme aumento de la población negra en todo la región del Caribe. El ejemplo de Puerto Rico, que contaba con 327 blancos y 2292 esclavos hacia 1530, viene a poner de relieve este caldo de cultivo para el fomento de rebeliones.
Los grandes olvidados de esta historia suelen ser los habitantes indígenas de la zona, que recibieron en su mayoría a Colón y al resto de "comerciantes – guerreros" amable y pacíficamente. Para el año 1600, la población original de la zona prácticamente había desaparecido del Caribe.
Con el aumento de afluencia de colonos europeos al Nuevo Mundo y más concretamente a la zona del norte de América,la introducción de escla- vos no se hace esperar. Un barco holandés arriva a las costas de la colonia de Jamestown y se ve obligado a cambiar los esclavos que transporta por provisiones, teniendo lugar de esta manera la primera entrada de trabaja- dores forzados en la "Tierra de las Oportunidades".Hasta los inicios de 1680, no quedará regulada la situación de los esclavos del norte de América.
El empleo de mano de obra esclava era importante en la acuñación de monedas de oro y plata. Se constituían cuatro hornazas para el proceso técnico de acuñación, había "cuatro esclavos" en cada uno de ellas a cargo de un capataz como afirma Cañete (1952:161). Sin embargo, Burzio menciona que eran "indios esclavos". Lo cierto es que la Casa de Moneda contaba con esclavos en sus locales y eran negros y no indios que traba- jaban en las hornazas, donde el individuo estaba bajo el dominio de un hornacero.
Como mano de obra, la Casa de Moneda dependía de los esclavos ne- gros. En una Provisión Real de 30 de agosto de 1575, expedida en Arequi- pa, encontramos a los primeros doce esclavos negros que trabajaron en las tres hornazas que se habilitaron a cargo de los capataces siguientes:
A cargo de Pedro Real cuatro esclavos llamados
A cargo de Pedro de Salazar otros cuatro esclavos de los nombres siguientes
A cargo de Lucas Martín capataz otros cuatro esclavos de los nombres siguientes
Cristóbal Sape
Lorenzo Negro
Juan Congo Portugues
Martín
Martín Sape
Miguel Sape
Domingo Sape
Cristóbal Congo
Antón Congo
Antón Sape
Salvador Tolofo
Pedro Tolofo
Esclavos negros que fueron dotados con fondos de la Real Hacienda para fundar la Casa de Moneda a riesgo de los capataces y vayan pagando a la corona del braceaje por el precio y costo de los esclavos a la real caja. En el mismo documento se autorizaba la compra de otros esclavos negros para la habilitación de una cuarta hornaza. Durante los últimos años del siglo XVI, del XVII y principios del XVIII, la trata de esclavos negros para la Casa de Moneda era frecuente.
Encontramos testimonios sobre el tráfico legal de esclavos negros, el 23 de octubre de 1577, cuando el clérigo Gonzalo García Garzón, a través de su apoderado Francisco Palomino de Cárdenas, vende al capataz Juan Rodríguez, un negro en 350 pesos de plata ensayada y marcada, con las siguientes características: "de edad de veinte años pocos más o menos... sujeto a servidumbre, habido de buena guerra por borracho, huidor enfermo y por facineroso y revoltoso y por tener las demás tachas y defectos y enfermedades".
Por lo que los tratantes negreros llegaban a la Villa Imperial de Potosí trayendo gente negra desde Guinea por vía Brasil. En 1601 ingresó un lote de 50 piezas de esclavos negros internados por Manuel Enrriquez en representación del AdministradorGeneral de la Contratación de los Negros, don Pedro Gómez Remel; adquiriendo el Tesorero Luis de Izunsa seis piezas de ambos sexos: " Juan de edad de 17 a 18 años, Pedro de la misma edad, Lorenzo de la misma edad, María de 16 años, Catalina de la misma edad y Violante de 14 años de edad".
Al ser la ceca un establecimiento muy rústico, el espacio donde se fabricaba la moneda macuquina era básicamente un taller artesanal donde casi todo el proceso de la fabricación de la moneda se llevaba a cabo con un mínimo de herramientas y en un único local, que se llamaba la hornaza. Esta sala era relativamente pequeña y dirigida por un hornacero, o capataz de hornaza, que era una especie de empresario autónomo que aportaba operarios y herramientas, recibiendo un porcentaje sobre el volumen de acuñaciones para cubrir sus gastos y ganancias.
Para el funcionamiento de la Casa de Moneda, Toledo dispone inicial- mente la construcción de tres hornazas, cada uno con cuatro esclavos ne- gros. Esto se debió a las bases económicas y a la disponibilidad de mano de obra barata. La compra de gente negra para las hornazas era con el propósi- to de abaratar costos de producción en el proceso técnico de acuñación de la moneda macuquina. Además la mano de obra indígena que existía en estos lugares fue afectada por la "mita", situación que obligó a la utiliza- ción de esclavos negros para que trabajen en la ceca potosina.
El local de la hornaza donde trabajaban los esclavos, se dividía en cuatro espacios contiguos pero bien diferenciados, que por orden de tamaño eran los siguientes:
1. La hornaza propiamente dicha, donde se hacía la fundición del metal, el aplanamiento del metal con martillos, recorte de cospeles con tijeras y reconocimiento.
2. El portal,donde se llevaba a cabo la acuñación de los cospeles con marti- llos, o sea la amonedación.
3. Recinto de blanquición, donde se daba un lavado químico a los cospeles antes de ser acuñados.
4. Oficina de talla, donde se producían los punzones y se grababan los cuños o troqueles necesarios para acuñar la moneda.
Resulta obvio que a lo largo de los años, el esclavo negro encerrado en cuatro paredes de la hornaza, se convirtiera en un ser muy hostil o renegado. Las riñas o peleas entre ellos eran constantes y autoridades que administraban la Casa de Moneda, regulaban la relación entre el esclavo y los hornaceros (capataces de hornaza) emitiendo órdenes para intervenir en la administración y evitar peleas; ratificando así, que el esclavo negro era en un ser antagónico en el escenario de la vida colonial potosina.
Recogiendo testimonios de los manuscritos coloniales, localizamos al Alcalde Mayor don Domingo de Asterrica el 6 de septiembre de 1640, ordenando se encierren en sus hornazas a los esclavos negros después de oír misa los días domingos y de fiesta, justamente para evitar peleas entre ellos, justificando que "resultan ordinariamente entre los negros de alboro- tos y de ellos muertes y heridos que se dan los de las unas hornasas contra los otros como sucedió el domingo pasado que hubo alboroto grande entre todos los negros los unos con los otros y los otros contra los otros de que resultó salir heridos cinco o seis negros".
El 4 de enero de 1649, se prohíbe a los esclavos negros salir los días domingos o de fiesta, para precautelar y evitar peleas, disponiendo la pena de 200 azotes en la calle pública, si infringieran dicha orden, en el entendido de que los "negros alborotan la billa con pendenzias que tienen con otros negros y negras con quien tratan de los qual resulta grande escándalo y alboroto". En 17 de diciembre de 1649, a través de un Auto, el Gobernador don Diego Manuel Manrrique, inicia proceso contra Juan de Santama- ría, portero merino, porque sin motivo "avia dado quatro o cinco puñaladas a Juan Franco berberisco esclavo de don Barme de Yebra".
El 3 de noviembre de 1653, como era de costumbre los domingos y fiestas los esclavos salían al patio, y en esta ocasión existió cierta pelea "y alboroto entre los dos negros los unos contra los otros de que resulto que saliesen malcriados los negros de la hornaça de don Gabriel de Cárdenas que fueron siete los descalabrados y heridos y algunos de riesgo de la vida y otros dos de la hornaça de Agustín de Ortega otros dos otros y par que se castiguen", ordenando averiguar las consecuencias de pelea. El 22 de febre- ro de 1661, hubo un disgusto entre Francisco, esclavo del capitán Sebastián Camacho y un indio, donde el último salió "descalabrado en la cabeza o rostro de que le a salido sangre", emitiéndose una orden "para que se aberigue la verdad y la causa del disgusto". Y el domingo 18 de febrero de 1663, Martín de César libre mulato, con riesgo de perder la vida, de una puñalada de cuchillo que recibió del esclavo Jacinto Congo moreno, perteneciente de la hornaza de don Gabriel de Cárdenas.
 En una sociedad donde la plata era el principal objeto de mercancía, era sujeto a tentaciones para descompensar su aleación legal, falta de peso o de ley en el proceso técnico de acuñación de la moneda, llamándose moneda feble. Pues el esclavo negro procedía a la alteración de la moneda, falsificando o acuñando moneda feble. El 29 de octubre de 1641, son condenados los esclavos Juan de Santana y Pedro de la Daga, por el delito de acuñar moneda feble en la hornaza de Santiago de la Vega, con "doçientos açotes a cada uno. y en diez años de galeras a cada uno que los cumpla en el puerto del Callao al remo y sin sueldo a orden del Excelentísimo Sr Marqués de Mansera Virrey de estos reinos.".
Los documentos testimonian que como consecuencia de los robos de plata y moneda sellada, la fuga de esclavos negros de las hornazas de la Casa de Moneda eran frecuentes. El 6 de marzo de 1642, se inicia proceso para investigar el robo de marcos de plata y posterior fuga de esclavos negros de la hornaza de Juan Bautista Rodríguez. El 19 de septiembre de 1651, esclavos negros escalando paredes, roban del aposento del Ensaye "seis rieles de plata y dos talegas de escobillas y cortaduras" quitando palos de los techos de la oficina de Ensaye y de la hornaza de Diego Moro. El 21 de junio de 1660, se investiga el robo de plata y posterior fuga de esclavos negros de la hornaza de Antonio García Cantero, haciendo "un agujero y barreno por la pared de dicha hornaza" donde se tenía cantidad de plata en cizalla y en otros géneros de plata. El 26 de febrero de 1674, se fugan cuatro esclavos negros mulatos y un indio de la hornaza de Pedro Ponce, rompiendo la pared y subiendo al tejado para saltar a la calle.
Es posible que el lector tenga una idea mítica y lejana de la esclavitud en la Villa Imperia de Potosí. Quizá por eso le sorprenda que la trata de esclavos se dio en el periodo colonial, donde la esclavitud era legal especialmente en la Casa de Moneda por imposición del Virrey Toledo.
La trata de esclavos y el comercio negrero fue acompañado, en la mayoría de los casos, por una fuerte ideología racista, los negros eran considerados seres inferiores, asimilados frecuentemente a animales, sin ni siquiera poder ser considerados sujetos de derecho y por lo tanto considerados, jurídicamente, como cosas. En el caso de los indígenas se había decidido que tenían alma por lo que no se les podía esclavizar.
Los esclavos permanecían años en las hornazas, siendo trágicos protagonistas de la vida social potosina. Sabemos que Fray Bartolomé de las Casas, luchó por la dignidad de los indios, y que sin embargo no incluyó a los negros en esa lucha. Peor aún: propugnó la importación de esclavos africanos para liberar a los indios de trabajos pesados. En 1517, pide a Carlos V que sustituya a los indios por negros en el trabajo de las minas y en 1518 se autoriza a Lorenzo de Garrevod a pasar 4.000 negros a América.
Ahora sabemos que en la Villa Imperial existió la esclavitud de gente negra traída del África, que a lo largo del siglo XVII, se sintió con mayor impacto en la sociedad colonial, donde el esclavo se convirtió en un muerto viviente o fantasma, que se sentía separado de su tierra, de su lengua de sus costumbres y de su cultura. De ahí que se convirtió en un ser hostil y renegado, por el trabajo duro que desarrollaba y el trato que recibía en las hornazas de la Casa de Moneda, donde el individuo estaba bajo el dominio de un hornacero, perdiendo la capacidad de disponer libremente de sí mismo.
En 1562, John Hawkins, un navegador inglés, debido a la falta de esclavos en las Indias Occidentales, decidió entrar en el tráfico de la piratería. Varios caballeros de Londres contribuyeron con fondos generosamente para la empresa. Hawkins con tres barcos y 100 hombres navegó hasta la costa de Guinea, donde, por el soborno, el engaño, la traición, y la fuerza, se procuró por lo menos 300 negros y los vendió a los españoles en La Española o Santo Domingo, regresando a Inglaterra con una rica carga de perlas, azúcar y jengibre.
Los esclavos negros ya había sido introducido por los españoles en las Indias Occidentales. Primero esclavizaron a los nativos, pero éstos no soportaban el duro trabajo,y pronto estuvieron casi extinguido por el trabajo duro y la crueldad. Carlos V de España había concedido una licencia a un negrero flamenco para importar 4.000 negros cada año en las Indias Occidentales. Éste vendió su licencia a los comerciantes genoveses, quienes comenzaron un comercio regular de seres humanos entre África y las Antillas. Se determinó que continuara la trata de esclavos negros ya que eran más fuertes que los nativos indios. El dominico P. Las Casas y otros estuvieron a favor del sistema como un medio para salvar a las tribus indias de su extinción. Los ingleses entran en este comercio de seres humanos con fuerza, desde mediados del siglo XVI. Se sabe que los reyes de Inglaterra de la dinastía Stuart colaboraban con compañías privilegiadas para este comercio, e incluso Carlos II y su hermano James eran miembros de una de ellas.
Después de la revolución de 1688 el comercio se abrió, y en 1713 una compañía de inglesa va a obtener el privilegio de abastecer las colonias españolas en América Central y del Sur, durante treinta años, estipulando entregar 144.000 esclavos negros dentro de ese plazo. Una cuarta parte de las acciones de la compañía fue absorbida por el rey Felipe V de España, y la reina Ana de Inglaterra se reservó para sí la cuarta parte restante. Así que los dos monarcas se convirtieron en grandes traficantes de esclavos.

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Autor:
Benedicto Cuervo Álvarez


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